Ser padres
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¿Cómo hacer que valga la pena la espera?
Ser soltero es difícil. Ser mayor y soltero es más difícil aún. Por momentos, puedes sentirte atascado/a en una soltería interminable. Sin embargo, una gran enseñanza que descubrí es que en este período abundan las oportunidades espirituales. Aquí te presento cinco estrategias para ayudarte a hacer que la espera valga la pena.
Tú te completas a ti mismo/a. Hay un dicho famoso: “Adonde sea que vayas, allí estarás tú”. No importa con quién vayas o dónde estés, tú siempre estarás allí. Meterte en una relación no te completa automáticamente como persona; sólo tú puedes hacer eso por ti mismo.
Antes de unirte a otra persona es importante que tengas claridad en cualquier problema personal que tengas. Ocúpate con cosas que disfrutas y suman a tu identidad. Tienes tanto para dar, no sólo a tu pareja y a tu matrimonio, sino también en otras relaciones. Estoy tan agradecida por todo el tiempo y por las oportunidades que he recibido para trabajar en mis rasgos personales. He podido enfocarme en lo que disfruto y descubrir quién soy. Si bien puede ser frustrante ser soltera a los treinta y tantos, me siento mucho más cómoda conmigo misma ahora que cuando era más joven. Tengo una mayor claridad respecto a mis opiniones sobre la vida y a la forma en que quiero contribuir al mundo.
Sé agradecido/a. Nada es seguro en este mundo, especialmente en el clima económico actual. Las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Es muy importante que agradezcas cada oportunidad y bendición que Dios te da. Trato de pensar a diario en cinco cosas por las que estoy agradecida; deben ser cinco cosas diferentes cada día. Anota esas cosas en un cuaderno; puede que te sea útil cuando no estés con el mejor de los ánimos. Siempre habrá cosas que quieras en la vida, sin importar en qué etapa estés. Puedes elegir si pasar tu día anhelando lo que te falta o apreciando lo que tienes.
Aceptación. Ha habido momentos en el proceso de citas en los que he cuestionado mi situación personal y me he preguntado “por qué las cosas tienen que ser así”. Este tipo de pensamiento es aceptable, pero no es positivo ni constructivo. Una vez que acepté la realidad de mi situación, irónicamente fue algo liberador. Descubrí que cuando acepté mi suerte en la vida e hice las paces con ella fue el momento en que los problemas comenzaron a encontrar solución. Cuando comenzamos a entender que todo lo que Dios nos da es un regalo, incluso si no podemos entender por qué es bueno para nosotros en ese momento, es más probable que Dios nos dé más.
Abandona el control. El otro día me pasó algo en el trabajo. Estaba buscando información para un proyecto, dejé muchos mensajes de voz y emails, y nadie me había respondido. Hice lo mejor que pude y decidí que había llegado el momento de dejar que Dios se hiciera cargo. No había pasado ni siquiera una hora cuando envié un email por error, el cual terminó llevándome a la información exacta que buscaba. Obtuve lo que necesitaba porque después de hacer mi esfuerzo responsable, lo dejé todo en manos de Dios. Todos necesitamos ayuda del Gran Orquestador. Nos ayuda a recordar Quién está realmente a cargo.
¡Diviértete! La energía que le envías al mundo suele ser lo que termina volviendo hacia ti. La Torá nos ordena ser felices. No siempre es fácil, pero intenta trabajar en sentir satisfacción en lugar de carencia. Saca la lista de cosas que quieres hacer antes de morir (si no tienes una, hazla) y comienza a tachar cosas. Aprovecha este tiempo para hacer cosas que te hacen feliz, como caminar por las montañas, andar en bicicleta, viajar, empezar con un hobby, tomar clases, trabajar como voluntario/a. Esas cosas te llenarán, sumarán cosas positivas a tu vida y te harán más deseable como una potencial pareja.
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