Pagando a Tiempo

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A todos los acreedores hay que pagarles a tiempo, y en especial a los trabajadores.

P. A veces no hay suficiente efectivo para las necesidades de la empresa. ¿Puedo demorar el pago a mis trabajadores?

R. "Las necesidades de la empresa" puede significar muchas cosas. Hace falta mucho dinero para construir una empresa, y no siempre es fácil conseguir créditos. Utilizar a los proveedores y a los trabajadores como una fuente de préstamos es definitivamente inapropiado. Todos entienden (a regañadientes) que si no tienes suficiente dinero, entonces, no recibirán su pago, pero si tienes dinero lo primero que debes hacer es pagar tus deudas. El Talmud declara que "Pagarle a un acreedor es una mitzvá (mandamiento)" (1).

En algunos casos los trabajadores o acreedores están dispuestos a extender el crédito para ayudar a asegurar la prosperidad de su cliente o empleador, pero este tipo de arreglo siempre debe ser hecho mediante una justa negociación.

Más allá del mandamiento general de pagar las deudas a tiempo, la Torá pone un énfasis especial en pagarle a los trabajadores a tiempo. En el libro de Levítico (19:13) leemos: "No conserves [injustamente] lo que le debes a tu vecino. No permitas que el salario de un trabajador permanezca contigo durante la noche, hasta la mañana". Este mandamiento se aplica en especial al salario de un trabajador.

De nuevo, esta vez en el libro de Deuteronomio (24:24-15), encontramos:

    No retengas el salario que le debes a tu pobre o destituida mano de obra contratada, ya sea un hermano tuyo o un prosélito viviendo en un asentamiento en tu tierra. Debes darle su salario el día que corresponde, y no debes dejar que se ponga el sol con él esperándolo. Dado que es un hombre pobre, y su vida depende de él, no dejes que clame a Dios, causando que cargues con pecado.

Primero la Torá prohíbe retener los salarios del todo. A pesar de que robar ya había sido prohibido, hay necesidad de agregar una prohibición específica sobre los salarios debido a la mayor gravedad. La Torá prohíbe incluso retrasar el pago. También da la razón: "Su vida depende de él". Una traducción más literal es: "Él apoya su alma en él". Esto podría significar que su alma, que es lo mismo que su vida, depende de él – es decir, lo necesita para su sustento. Otra forma de entenderlo es la mencionada en el comentario de Rashi: que arriesga su vida por él, si el trabajo es peligroso. Quizás el sentido más simple de las palabras es el mencionado por el comentario de Jizkuni, que explica que el trabajador ansía su pago.

Mientras que la mayoría de las transacciones son tomadas como un ingreso o egreso de dinero en el flujo de caja, el trabajador es una excepción. Él pone su corazón y alma en el trabajo, todo con la expectativa de recibir su salario a tiempo. Su desilusión es mucho más grande que la de un acreedor promedio.

Otra pregunta es cómo te has metido en la situación. Todo deudor tiene prohibido pedir un préstamo y desperdiciar el dinero o invertirlo de manera imprudente, poniendo en riesgo su capacidad de devolver (2). Pero con un trabajador, hay un requisito adicional de planificar el flujo de caja para evitar problemas. El Sefer HaJinuj (588), un comentario sobre los mandamientos, escribe:

    La Torá no lo obligó salvo que tenga el dinero o que pueda pagar de otra manera, pero si no puede pagar sin sufrir una gran pérdida, la Torá NO lo obligó. Aún así, toda persona pensante debe asegurarse de tener el dinero en la mano antes de contratar trabajadores.

La conclusión es la siguiente: Todos los acreedores deberían recibir su pago inmediatamente, siempre que sea posible, y está mal recurrir a los proveedores o empleados como prestamistas sin su expreso consentimiento. Igualmente, si no hay dinero es obvio que no se les puede pagar a todos. Pero hay varias ventajas que tiene un trabajador por sobre otros prestamistas. La Torá tiene un mandamiento específico de pagar a tiempo, y una prohibición de demorar, hay un requisito más grande de preocuparse con anticipación para que el dinero esté disponible, y la Torá nos recuerda el dolor y la desilusión causada por el retraso del pago, para que nuestro sentido de empatía nos impulse a buscar todos los medios posibles para pagarle puntualmente a los empleados.

 

FUENTES: (1) Talmud Babilónico Ketubot 86a (2) Shulján Aruj Joshen Mishpat 97d.

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