Shabat: Un altar en el tiempo

6 min de lectura

Shabat es una vacación sagrada, sin gastos, en cualquier parte del mundo.

Una adivinanza judía: Algunas mitzvot son cumplidas al comer (por ejemplo la Matzá en Pesaj), mientras otras mitzvot son cumplidas pensando (por ejemplo el Estudio de Torá). Algunas mitzvot son cumplidas al hablar (por ejemplo el Shemá), mientras otras son cumplidas escuchando (por ejemplo el shofar en Rosh Hashaná). Pero hay ciertas mitzvot que cumplimos al sumergirnos totalmente – es decir, donde nuestro cuerpo es completamente rodeado por la mitzvá. Trata de adivinar cuales son antes de seguir leyendo...

Cuatro Inmersiones

Hay cuatro mitzvot que implican la inmersión total del cuerpo:

1) Sucá – en la fiesta de Sucot, la mitzvá es estar completamente envuelto al vivir en una sucá.

2) Mikve – en momentos apropiados, nos sumergimos completamente en las purificadoras aguas de la mikve.

3) Tierra de Israel – es una mitzvá estar ubicado físicamente en la tierra de Israel.

Estas tres son similares en que son todas inmersiones en un lugar particular.

¿La cuarta respuesta? Shabat.

Cuando llega Shabat, nos sumergimos en una nueva dimensión, una dimensión de tiempo. De esta manera, Shabat es cualitativamente diferente. En vez de un "lugar" sagrado al cual debemos entrar, Shabat es una santidad que viene a nosotros, una vez a la semana, todas las semanas. Y mientras siempre podemos salir de una sucá o irnos de Israel, Shabat tiene una estabilidad y permanencia que trasciende las limitaciones del espacio. Es una vacación, sin gastos, en cualquier parte del mundo. Sin necesidad de agente de viaje.

Sustancia Sagrada

¿Pero qué es santidad de todos modos? En hebreo, kedushá tiene la connotación de separado y distinto. Hacemos Kidush el viernes en la noche para distinguir entre Shabat y los días de semana. Y Kidushin, la palabra para matrimonio, es nombrada así porque aquel con quien me caso esta designado para un status único, comparado con cualquier otra persona en el mundo.

La santidad, sin importar que forma tome, es una sustancia metafísica que nuestras almas pueden percibir. Hace unos años, yo recién había regresado a Israel de un viaje a Norteamérica. Volé de regreso a Israel, y no había estado más que unos minutos abajo del avión, cuando vi que alguien agarró un bolígrafo y comenzó a escribir. Instintivamente me dije a mi mismo, "¡Hey, nosotros no escribimos en Shabat!", después me di cuenta que era miércoles.

Confundido, comprendí que la experiencia de llegar de regreso a Israel me había dado un golpe de santidad – y yo intuitivamente lo asocié con el sentimiento de Shabat. La forma puede haber sido distinta, pero la sustancia era la misma. Ya que así como Israel es un lugar sagrado, Shabat es santidad en el tiempo. Shabat y el Tabernáculo

En el libro de Éxodo, Moisés reúne al pueblo judío y les dice lo siguiente:

"Ustedes pueden hacer melajá durante los seis días de la semana, pero el séptimo día será sagrado para ustedes... No prendan fuego en ninguna de sus viviendas en el día de Shabat." (Éxodo 35:2-3)

Inmediatamente después de esto, la Torá describe las tareas necesarias para construir el Tabernáculo, el precursor del Sagrado Templo. ¿Por qué la Torá yuxtapone la construcción del Tabernáculo con la mitzvá de cuidar Shabat?

Porque Shabat y el Tabernáculo son uno solo. Ambos son eslabones que nos unen con una dimensión trascendental. Durante los 2000 años de exilio del pueblo judío de la tierra siguiendo la destrucción de nuestro Sagrado Templo, Shabat sirvió como nuestro santuario, el lugar para restaurar y refrescar nuestra perspectiva en un mundo con frecuencia hostil hacia los valores de la Torá. Como está dicho: "Tanto como los judíos han cuidado Shabat, Shabat ha cuidado a los judíos".

Microcosmos de la Creación

Pero la conexión entre Shabat y el Templo es mucho más profunda. En los versículos citados más arriba, la Torá prohíbe "melajá" como una violación de Shabat. Esto es confuso porque salvo la referencia de encender fuego, en ningún lugar de la Torá hay una definición de "melajá". Imagina a Moisés bajando del Monte Sinai y diciéndole al pueblo no hacer melajá – bajo la pena de muerte. La primera cosa que yo quisiera saber es: ¡¿Qué es melajá?!

El Talmud (Shabat 73a) explica: La Torá yuxtapone Shabat y el Tabernáculo para enseñarnos que aquellas actividades usadas para construir el Tabernáculo, son las mismas actividades que están prohibidas en Shabat. Por ejemplo, ya que el Tabernáculo implicaba coser, nosotros no cosemos en Shabat; ya que implicaba cocinar, no cocinamos.

¿Suena arbitrario? Difícilmente. Los cabalistas explican la conexión de la siguiente manera:

Dios creó el mundo en seis días y descansó en el séptimo; en nuestro esfuerzo por emular a Dios debemos asimismo descansar en el séptimo. Pero para saber como descanso Dios en el séptimo, primero debemos saber que acciones creativas hizo durante los primeros seis días.

Aquí es donde el Tabernáculo es la clave: El Tabernáculo representa un microcosmos del universo – una destilación de todas las energías, diseños y recursos encontrados en el mundo material. Betzalel, el arquitecto principal del Tabernáculo, entendió los planos para la construcción del Tabernáculo solamente porque comprendió el código de la creación. De hecho, el nombre Betzalel significa "en la sombra de Dios".

Por eso al ser el microcosmos de la creación, las actividades llevadas a cabo construyendo el Tabernáculo, son precisamente paralelas a aquellas acciones realizadas por Dios (por así decirlo) al crear el mundo. Ya que el Tabernáculo implicaba escribir, nosotros emulamos el descanso de Dios al no escribir en Shabat.

Las actividades prohibidas en Shabat – "melajá" – son diferentes de la definición secular de "trabajo"; nos abstenemos de "acciones creativas," no de "esfuerzo." Por ejemplo, en Shabat puede que este permitido acarrear una caja pesada desde el sótano hasta el ático, pero al mismo tiempo esta prohibido encender un fósforo. Mover la caja no implica un cambio en el estado creativo del objeto, mientras que prender el fósforo claramente si.

Paz y Armonía

El efecto es profundo. En Shabat, cuando dejamos de crear, no sentimos más la necesidad de competir con el mundo que nos rodea.

La Torá elige "prender fuego" como su único ejemplo de melajá, porque personifica lo divisivo, energías de combustión que Shabat pretende evitar. En vez de imponer nuestra voluntad sobre el mundo, estamos en armonía con él. No manejamos automóviles, no hacemos trabajar a los animales, e incluso no arrancamos siquiera una hoja de pasto.

En Shabat, todos son reyes. Aprovechamos la espiritualidad extra infundida en Shabat para enfocarnos en nuestras metas espirituales, las cuales expresamos a través de rezos, estudio de Torá, comidas festivas, y tiempo que pasamos con familia y amigos. Por un día cada semana, no hay competencia. Sólo hay abundancia.

¡Dame un Descanso!

Además de paz comunal, Shabat trae paz personal también. Seis días a la semana, el hombre moderno esta encerrado en un ciclo de correo electrónico y teléfonos celulares. Shabat es nuestra oportunidad de retroceder y momentáneamente liberarnos de la presión.

Hace muchos años, yo estaba entrevistando a una famosa estrella de rock en la cima de su carrera. (Lo siento, sin nombres.) "Dime," le pregunte, "¿Cuál es la mejor parte de ser una estrella de rock? ¿Es la fama? ¿El Dinero? ¿El viajar por el mundo?"

Pensó por un momento y dijo, "La mejor parte de ser una estrella de rock es subir al escenario cada noche."

Buena respuesta, pensé. "Entonces dime", pregunté, "¿Cuál es la mejor parte de subir al escenario cada noche? ¿Es la adoración del público? ¿La potente música y las brillantes luces? ¿La increíble atmósfera de fiesta?"

Con toda sinceridad, me miró y dijo, "La mejor parte de subir al escenario cada noche es que nadie puede ubicarme en el teléfono."

Aquí hay un hombre que tenía todo – dinero, fama, honor. Y todo lo que quería era un descanso.

Para los judíos, Shabat es nuestro descanso. Nos da poder – de no desechar nuestro mundo laboral – pero de retener nuestra habilidad de ser independientes de él. Shabat da equilibrio y perspectiva para nuestras vidas y para nuestra semana. Así como los seis lados de un cubo reciben forma y sustancia de su centro sólido, de la misma forma, los seis días de la semana son equilibrados por Shabat, la dimensión interior.

Trayendo la Redención

Y es Shabat el que sostiene la llave del futuro judío.

El Talmud (Shabat 118b) cuenta: "Si todos los judíos cuidaran sólo dos Shabatot correctamente, la redención final ocurriría."

¿Por qué es necesario cuidar dos Shabatot correctamente? ¿Por qué uno no es suficiente?

Hay un mundo de diferencias entre el primer y el segundo Shabat. Un Shabat cuidado aisladamente seguramente sería espiritualmente elevador, pero este no es el tipo de Shabat que llevaría a la redención. Mas que un simple día, Shabat debe "derramarse" sobre la siguiente semana, elevando todas nuestras acciones y pensamientos.

Shabat no es el final de nuestra semana, sino que es el punto medio y la fuente de energía. El segundo Shabat, abordado después de una semana tan influenciada, es completamente distinto. Marca una cumbre espiritual, no una isla. Éste es el tipo de Shabat del cual su observancia traerá la redención. Éste es el Shabat de una semana, y un mundo, elevados. (Ver Kedushat Haleví, Ki Tisá 31:13)

Y esta es la grandiosa y permanente paz que nuestro pueblo anhela.

Al anochecer este viernes, toma un minuto y trata el siguiente ejercicio: Aprieta tus puños con fuerza por 60 segundos. Después suéltalos. Eso, mis amigos, es Shabat.

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