3 pasos simples para rezar de forma correcta en Rosh Hashaná

01/10/2024

4 min de lectura

Una exploración de los temas principales de la plegaria de Musaf.

Párate. Siéntate. Canta esta parte. Dilo en voz baja. Prostérnate. Vuelve a pararte. No hables. No te quedes callado. Pasa a la página 90.

Tratar de seguir las plegarias judías es confuso y a veces estresante, especialmente si pasó mucho desde que lo intentaste. Rosh Hashaná tiene su propia liturgia, e incluso los que asisten más a menudo a la sinagoga pueden confundirse.

Aquí hay una guía sobre los temas especiales de la plegaria de Musaf de Rosh Hashaná.

¿Qué es Musaf?

La mayoría de los días, en la liturgia judía hay tres servicios de plegarias: Shajarit en la mañana, Minjá en la tarde y Maariv en la noche. En Shabat y en las festividades, se agrega Musaf en la mañana (la palabra traducida del hebreo significa adición), y sólo en Iom Kipur se agrega la plegaria de Neilá entre Minjá y Maariv. La disposición de las plegarias sigue la estructura de las ofrendas de los sacrificios en el Templo Sagrado antes de su destrucción hace 2.000 años.

Cada Shabat y festividad tiene un servicio de Musaf que corresponde a la ofrenda especial que se llevaba ese día. Musaf también actúa como una oportunidad para explorar los temas especiales del día: el descanso en Shabat, la santidad de las festividades y las tres secciones especiales en Rosh Hashaná.

Veamos cuáles son estas tres secciones especiales.

1. Maljuiot – Reinado

Dios tiene muchos nombres, y uno de los más destacados en Rosh Hashaná es el de Rey de reyes. Obviamente hoy no nos encontramos con reyes tanto como en el pasado, pero este nombre identifica a Dios como la máxima autoridad, por encima de todos los presidentes, primeros ministros, gobernadores e interventores que tratan de ejercer su poder. Leemos versículos en este sentido.

En un nivel más personal, reconocer a Dios como el gobernante por encima de todo implica reconocer que Su plan es el que debemos seguir. Rav Ierujam Levovitz, un importante guía espiritual del siglo XX, dio una explicación: podemos tomar ciertas decisiones perjudiciales, pero por lo general estas no se presentan como tales. Nos decimos a nosotros mismos que es algo bueno que queremos hacer. Hablar mal de la gente, guardar rencor, elegir el dinero por encima de la moral… Son decisiones que, de hecho, son equivalentes a seguir a un "dios ajeno".

Rosh Hashaná nos da la oportunidad de reajustarnos y comenzar de nuevo. Al pensar en el mundo a través del prisma de la autoridad de Dios, podemos reconsiderar nuestros valores fundamentales en la vida. Es la forma perfecta de fijar el estándar para el año que comienza.

2. Zijronot – Recuerdos

Si tan sólo reconociéramos a Dios como un Ser Supremo, como el que lo ve todo, lo oye todo y lo sabe todo… ¿Cómo podríamos tener una sección de la plegaria llamada "recuerdos"? ¿Acaso Dios olvida algo o necesita ayuda para recordarlo?

Con más exactitud, a lo que alude esta sección es a la forma en que Dios ve todo dentro de un contexto. Cuando hablamos de recompensa y castigo o de méritos y falta de méritos en el prisma del pensamiento judío, la misma acción de diferentes personas siempre será juzgada de manera diferente. Todo el mundo tiene desafíos diferentes, diferentes áreas de la vida en las que es más probable que luche o que se destaque.

En el Templo Sagrado, el gran altar donde se ofrecían los sacrificios tenía una rampa, no escaleras. La idea era que no puedes quedarte quieto en una rampa; o avanzas o retrocedes. Una vez que hemos enmarcado nuestras mentes para el futuro en Maljuiot, podemos mirar hacia atrás a nuestros actos y ver si realmente estábamos progresando o simplemente retrocedíamos.

Rezamos a Dios para que nos dé un marco positivo para nuestras acciones, pero la plegaria, tan autorreflexiva como es, nos alienta a encontrar también el marco. Observa el contexto en el que te encuentras y pregúntate: ¿Estoy haciendo lo mejor que puedo en este momento de mi camino? ¿Seguiré haciendo lo mejor que puedo para mi nivel este año?

3. Shofarot – Cuernos

El shofar es el cuerno que hacemos sonar 100 veces cada día de Rosh Hashaná y tiene un gran significado en el día. De acuerdo con Maimónides, el shofar simboliza un nuevo comienzo; sonó en el momento de la entrega de la Torá que dio comienzo a la nación judía y en la conquista de Jericó, que dio comienzo a la propiedad judía sobre la tierra de Israel.

Hemos pensado sobre nuestros actos, pasados y futuros. Los hemos entendido desde el contexto de nuestras propias travesías personales. Ahora es el momento de pedir un nuevo comienzo. Por favor, Dios, te pedimos que recuerdes que sólo somos humanos y queremos tratar de ser mejores. A la gente le gusta hablar del "Dios de fuego y azufre del Antiguo Testamento", pero el Dios de la Torá y del pueblo judío no es así. Él nos dio el símbolo del shofar y con él, nuestra propia apertura para tener un nuevo comienzo.

Tenemos las herramientas para ser mejores personas. Puedes usarlas en tu plegaria privada o unirte a un colectivo más amplio que busca retornar a su mejor convivencia. Presta atención a las palabras y considera la resonancia histórica de todos estos temas.

Cada año, los judíos le piden a Dios que por favor les de este año otra oportunidad. Podríamos pensar que en un omento dado esto se volvería repetitivo. Dios lo sabe todo y recordará que pasaron por la misma rutina el año previo. Pero la verdad es que más que de acción, Rosh Hashaná se trata de intención. No eres perfecto, nadie lo es, pero… ¿quieres intentar serlo? ¿Tienes un plan para tratar de acercarte a eso lo más posible? ¿Qué es realmente lo que quieres lograr este año? La única persona que puede responder a esto eres tú.

Ejercicios

Aquí hay 3 cosas que puedes hacer para prepararte para la plegaria antes de Rosh Hashaná:

  1. Tómate 10 minutos y escribe los valores fundamentales que crees tener. Luego reduce la lista a 10. Luego a 5. Luego a 3. Entonces preguntate: ¿Defiendo estos valores cada día?
  2. Mira hacia atrás en tus recuerdos y trata de ver dónde estabas el Rosh Hashaná pasado. ¿Cuáles eran tus esperanzas? ¿Tus plegarias? Ahora pregúntate cuánto has cambiado y si es para mejor.
  3. Observa hacia el nuevo año. ¿Qué quieres lograr este año, tanto a nivel físico como espiritual? ¿Qué harás para llegar a eso?
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