Mitzvot
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La Reina Ester nos muestra como todos podemos ser héroes.
Dicen que "ningún hombre es un héroe para su sirviente". Su sirviente lo ve con la guardia baja – cuando está cansado, malhumorado, sin sonreír. Su sirviente sabe que opina realmente de las visitas, de la velada, del negocio. ¿Pero por qué eso evita que ascienda a un estatus de héroe?
¿Es que acaso los héroes nunca se relajan? ¿Ellos sólo modelan la perfección? ¿Qué significa exactamente ser un héroe? ¿Son las acciones grandiosas un prerrequisito?
El heroísmo es superar los obstáculos que se encuentran en nuestro camino hacia lo espiritual.
Al discutir la historia de Ester durante Purim, la Rebetzin Tzipporah Heller define el heroísmo como superar los obstáculos que se encuentran en nuestro camino hacia lo espiritual. Ester tuvo que arriesgar su propia existencia para rogar por la salvación del pueblo judío. En la ilustrada ciudad de Shushan, atreverse a ver a su marido, el Rey Ajashverosh, sin su específica petición, era una ofensa capital – a menos que él levantara su cetro para ella. A pesar de las desalentadoras posibilidades, al enterarse del decreto de matar a su pueblo, Ester se acercó al rey y puso su vida en riesgo. ¡Ese fue definitivamente un gran obstáculo!
Pero no todos los impedimentos son tan dramáticos. ¿Qué pasa si tu amiga está atascada en una cita y te pide que recojas a sus hijos? Quizás tú tenías otros planes. Quizás incluso estabas esperando con ansias un tiempo de relajo. Quizás solamente no tenías ganas. Pero vas de todas formas. ¿No eres una heroína? Te sobrepusiste a tu propio cansancio, inercia y deseos, para hacer algo bueno por una amiga. ¿No se trata de eso el heroísmo?
Cada vez que nos mordemos la lengua en una discusión con nuestra pareja, cada vez que transformamos el criticismo hacia nuestros hijos en alabanzas, cada vez que tomamos medidas drásticas sobre esas terribles palabras de chisme, ¿no somos héroes?
A pesar de que nos han enseñado que "la familiaridad produce desprecio", ese claramente no es siempre el caso. Los matrimonios y las familias resisten este desafío todo el tiempo. Y muchos niños (¡una vez que pasan la adolescencia!) citan a sus padres como sus héroes y sus modelos a seguir.
¿Pero no los vieron ellos en su peor momento? Probablemente. Pero también los vieron luchar y sobreponerse a los problemas. Ellos vieron a su padre ser paciente con sus hijos y amable con sus amigos incluso en medio de un devastador retraso en los negocios. Ellos han visto a sus padres perder los estribos – y luego disculparse. Discutir, y luego retroceder. Ser cordiales con otros, mientras lidian con un trauma personal privado.
Si te sientes feliz y sociable, no es una gran cosa ser amistoso. Pero si no lo sientes y lo haces de todas formas, eres una estrella. Si les lees una historia a tus hijos, a pesar de que tus ojos se están cerrando y alientas a tu marido incluso cuando tu propio animo está bajo, estás subiendo en la escalera. (La música de la película "Rocky" comienza a sonar).
Sí es heroico rescatar a personas de un edificio en llamas, donar tu riñón a una persona necesitada, resguardar a personas sin casa y enseñar a los ignorantes. Pero no todo el heroísmo ocurre en una escala tan grande. Para algunos, levantarse de la cama cada día requiere una fuerza de voluntad de tamaño heroico. Para otros, ir consistentemente a un trabajo que no les gusta para mantener a sus familias, demuestra coraje y determinación.
Fuimos recientemente los receptores de una bondad enorme de parte de alguien que apenas conocíamos, alguien cuya esposa había recién dado a luz a un bebé en peligro severo. "Disculpa que me haya tardado un poco más en devolver tu llamado hoy", dijo él. "Volvieron a poner al bebé en un respirador". Y pensar en nosotros y en nuestras necesidades en la mitad de esta crisis. ¿No es un héroe?
Miramos a otros y admiramos su presencia y confianza, sus palabras y sus logros. Y no tenemos idea del costo.
El heroísmo no es cosa de una sola vez; es un estilo de vida.
No tenemos ni idea de las guerras vividas, las batallas superadas. Quizás él es un ejecutivo muy exitoso. Le ha tomado años de humildad y paciencia. Quizás ella es una maestra excelente. Ella ha aprendido a ignorar su frustración y a enfocarse en lo positivo. Quizás ella es una gran madre. Y con tremenda fuerza de voluntad y determinación ella ha aprendido a tener autocontrol, a enfocarse en lo que puede soportar en vez que enfocarse en lo que no. Nada de esto llega fácil. Es por eso que es heroico.
Todos podemos ser héroes. Cada paso de crecimiento espiritual es parte de la lucha heroica en contra de la oscuridad y la maldad. Nuestra batalla personal, nuestra oportunidad personal de gloria.
Dejemos ver a nuestros hijos que el heroísmo no es cosa de una sola vez; es un estilo de vida. A pesar de que Ester tuvo su gran momento heroico, su gran logro fue su habilidad para vivir cada día en el palacio, como la esposa de un rey malvado, y mantener su compostura, equilibrio y su relación con Dios. Ella se concentró en el bien a futuro y no en el sufrimiento del presente, dedicándose a una extensa misión a nombre de su pueblo, que debe haberle causado angustia diariamente. Ahí es donde podemos realmente aprender de Ester. Ese es su legado eterno para nosotros.
En Purim todos tenemos la oportunidad de construir la fuerza y el compromiso de Ester y tener acceso a nuestro potencial heroico latente.
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