6 consejos míos que me hubiese servido escuchar cuando era más joven

2 min de lectura

Mi sabiduría actual aplicada a mis años pasados.

Querido yo de 15 años,

La angustia que experimentas durante el día mientras estás en adormecedoras clases, preguntándote si hay un propósito allí afuera que transforme la vida en una experiencia de alto octanaje, inolvidable y significativa, ¡es perfectamente normal! De hecho es buena. Significa que estás pensando sobre los grandes temas de la vida y estás llegando a darte cuenta que una vida secular persiguiendo sólo el éxito material no va a satisfacerte. Busca personas con las que puedas relacionarte y por las que puedas preocuparte sinceramente, y disfruta tus últimos años de vivir una vida sin preocupaciones. ¡Pronto todo cambiará!

Querido yo de 20 años,

No pienses que eres un gran tzadik (persona justa) sólo porque ahora usas una kipá y estudias en una Ieshivá. Todavía eres egocéntrico y arrogante, y tienes mucho que aprender. Deja de centrarte en ti mismo y aprende a entregar. Trata de poner en práctica la Torá que estás aprendiendo. La grandeza que anhelas deberás ganarla a través de mucho esfuerzo y compromiso. No te lo van a regalar, así que ponte en marcha.

Querido yo de 25 años,

Te estás acercando pero aún no estás listo para casarte. No te apures. Todavía estás demasiado enfocado en ti mismo como para comprometerte por completo con otra persona. Piensa en otros. Esfuérzate por adquirir ahora las cualidades que necesitas para el matrimonio. Y cuando empieces a salir en citas, consigue un consejero para asegurarte de mantener tu objetivo y no dejarte llevar por las emociones. Es excelente que tengas metas de vida que te apasionan; ¡empieza a hacerlas realidad!

Querido yo de 30 años,

No dejes que el miedo al fracaso ahogue tus sueños. Eso solamente garantiza el fracaso. Cree en tus fortalezas, conoce tus debilidades y date cuenta que Dios te apoya y que Él es la fuente de todas las cosas. Deja tu huella en el mundo. El matrimonio requiere nutrición diaria. Asegúrate que tu esposa sienta que es tu principal prioridad. Y asegúrate que realmente lo sea. Llena a tus hijos de amor.

Querido yo de 35 años,

A estas alturas ya te has dado cuenta que no estás en control. El hombre hace planes y Dios se ríe… Es cierto, así que no luches contra eso. Acéptalo y busca lo bueno en las cosas. Incluso si no puedes ver la bendición ahora, recuerda que Dios sabe lo que está haciendo y que quiere lo mejor para ti. Tú no puedes hacer las cosas mejor que Dios, aunque a veces creas que sí puedes hacerlo. Celebra tus éxitos, no los des por sentado. Llena a tus hijos de amor. Y sin importar cuán ocupado estés, hazte el tiempo para jugar con ellos.

Querido yo de 40 años,

No te des por vencido con ninguno de tus sueños y ambiciones. Rabí Akiva recién empezó a estudiar Torá cuando tenía 40 años, así que sigue aprendiendo y creciendo. Sé consistente con tus valores y metas: tus hijos están aprendiendo de ti. Aprecia a tu esposa y asegúrate de que sigues nutriendo tu matrimonio. Esa es la forma de asegurarte que tu amor será incluso mayor de lo que era cuando tenías 30. Llena a tus hijos de amor. Y sin importar cuán ocupado estés ni cuán viejo creas que eres, hazte el tiempo para jugar con ellos.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.