Cuarenta días para un "nuevo tú"

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El día de hoy marca el primer día del resto de tu vida. He aquí un método judío para materializar este concepto.

El momento más auspicioso para embarcarse en un programa de autodesarrollo es el primer día del mes hebreo de Elul. Por muchas generaciones, Elul ha sido un tiempo propicio para el cambio personal y la renovación. Elul, como el mes que precede a las grandes festividades de Rosh HaShaná y Iom Kipur, es un tiempo de preparación específicamente reservado para esos eventos.

El primer Elul

Para situar al mes de Elul en un contexto histórico, recordaremos la historia del pueblo judío en el Monte Sinai: ellos habían cometido un grave error con el becerro de oro, y las cosas no se veían bien vis a vis en su relación con Dios.

Fue en el primer día de Elul que el proceso de reconciliación comenzó. Ese día, Moshé ascendió al Monte Sinai (por tercera vez), donde pasó 40 días rezando en nombre de la nación. Al mismo tiempo, los judíos mismos sondaron las profundidades de sus corazones y renovaron su convicción de aceptar el desafío que habían recibido en el Sinai.

Cuarenta días más tarde, los judíos se habían elevado a sí mismos hacia una posición espiritual donde eran aptos una vez más para una relación con la divinidad. En ese día Moshé descendió del monte con un segundo juego de Tablas, simbolizando el perdón de Dios y el restablecimiento de los judíos como la nación que debería llevar el mensaje de Dios. Ese día de reunificación fue Iom Kipur, el día de la expiación.

Patrón de cuarenta

¿Por qué el proceso tomó específicamente 40 días? Lo que es más, el número 40 aparece en decenas de lugares en la Torá. La primera vez que Moshé subió a la montaña, también estuvo allí 40 días. Asimismo, en la historia de Noaj y el diluvio, la lluvia cayó durante 40 días. Los judíos vagaron por el desierto durante 40 años. Y un baño ritual judío ("Mikve") debe contener un mínimo de 40 unidades de agua. Y la lista de "cuarenta" es aun más larga...

Cuarenta representa el concepto de renovación: un nuevo comienzo. Cuarenta significa que algo puede tener el mismo aspecto antiguo en su superficie, pero su esencia es totalmente nueva. Considera lo siguiente:

La primera vez que Moshé ascendió el Monte Sinai durante 40 días para recibir la Torá, los judíos se transformaron en una nación. Los 40 días de lluvia de Noaj simbolizan el mundo partiendo de nuevo de cero. Los 40 años errando en el desierto fueron una transformación para pueblo judío, pasaron de estar arraigados a la mentalidad esclava de Egipto, a una que entiende la verdadera libertad. Y la inmersión en la Mikve es el símbolo judío consumado de renovación espiritual. (Similarmente, no es coincidencia que Dios decretara 40 semanas para el desarrollo humano en el útero).

Los 40 días desde Elul hasta Iom Kipur fueron cruciales para renovar la relación entre Dios y el pueblo judío. Cada vez que percibimos a Dios como distante, podemos estar seguros de que no es Dios quien se alejó, sino que el pueblo no es digno de esa relación intima. Ellos pasaron 40 días cambiando su interior, y desde entonces, Elul es el momento ideal para el crecimiento personal y la renovación.

¿Quién te gustaría ser?

Los sabios enseñan que desde el momento de la concepción humana, toma 40 días para que el alma entre en el cuerpo por primera vez.

Iom Kipur, que acontece 40 días después de Elul, es el día de renacimiento espiritual. Es decir, es el día en que un "nuevo tú" nacerá. Así, el primero de Elul marca la concepción del "nuevo tú" espiritual.

El desarrollo necesario para recibir tu alma renovada comienza ahora.

Así que, ¿quién te gustaría ser dentro de 40 días? Imaginemos por unos minutos que todo es posible. Supón que podrías eliminar todo lo que es malo y mejorar todo lo que es bueno sobre ti. ¿Quién te gustaría ser?

Dedica unos minutos visualizando el "tú" ideal. (Es mejor escribirlo en una hoja). Piensa en este tipo de preguntas:

¿Qué clase de amigo, padre o madre te gustaría ser?
¿Cómo actuarías en público?
¿Cómo manejarías tus asuntos privados?
¿Qué hábitos te gustaría romper?
¿Cómo te gustaría hablar?
¿En qué piensas dedicar tu tiempo y energías?
¿Qué te gustaría entender?
¿Sobre qué ámbitos te gustaría tener un mayor control?
¿Qué cosas prefieres que no entren más en tu mente?
¿En qué condiciones te gustaría que este tu cuerpo?
¿En qué áreas te gustaría ser más cuidadoso?
¿En qué áreas te gustaría tener menos preocupaciones?

Una vez que hayas definido el "tú" ideal, trata de describir a esa persona con la máxima cantidad de detalles posible. Esto no quiere decir que te convertirás en esa persona el próximo año, pero si no sabes adónde estás tratando de ir, no llegarás nunca.

Articula algunos objetivos concretos. Ese es el primer paso para un cambio permanente hacia el bien. Como dice el Talmud:

"Por el camino que la persona quiere ir, por ese camino es conducido". (Makot 10b)

Extraído de Spiritual Accounting – A practical Guide to Permanent Change, por Joel Padowitz.

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