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Durante las circunstancias más difíciles, los rehenes encontraron consuelo aferrándose a su judaísmo. Sus historias pueden ayudarte a enseñar a tus hijos lo que significa ser judío hoy.
Cuando los rehenes liberados comenzaron a contar sus historias sobre la oscuridad y el miedo durante los interminables meses de cautiverio, la única ancla común que los ayudó a sobrevivir fue su identidad judía. Los rehenes se aferraron al Shabat, incluso cuando nunca antes lo habían observado. Aprendieron a decir bendiciones por la comida al escuchar a alguien decirlas en una estación de radio israelí. Recitaron y se aferraron a plegarias que no decían desde su infancia.
En las circunstancias más desafiantes e inciertas de sus vidas, encontraron consuelo al aferrarse a su judaísmo. Encontraron luz y sintieron la presencia de Dios incluso en los túneles más oscuros. Sus inspiradoras historias pueden ayudarte a enseñar a tus hijos lo que significa ser judío hoy.
Puede parecer muy solitario estar en una clase o en un equipo cuando sientes que eres el único judío en la sala. Y no sabes si serás marginado o ignorado por tu fe. Pero nunca estás realmente solo.
Tienes un sistema de apoyo de familia y comunidad que incluso si no están en la sala contigo, están ahí para ti. Siempre que un judío sufre, hay judíos en todo el mundo que rezan y ofrecen la ayuda que pueden. Muchos de los rehenes hablaron de cómo sentían las plegarias de los judíos de todo el mundo sosteniéndolos y protegiéndolos. También tú nunca estás solo.
Tus antepasados son Abraham, Itzjak y Iaakov. Tus madres son Sará, Rivká, Rajel y Leá. Vienes de una larga línea de realeza y liderazgo. Este legado es un regalo que recibe todo niño judío, pero también es una responsabilidad. Tú continúas adelante con un legado precioso de tus ancestros que ha sido transmitido por muchas generaciones.
Levanta la cabeza. Sé un líder. Conoce tus raíces. Ellas te conectarán cuando te sientas perdido. Te darán la fuerza para crecer.
Tienes fortalezas e ideas únicas para aportar al pueblo judío. No hay nadie más que tenga el plano de tu alma o las experiencias que tú has vivido. La nación judía necesita tu talento y tu voz.
A veces puede parecer que eres sólo una persona anónima más perdida en la multitud, pero no lo eres. Hay mucho que puedes dar que nadie más puede. Eres un tesoro para tu pueblo, y siempre eres necesario.
El judaísmo te da una guía completa sobre cómo vivir con valores fundamentales como la bondad, el coraje y la justicia. La Torá está llena tanto de modelos a seguir como de personas que han luchado con desafíos que superaron al aferrarse a sus valores y su fe. Tu religión está llena de rituales hermosos y sagrados que dan significado tanto a tu vida diaria como a las estaciones del año.
Tienes acceso a una guía atemporal que te enseña valores y principios que afirman la vida y que te ayudan a crecer y prosperar.
Puede parecer que ya sabes todo lo que necesitas saber sobre el judaísmo, pero hay mucho más que puedes aprender. Hay una multitud de fuentes de sabiduría e ideas que te ayudarán a crear y dar forma a tu propia identidad judía. Hay muchas clases que puedes escuchar en línea, y personas que pueden ayudarte en tu camino. No importa cuánto sepas, siempre puedes aprender y crecer más cada día.
Cuando los rehenes regresaron a casa, sus familias les preguntaron qué era lo que más querían hacer o tener ahora que eran libres. Muchos pidieron cosas que hoy damos por sentadas como judíos. Pidieron un libro de oraciones. Pidieron candelabros de Shabat. Pidieron una copa de kidush y una comida familiar tranquila.
Cuando estaban en los túneles más oscuros, buscaron la luz de su judaísmo, y cuando emergieron, se aferraron tenazmente a esa luz.
Puedes enseñar a tus hijos el regalo de lo que significa ser judío hoy, para que ellos también tengan siempre una luz que les muestre un camino hacia adelante, sin importar dónde estén.
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