Crecimiento personal
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A través del cáncer de nuestro hijo, estamos aprendiendo que Dios está más allá de todas las probabilidades.
Alguien me preguntó recientemente: "Nunca miras a tu hijo sufriendo y te preguntas, ¿Dónde está Dios?". Interesantemente, la pregunta acerca de sentimientos de abandono durante nuestro actual desafío ha tenido justamente el efecto contrario. A través de todo esto, hemos visto claramente como Dios nos ha acercado a Él.
En el año 2008, nuestro hijo Menji –a la edad de 2 años– fue diagnosticado con Neuroblastoma en etapa 4, una rara y agresiva forma de cáncer.
Después de los sentimientos iniciales de shock, incredulidad y tristeza por un diagnóstico que ponía en peligro la vida de nuestro pequeño, teníamos que hacer un plan para lidiar con la tarea que estaba frente a nosotros. La probabilidad de supervivencia de nuestro hijo era menor que 10.000 a 1, y sabíamos desde el principio que la solución a este terrible dilema solamente podía venir de Dios. "Si Él tiene el poder de darlo, Él tiene el poder de quitarlo. Estadísticas, no estadísticas. Dios está fuera de los números". Siguiendo esta lógica, nos preguntamos, "Si Dios nos dio esto, ¿qué se supone que tenemos que hacer?". La respuesta no era clara, pero una cosa sí era segura – esto era claramente una prueba, y tirar la toalla no era una opción.
El calendario decía "enero", pero nosotros definitivamente estábamos sintiendo "Iom Kipur".
Fuimos lanzados inmediatamente a un mundo de interminables detalles médicos, nervios que necesitaban ser calmados, hermanos que necesitaban ser tranquilizados, problemas de seguro que necesitaban ser arreglados – y por sobre todo, calmar la voz interna que estaba gritando, "¡No quiero esto!". Sabiendo que esto era una prueba espiritual, la "culpa" era casi un invitado poco grato en esta sala de hospital atestada de emociones. El calendario decía "enero", pero nosotros definitivamente estábamos sintiendo "Iom Kipur". Cuentas personales de errores y fechorías eran revisadas con finos cepillos de dientes, esperando que este trabajo espiritual fuera el "elixir mágico" para mostrarle a Dios que éramos serios en cuanto al cambio y que no necesitábamos este tipo de alerta.
Los doctores no estaban perdiendo tiempo o escatimando ningún esfuerzo por limpiar su cuerpo de este agresivo cáncer, y nosotros no podíamos tampoco darnos el lujo de posponer nuestro "esfuerzo espiritual". Nos comprometimos a mantenernos enfocados en lo positivo; a los pensamientos negativos se les decía constantemente "Váyanse". La mejor forma que encontramos de hacer esto fue ver activamente –y compartir– nuestra evidencia de que Dios estaba presente. Esto fue bastante difícil de hacer al principio, pero como dicen nuestros Sabios, "Haz una apertura del tamaño de una aguja, y Dios la expandirá al tamaño de un gran salón de banquetes". Pronto se hizo imposible no ver a Dios tomando nuestra mano en cada paso del camino.
Hay una idea en el judaísmo de que Dios no da un desafío sin antes arreglar su solución. Solamente pensar en cuántos aspectos de nuestra situación estaban en su lugar antes que siquiera comenzáramos esta prueba es alucinante.
Incluso antes de que supiéramos que el diagnostico era cáncer, tan pronto como sospechamos la posibilidad, nos contactamos por teléfono con Jai Lifeline, una organización internacional que ayuda a familias en estas situaciones a navegar por su estado de confusión. Jai Lifeline demostró ser una increíble fuente de apoyo para nosotros durante esta terrible experiencia. La única razón por la que nos contactamos rápido con esta organización –o siquiera supimos que existía– fue a través de un amigo cercano que conocimos mientras vivíamos en Des Moines, Iowa. (Como llegamos a Des Moines, de todos los lugares posibles, es toda una historia en sí misma).
Más aún, fue solamente porque estos mismos amigos se mudaron a Savannah, Georgia, que nosotros terminamos mudándonos aquí también. Inmediatamente nos sentimos "en casa" y sentimos que la comunidad se preocupó de nosotros cuando mis padres enfermaron repentinamente durante los primeros meses después de nuestra mudanza. Debido a estas dificultades que pasamos, y cuánto apoyo nos había brindado la comunidad, sabíamos que cualesquiera fueran las incertidumbres que nos esperaran podían manejarse. Mirando hacia atrás, vemos claramente como Dios estaba tratando de "amortiguar" el golpe.
Tienen que correr esta carrera, pero nosotros les daremos los vasos de agua.
Durante los tratamientos de Menji, hubo tantos actos de bondad hechos por nosotros, por quienes eran cercanos a nosotros, por la comunidad, e incluso por extraños alrededor del mundo. Nuestros vecinos aportaron con turnos de transporte y tarea y cuidar niños por más de un año. Amigos me contaban constantemente de las buenas acciones que se estaban haciendo en merito de la completa recuperación de Menji. En un momento alguien dijo, "Tienen que correr esta carrera, pero nosotros les daremos los vasos de agua".
Dios puso otra gran pieza en su lugar. Sabíamos que el mejor tratamiento oncológico estaba en Nueva York y no podíamos pensar en ir a otra parte. Debido a que este cáncer era raro, queríamos un doctor que ya hubiera manejado muchos casos. Encontramos un oncólogo radicado en Atlanta (que era judío, nada más y nada menos) que se especializaba en Neuroblastoma. Solamente dos años antes, mi hermana se había mudado a Atlanta. El doctor estaba ubicado tan sólo a minutos de la casa de mi hermana. Este desafío de ¿A dónde ir?, se hizo evidente. Trataríamos a nuestro hijo en Atlanta, ya que el cuidado era bueno y la casa de mi hermana sería nuestra base. Como nos dimos cuenta prontamente, mi hermana se transformó en un ancla crucial de apoyo en estas aguas turbulentas.
Presenciamos en persona el increíble apoyo y la extraordinaria comunidad judía, a donde sea que fuéramos. Mientras más afianzados estábamos en hospitales en diferentes estados del país, más apreciábamos esta extraña red de apoyo. Fuimos a Jacksonville para tratamientos de radiación y allí, también, a pesar de ser una comunidad muy pequeña, la lluvia de amabilidad fue extraordinaria. A donde quiera que fuéramos, los representantes de Dios estaban ahí. Él incluso arregló que entre la pequeña contingencia de personas que podían preparar comidas casher para nosotros en Jacksonville, la única persona que regularmente hacía jalot para Shabat utilizaba una receta especial ya que su hijo tenía alergia al huevo – por "coincidencia" ¡la misma alergia que mi hijo!
Saga de Recaudación de Fondos
Mientras atravesábamos este desafiante camino, las señales de que Dios estaba con nosotros podían fácilmente llenar libros. Sin embargo, una historia en especial, destaca como la más ilustrativa de un propósito más amplio detrás de todo el dolor.
Luego de seis rondas de quimioterapia, cirugía, y un régimen adicional de altas dosis de quimioterapia previo a un transplante de medula y 13 días de radiación, nuestro consumido querido hijo todavía tenía escáneres que mostraban la presencia de cáncer. ¿Qué hacer? Había un tratamiento experimental que parecía tener éxito, pero solamente estaba disponible en un lugar en el país: el hospital Memorial Sloan Kettering en Nueva York. Nuestro seguro no quería cubrirlo, y antes de que el hospital estuviera dispuesto a hablar con nosotros teníamos que mostrar que disponíamos de USD $125.000. Desde el punto de vista médico, no podíamos tener demoras, y nuestro consejero legal dijo que era poco probable que ganáramos frente a la compañía de seguros, dado el corto espacio de tiempo que teníamos.
Eso nos dejó una opción: hacer la cita, y el dinero tendría que llegar. Este fue un tremendo salto de fe. Nosotros somos maestros, no personas de negocios, y nunca hemos tenido casa propia, así que esta cantidad de dinero es realmente extraña para nosotros. Y el mercado había colapsado apenas un mes atrás. ¿Mencioné que todo esto tenía que hacerse en una semana? No había duda en nuestras mentes que conseguir el dinero que necesitábamos sería un claro acto de Dios. No había forma de que pudiéramos hacerlo sin Su ayuda.
De alguna forma nos arreglamos para conseguir USD $125.000 en una semana.
Todavía no estoy muy segura de cómo fue que ocurrió todo. Pero una persona habló con otra persona, y una publicó aquí y allá, y extraños de todas partes del mundo no solamente comenzaron a enviarnos dinero sino también se vieron inspirados para rezar y crecer espiritualmente. Facebook, blogs, radio, TV – todos fueron elevados a herramientas de salvación para mi hijo. El contador de visitas en nuestro blog marcaba más de 1,000 personas tan sólo en dos días. Solamente los detalles de esta historia podrían fácilmente llenar un libro.
Nunca podemos subestimar el poder del rezo y la caridad y las acciones que hacemos para tener una vida más espiritual. Lo que pasó después, realmente deja este punto muy claro. El doctor del hospital Sloan Kettering nos dio la extática noticia de que después de cinco días de escáneres no había rastro de cáncer en ninguna parte de su cuerpo. ¿Qué cambió? No habíamos hecho nada más desde el último escáner, sólo agitaciones espirituales de innumerables judíos en todo el mundo.
Además de los increíbles resultados para nuestro hijo, Dios nos dio otro regalo. Si hubiéramos recibido resultados malos, hubiésemos cuestionado la atención que habíamos recibido hasta ese momento. Dios nos dio el regalo de saber que habíamos sido guiados a los doctores y hospitales indicados. Por supuesto, Dios podía haber hecho que estos escáneres aparecieran limpios antes de toda la saga de recaudación de fondos, pero entonces todas las personas que se motivaron a ayudar nunca se hubiesen involucrado. Pudimos ver claramente una relación directa entre el flujo espiritual de ese periodo de 8 días y ese juego de escáneres limpios que fueron tomados un mes después.
Sin embargo, nuestra saga aún no ha terminado. El consenso general con este tipo de cáncer es que escáneres limpios no implican remisión. Este cáncer todavía puede deambular microscópicamente, sin ser detectado. Así que estamos gastando mucho dinero para darle a Menji terapia de anticuerpos que tiene el doble propósito de tratar cualquier cáncer que no vemos, y también ha demostrado ser efectivo como prevención. Y ahora, luego de seis meses de escáneres limpios, gracias a Dios, estamos más cerca de la creencia de que para nuestro hijo, esta terapia de anticuerpos es una medida puramente preventiva.
"¿Cómo duermes por la noche sin saber lo que pasará mañana? Me preguntó recientemente una amiga.
Yo sonreí y respondí: "¿Desde cuando estoy a cargo del futuro? Si no estoy durmiendo por la noche, es porque no estoy haciendo todo lo que podría para perfeccionarme espiritualmente. Ese es mi rol en todo esto. El mañana se lo dejo a Dios".
Para ver que puedes hacer para ayudar a Menji (Menajem Shalom Ben Miriam), visita www.thelandonfamilypage.
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