Abraham Promueve el Monoteísmo y Pelea la Primera Guerra Mundial

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Lej Lejá (Génesis 12-17 )

La señal decía “Tienda de Ídolos de Teraj”. Marta se acercó al joven detrás del mostrador con aprehensión. (“¿Cómo va el negocio?”. “¡Gracias a los Dioses!”) El vendedor no era el astuto Teraj quien hubiera tomado hasta tu último dinar por una bendición de tu ídolo favorito. Ese día era un día de fiesta en el templo, por lo que Teraj dejó a su hijo Abram cuidando el negocio.

“¡He traído un suntuoso sacrificio al dios Baal!”, dijo Marta.

Sorprendentemente, Abram no estaba ansioso de recibir su ofrenda. “Dígame Sra. ¿Cuántos años tiene?”, preguntó él.

“Acabo de cumplir 45”, respondió ella.

Abram continuó: “Entonces déjeme informarle que ayer este sagrado ídolo era sólo un árbol. Lo cortamos, utilizamos la mitad como leña y la otra mitad se convirtió en este ídolo. ¡¿Realmente tiene usted respeto por un ídolo que es menor que usted?!”.

Su argumento le hizo sentido a Marta, que en realidad no entendía bien la teología del servicio a los ídolos. “En ese caso, ¿Por qué no le das mi ofrenda a un ídolo que consideres honorable?”, murmuró ella apresurándose a abandonar la tienda.

Abram, que había llegado a creer en un solo Dios a través del razonamiento intelectual, tuvo de repente una idea brillante. Por muchos años, había tratado sin éxito de convencer a su familia de lo absurdo de la idolatría. Ahora, esta era su oportunidad.

Tomó un hacha y cortó en pedazos cada uno de los ídolos de la tienda de Teraj. Dejando al más grande de ellos intacto, tomó el hacha, la puso en la mano del ídolo y colocó la ofrenda de Marta en frente del mismo.

Cuando Teraj y su familia regresaron del templo, encontraron la tienda en ruinas. “¡Abram!”, gritó Teraj, ¿Por qué no cuidaste el negocio? ¿Quién destruyó todos mis dioses?”.

“Padre, ¿acaso no ves lo que ocurrió?”, dijo Abram. “Una mujer trajo un sacrificio y todos los ídolos empezaron a pelear para decidir quién debía recibirlo. ¡El ídolo más grande le pegó a todos los demás!”.

Teraj estaba atónito. Enfurecido gritó, “¡Abram! ¡Es obvio que tú hiciste todo esto! ¡Los ídolos sólo son madera y piedra!”.

“Que tus oídos escuchen las palabras que pronuncia tu boca”, dijo Abram. “Si sólo son de madera y piedra, ¿Cómo puedes adorarlos?”. (Adaptado del Midrash)

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Oponiéndose a la Idolatría

La parashá Lej Leja es la historia del primer judío: Abram. (Su nombre cambió posteriormente a Abraham). La Torá cuenta de su nacimiento y luego salta a su primera profecía cuando tenía 75 años.

De acuerdo al Midrash (tradición oral), Abram fue sentenciado a muerte al nacer por el déspota rey Nimrod, después de que Nimrod fue advertido por sus astrónomos que Abram estaba destinado a generarle problemas al rey. El padre de Abram salvó su vida y lo escondió en un calabozo, donde permaneció toda su infancia.

Al dejar el calabozo siendo ya un adulto joven, Abram estaba fascinado por la belleza del mundo (algo que la mayoría de la gente tiende a dar por hecho después de haber visto el mundo durante toda su infancia). Con su gran intelecto, Abram preguntó, “¿Quién hizo todo esto? ¿Con qué propósito lo hizo?”. Los ídolos no podían dar una respuesta satisfactoria.

Maimónides explica que originalmente toda la humanidad sabía que había un Dios, especialmente los hijos de Noaj que milagrosamente sobrevivieron al Diluvio. Su error fue que ellos sintieron que era imposible relacionarse con un “Dios invisible”. Su estrategia fue tener buena relación con Sus sirvientes a los que ellos sí podían percibir (tales como el sol) y a través de eso ellos serían capaces de relacionarse con Dios. Sin embargo, con el paso de las generaciones, la gente se olvidó de la intención original y empezaron a adorar al sirviente. (Los japoneses aún creen que su Emperador es descendiente del sol).

Los paganos tenían muchas deidades porque ellos atribuían los diversos poderes a dioses diferentes – por ejemplo, el dios de la lluvia, del viento, del sol, de la luna, etcétera. Todos ellos debían estar calmados si querías tener paz y quietud.

Cuando Abram vio por primera vez al sol, pensó que él debía ser el amo. Luego el sol se puso y pensó que la luna debía ser la importante. Eventualmente, se dio cuenta que debía existir un Creador invisible (“¡Una rueda no puede girar sola!”) Abram fue capaz de percibir la unidad que conectaba a todos los diversos poderes. Él observó la cadena alimenticia, los patrones del clima, la fotosíntesis y las relaciones simbióticas entre los animales y concluyó que todo estaba interconectado. Todo esto apuntaba a un “Diseñador Supremo”. (En esa época eso era herejía.)

Abram posteriormente preguntó la siguiente pregunta lógica: “¿Cómo quiere el Creador que vivamos? ¡Debe existir un propósito para el mundo!”.

Abram razonó que debemos emular al Creador. Tal como Dios provee a las personas de aire, comida y vestimenta, así también nosotros debemos hacer actos de bondad por los demás seres humanos.

El Midrash continúa: Cuando Abram destruyó los ídolos, Teraj sintió que era su deber patriótico llevar a su hijo donde el rey. “Su Alteza, mi pobre hijo necesita ser “reeducado”. Él cree en un Dios invisible que supuestamente creó el mundo”.

Nimrod se volvió hacia Abram y le dijo: “Mi querido niño, yo soy el que creó el mundo”.

Abram: “¡En se caso, demuéstrame tu gran poder apagando al sol!”.

Nimrod: “Tengo un método mejor para probarlo. Se llama la “prueba de fuego”, te voy a tirar a un horno ¡y vamos a ver si te quemas! Si no te quemas, entonces yo no soy dios”. (Similar a la “prueba de agua” - es decir, “¡Vamos a ver si te ahogas!”).

Abram salió del horno sin una quemadura. Nimrod lo echó del reino.

Los sabios cuentan que el hermano de Abram, Harán, también era sospechoso de herejía. Él decidió ir a la segura. “Si Abram sale vivo, entonces yo estoy de su lado. Y si no, estoy del lado de Nimrod”.

Entonces, cuando Abram salió vivo, su hermano Harán dijo que él era leal a su hermano Abram. Pero cuando tiraron a Harán al horno, él se desintegró por el fuego y el calor. (La lección es que los milagros sólo le ocurren a aquellos que tienen fe – ¡y que no los esperan!).

Todo lo anterior está sugerido en el verso, “Y Harán murió en frente de Teraj su padre (es decir, como resultado de las acusaciones de su padre) en Ur Casdim (literalmente en el “fuego” de Caldea)” (Génesis 11:28).

Los sabios dicen que las “acciones de los ancestros son patrones para los hijos”. El libro de Génesis registra la plantación de la semilla del pueblo judío, basada en las acciones de los patriarcas y matriarcas. En los libros posteriores de la Torá, la semilla crece hasta convertirse en una nación única. Continuaremos viendo los paralelos entre las vidas de nuestros ancestros y la historia de sus descendientes.

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Vete Tú

Dios le ordena a Abram: “Vete Tú, de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre” (Génesis 12:1). Pero el orden de las palabras en el verso parece estar al revés. En orden de cercanía, el primer lugar que uno abandona al viajar lejos es la casa de los padres. Luego la persona deja su ciudad (su lugar de nacimiento) y finalmente su país.

Aquí el orden está a la inversa, porque no se está refiriendo a un abandono físico sino a un quiebre filosófico. El mandamiento de Dios es que Abram deje atrás todas las influencias del pasado y empiece una nueva vida, empezando por las bases. Dios le dice que se distancie de las influencias de su país, e incluso aquellas de su lugar de nacimiento y finalmente, lo más difícil de todo, de las influencias de la casa de sus padres. (Escuchado del Rabino Noaj Weinberg).

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Grandeza Futura

“Te convertiré en una gran nación. Te bendeciré y haré que se engrandezca tu nombre” (Génesis 12:2). Generalmente, alguien que es nómade y que viaja constantemente no amasa gran fortuna, ni construye una familia grande, ni se hace famoso. Dios le promete a Abram, que, a pesar del hecho de que se le pide que viaje lejos (y que en esos días el “clan familiar” proveía los únicos medios de protección contra ataques), él será el fundador de una gran nación, que logrará tener mucha riqueza y ser famoso mundialmente (Rashi).

La bendición continúa hasta hoy en día, cuando los judíos rezan tres veces al día al “Dios de Abraham”.

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“E Invocó el Nombre de Dios” (Génesis 12:8)

En cualquier lugar que Abram se encontraba, él construía un altar e invitaba a la población local a “invocar el nombre de Dios” – es decir, él enseñaba sobre la existencia de un Dios (¿Seminario Discovery?).

Abram llevó junto con él las “almas que hizo en Jarán” (Génesis 12:5). Donde quiera que Abram iba, se sentía impulsado a “establecer relación” con otras almas y enseñarles sobre Dios y sobre Su servicio. ¡Abram fue el primer profesional judío de tiempo completo, dedicado a acercar a las personas al servicio de Dios!

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La Hambruna

La segunda prueba de Abram fue la hambruna que golpeó a Canaan tan pronto como él se asentó ahí. Abram decidió bajar a Egipto y en el camino se dio cuenta que su esposa Sara presentaba un problema (en ese momento su nombre era Sarai). Los egipcios eran conocidos por tener un código de “moralidad” muy peculiar, ellos nunca pensarían estar con una mujer casada, entonces simplemente eliminaban a su esposo ¡y así ella ya no estaba casada!

El plan de Abram fue afirmar que Sara era su hermana soltera, en cuyo caso los egipcios iban a ofertar por su mano. Abram pensó que él podía subir el precio lo suficientemente alto como para que nadie pudiera pagar por ella y durante ese tiempo ellos “serán buenos conmigo por tu mérito” (Génesis 12:13) – es decir, que ellos le darían regalos (Rashi).

Lo que Abram no tomó en cuenta fue el Faraón, que inmediatamente tomó a Sara en base a “toma primero y paga después”. El Faraón luego procedió a hacer muy rico a Abram.

Pregunta: ¿Por qué Abram fue a Egipto después de que Dios le ordenó que fuera a Canaan? Al parecer no todos los de Canaan iban a Egipto. ¿Estaba Abram realmente interesado en los regalos que recibiría por su esposa?

Respuesta: Tal como hemos aprendido, la meta principal de Abram, era enseñar al mundo sobre Dios. Cuando llegó a Canaan, construyó altares y proclamó la unicidad de Dios públicamente. Mucha gente acudió a escuchar sus clases y como resultado, cambiaron su estilo de vida. Sin embargo, una vez que comenzó la hambruna, a pesar de que todavía había algo de comida disponible, la gente pasaba todo su tiempo tratando de encontrar medios para subsistir y no tenían tiempo para asistir a clases. Abram decidió que en Egipto, donde había más abundancia de comida, el público asistiría más a sus clases, especialmente si tenía una hermana disponible para matrimonio. ¡En otras palabras, los “Regalos” aumentarían la asistencia a sus clases! (Rabino Avigdor Miller).

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En el Palacio del Faraón

Sarai fue llevada al palacio del Faraón, pero cada vez que él trataba de acercarse a ella, un ángel lo agredía físicamente. El ángel recibía órdenes directamente de Sarai. Cuando el Faraón se dio cuenta de lo que estaba pasando, mandó a llamar a Abram y le exigió saber por qué no le informó que Sarai era su esposa. “Ciertamente entiendo por qué no le dijiste a los otros, ¡pero podías haber confiado en mí!”, dijo el Faraón.

No encontramos ninguna respuesta de parte de Abram (por razones obvias) y el Faraón escoltó a Abram y Sarai fuera de la ciudad.

Encontramos aquí un patrón recurrente. El patriarca está viviendo en Israel; luego tiene que bajar a Egipto debido a la hambruna y los egipcios lo tratan mal. Los egipcios son golpeados con plagas y el patriarca se va con gran riqueza. Tal como dijimos, “las acciones de los ancestros son un patrón para sus hijos”. Años después, Yaakov iba a bajar a Egipto por causa de la hambruna. Los egipcios iban a esclavizar a sus hijos, Dios iba a mandar plagas a los egipcios y los judíos iban a salir con mucha riqueza (Najmánides).

El Midrash dice que durante su estadía en el palacio, Sarai abrió una “filial femenina” de los programas de acercamiento a Dios y empezó a dar clases a las mujeres de la casa del Faraón. Sus palabras tuvieron un profundo efecto en la hija del Faraón Hagar, quien decidió que ser la sirvienta de la casa de Abram ¡era mejor que se la princesa en el palacio del Faraón! Hagar se unió a la fiesta y se convirtió en la primera discípula de Sara. Aquí vemos el primer ejemplo de fuerza y poder de las matriarcas judías.

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Primera Oportunidad Perdida – Lot

Un subtítulo a esta parashá bien podría ser “Oportunidades Perdidas” dado que encontramos tres ejemplos de grandes personas que tenían el potencial de alcanzar grandes alturas – pero que finalmente no lo lograron.

El primer ejemplo es Lot, el sobrino de Abram. Los sabios enseñan que Abram, fue muy cuidadoso en no tomar nada de otros, que su ganado y sus cabras viajaban amordazados para que no pastaran en los campos de otros.

Los pastores de Lot no actuaban de igual manera y no hacían nada para prevenir que el ganado de Lot pastara en los campos de otros. Cuando los pastores de Abram los reprendieron, ellos simplemente contestaron, “Dios le prometió la tierra a Abram, y Lot es su único heredero, entonces, ¡de todas maneras le pertenece!” (La tierra, de hecho, había sido prometida a Abram en el futuro, pero todavía no era suya).

Abram le habló a Lot y le sugirió que separaran sus caminos. En vez de suplicar por permanecer cerca de su tío y maestro, Lot estuvo de acuerdo y eligió a la infame Sodoma como su nueva ciudad de residencia. Este es el primer ejemplo de un gran potencial que se perdió. Lot conscientemente intentó continuar con el trabajo de Abram en Sodoma, sin embargo, inconscientemente estaba interesado en la recompensa física de Sodoma.

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La Primera Guerra Mundial

La Torá describe la “primera guerra mundial” registrada entre los 4 y los 5 reyes. Los reyes eran tan decadentes que ellos sólo querían disfrutar la vida sin molestarse en gobernar sus tierras. Entonces, le pagaron al Emperador Kadorlaomer para que dirigiera las tierras por ellos. Cuando él empezó a cobrar impuestos excesivos, disminuyó nuevamente su diversión y se rebelaron. En la guerra resultante, los 4 reyes derrotaron a los 5. Sodoma fue conquistada y Lot junto con ellos.

El “sobreviviente”, Og el gigante (que de acuerdo a la tradición sobrevivió al gran Diluvio, al colgarse a una parte externa del Arca), le comunicó a Abram que Lot había sido capturado. Og pretendía que Abram muriera en la batalla para así poder casarse con Sarai. Abram corrió a librar una batalla y salvó exitosamente a su sobrino.

* * *

Segunda Oportunidad Perdida – Shem

La Torá presenta a Malkitzedek, el rey de Shalem, quien de acuerdo a la tradición no era otro que Shem, el hijo de Noaj y el rey de Jerusalem. Rashi señala que la Tierra de Israel fue originalmente destinada a los descendientes de Shem, sin embargo los Canaanitas (descendientes de Jam, el hijo de Noaj) la conquistaron.

A pesar de que la mayoría de la humanidad se había hundido en la idolatría, aún había algunos pocos lugares donde permanecía el monoteísmo. Shem era sacerdote del “Señor de lo Alto” y Abram le dio un diezmo (10 por ciento) del botín de guerra. Shem había recibido la bendición de Noaj - que la presencia de Dios residiera en sus tiendas - lo que significaba que él empezaría una nación especial que sería una luz para el mundo.

Sin embargo, Shem perdió su oportunidad cuando corrió a conocer al victorioso Abram con pan y vino, y proclamó, “¡Bendito es Abram para el Dios Supremo! Y bendito es el Dios Supremo que te concedió la victoria frente a tus enemigos” (Génesis 14:19).

¿En qué se equivocó Shem? Trata de imaginar a un victorioso general que acaba de ganar una guerra mundial (Pershing, Eisenhower, Shwartzkop), volviendo a casa en un desfile. Ahora imagina a un gran rabino jasídico con miles de seguidores llegando a una ciudad donde viven muchos de sus discípulos. ¡Qué bienvenida recibiría! Ahora imagina a un filántropo billonario llegando a la bienvenida de sus beneficiarios. ¡Ciertamente extenderían la alfombra roja!

Ahora imagina a todos ellos en uno. ¡Un individuo que recién ganó una guerra mundial sin ayuda y que había ganado el respeto de miles de discípulos y que es rico y dona fondos a miles de personas! ¡Ese era Abram, nuestro patriarca! Shem estaba tan impresionado por su grandeza que exclamó, “Bendito es Abram”, antes de bendecir a Dios. Momentáneamente se olvidó de Dios, a pesar de que inmediatamente corrigió su error y dijo, “Bendito es el Dios Supremo”.

Maimónides escribe que la grandeza de los patriarcas y matriarcas era que nunca separaron sus mentes de Dios, ni siquiera por un momento, incluso cuando realizaban los actos más mundanos. Dado que Shem se olvidó de Dios, perdió la oportunidad y no pudo ser el fundador de la familia. En vez, Abram, descendiente de Shem, se convertiría en el patriarca. (Rabino Avigdor Miller)

* * *

Pacto Entre las Partes

Dios hizo un pacto con Abram, prometiéndole una gran recompensa. Él tendría hijos tan numerosos como las estrellas en el cielo y heredaría la Tierra de Israel. Abram creyó que él tendría hijos a pesar de que Sarai era físicamente incapaz de dar a luz.

Sin embargo, cuando pensó en la Tierra de Israel, Abram se cuestionó, “¿Cómo sabré que la heredaré?”. Como Abram expresó duda, Dios decretó, “Tus hijos serán extraños (extranjeros que serán discriminados), se convertirán en esclavos (incluso en condiciones humanitarias), y será causa de sufrimiento (condiciones inhumanas) por 400 años”. (Génesis 11:13)

Se le dijo a Abram que tomara tres becerros, cabras y carneros (además de pájaros) y que cortara los animales por la mitad y caminara entre las partes como símbolo del trato. El fuego de Dios también pasó entre las partes. El concepto de que Dios firme un contrato con un hombre es impactante.

Pregunta: Pero, ¿los judíos sólo estuvieron en Egipto por 210 años?

Respuesta: Los sabios explican que la cuenta regresiva empieza con el nacimiento de Itzjak, cuando éramos extranjeros en la tierra de Canaan y continúa con la esclavitud en Egipto. Todo junto suma 400 años.

* * *

El Pecado de los Emoreos

Dios explicó por qué los judíos no podían heredar la tierra de forma inmediata. Los pecados de los Emoreos (un subgrupo de Canaanitas) todavía no se habían completado (Génesis 15:16). Esto nos dice que Dios no castiga inmediatamente, sino que le da a las personas la oportunidad de arrepentirse. Cuando llenan el vaso, ¡entonces son eliminados de la faz de la tierra! (Rashi).

Los judíos nunca han llenado el vaso, porque cada año en Iom Kipur, se limpia la pizarra y se empieza de nuevo. Ese es uno de los secretos de la sobrevivencia judía, independiente de los abrumadores obstáculos.

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Tercera Oportunidad Perdida – Hagar

Hagar era una gran mujer. Dejó el palacio del Faraón para convertirse en la sirvienta de Sarai. Sara apreciaba la grandeza de Hagar y después de 10 años sin tener hijos desde que se mudaron a Canaan, ella le sugirió a Abram que se casara con Hagar. La idea era que dado que Hagar estaba subordinada a Sarai, el hijo sería criado por su concubina (una forma de maternidad reemplazada) tal como si fuera el hijo de Sarai.

Cuando Hagar quedó embarazada, empezó a despreciar a Sarai, diciendo: “Sarai estuvo casada con Abram por tanto tiempo y no pudo quedar embarazada. ¡Parece que ella no es tan grande como aparenta ser!”.

Sarai culpó a Abram por este cambio de actitud, que arruinó todos sus planes, porque Hagar ya no actuaba como subordinada de Sarai. El Rabino S.R. Hirsch explica que realmente fue culpa de Abram, a pesar de que no fue intencional. Después de unirse al hombre que tomó la máxima decisión de libre albedrío de relacionarse con Dios, Hagar no podía verse a sí misma como una sirvienta.

Sarai “castigó” a su sirvienta (no le permitió ir a sus clases, explica el Rabino S. Wolbe), entonces Hagar se escapó al desierto. Tres diferentes ángeles se le aparecieron (una evento común en la casa de Abram) y le dijeron que volviera donde Sara. Luego le prometieron que su hijo sería como un “burro indomable”. Eso representó para Hagar la libertad, entonces volvió donde Sara.

La Torá describe al hijo de Hagar, Ishmael, como “Su mano contra todo y todo contra él” (Génesis 16:12). La traducción aramea de Onkelos explica que “él se iba a topar con toda la humanidad y toda la humanidad se iba a topar con él” (cf. OPEC). El pozo en el cual se le aparecieron los ángeles a Hagar se convirtió en un lugar santo e Itzjak frecuentemente rezaba ahí (ver Génesis 24:62).

* * *

Circuncisión

Dios cambió el nombre de Abram a Abraham, lo que significa “Padre de todas las naciones” (incluyendo a todos los futuros conversos) y le ordenó que se circuncidara así como también a sus hijos, sirvientes hombres y a todos los futuros hijos a la edad de 8 días. Este es el primer mandamiento que se le dio a Abraham para todas las generaciones y el segundo pacto de Dios con Abraham.

Pregunta: ¿Por qué el símbolo del pacto con Dios está específicamente en el órgano reproductor?

Respuestas:

(A) Dado que la necesidad sexual es el impulso más fuerte que tiene el hombre, él debe purificarlo y utilizarlo sólo de acuerdo al pacto con Dios.

(B) Dado que es la fuente de todos los hijos, simboliza el hecho de que este pacto está hecho también con todas las futuras generaciones. Uno habría pensado que esta práctica “barbárica” de cirugía electiva en un infante sería la primera mitzvá abandonada por los secularistas modernos – y sin embargo, la mayoría de los judíos en el mundo continúa con esta práctica. Es nuestra conexión eterna con Dios, con el pueblo judío y con Abraham, el primer judío y padre de nuestra nación.

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