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Dios le dijo a Moisés que había llegado el momento de redimir al pueblo judío de Egipto. Pero cuando Moisés se acercó al Faraón para pedirle que liberara a los judíos, el Faraón se negó tajantemente. Después de esto, Dios le envió un número de plagas a los egipcios para que el Faraón supiera que Dios estaba hablando en serio y que quería que liberara a los judíos. Cuando los egipcios experimentaban el dolor de las plagas, el Faraón prometió liberar al pueblo judío sólo si las plagas se detenían.
Pero cuando Dios detuvo las plagas - y el dolor asociado a ellas terminó:
“El Faraón vio que hubo un alivio, se endureció su corazón... y no los escuchó (Éxodo 8:11)
Lección de Vida
Cuando alguien hace algo y eso le causa una experiencia dolorosa o poco placentera, entonces, casi siempre se compromete a no repetir ese error nuevamente. ¿Cuántas veces has sentido nauseas después de ingerir mucho alimento o bebida y has declarado que nunca volverás a hacerlo. O te has ido a dormir muy tarde y te has levantado muy cansado a la mañana siguiente, y luego te has comprometido a acostarte siempre antes de las 11 PM?
Sin embargo, después de que han transcurrido unos cuantos días y la experiencia poco placentera ha pasado al olvido, puedes cometer el mismo error nuevamente. Esto ocurre porque cuando el dolor de una situación ya no está presente y ves que ha habido un alivio, entonces, simplemente pierdes la claridad que tuviste en aquel momento.
En una escala más grave, imagina a alguien, Dios no lo quiera, que ha sufrido un ataque cardíaco y ha acudido rápidamente a la sala de emergencias. Mientras se recupera en su cama de hospital, se compromete a cambiar radicalmente sus hábitos alimenticios, a comenzar un programa de ejercicios y a trabajar menos en la oficina. Lamentablemente, estos compromisos duran muy poco, porque cuando el dolor de la experiencia se desvanece, los viejos hábitos vuelven muy rápidamente.
El tema es que cuando sientes dolor, no es muy difícil tener claridad sobre el tipo de comportamiento que deseas implementar. Cualquiera puede hacer eso. Lo que verdaderamente requiere de un esfuerzo y va en contra de la naturaleza humana, es combatir la tendencia a volver a los malos hábitos una vez que ha desaparecido el dolor.
Una manera de lograr esto es: antes de repetir un comportamiento autodestructivo, detente y recuerda por un momento las consecuencias que este comportamiento tuvo en el pasado. Es muy importante recordar toda la experiencia paso a paso y “revivirla”. Esto hará que la experiencia sea real nuevamente.
Y a pesar de que siempre existirá una parte de ti que empujará esta “asociación negativa” lejos, para que de esta manera puedas caer nuevamente en tus viejos hábitos, mientras más te concentres en las consecuencias negativas de tus actos, más serás capaz de diluir tus deseos inmediatos de placer. Y al igual que levantar pesas, mientras más hagas esto, tu fuerza de voluntad será cada vez más y más fuerte, haciendo que los malos hábitos sean cada vez más fáciles de resistir.
De esta manera, revivirlo en tu mente hoy, te permitirá tener una vida más feliz y con más significado hoy y mañana.
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