7 razones por las que agradezco ser judía

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Por qué hoy agradezco ser judía.

Mi familia está sentada en la mesa de Shabat y cada uno recibe su turno para describir qué fue lo mejor de la semana que terminó. Alguien menciona una excursión escolar. Otro niño habla sobre una buena nota en un examen. Mi esposo comenta sobre la salida familiar a la biblioteca y a la heladería. Entonces mi hijo menor grita: “¡Recibir la Torá!”

Hubo un instante de silencio antes de que uno de sus hermanos dijera:

—Eso no fue esta semana, fue hace mucho tiempo.

Mi hijo menea su cabeza, mira alrededor de la mesa y dice:

—No es cierto, recibimos la Torá todos los días.

Mientras miraba el reflejo de las velas de Shabat en la ventana del salón, comprendí que tiene razón. Recibimos la Torá todos los días. Todos los días recibimos el regalo del judaísmo, y aquí hay siete razones por las que hoy mismo estoy profundamente agradecida de ser judía.

Sabiduría. Harían falta muchas vidas e incontables errores para descubrir el manual de vida que nos da la Torá. No sólo nos enseña a distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, sino también a continuar creciendo y avanzando en la dirección correcta.

Familia. El judaísmo nos enseña que nuestra familia es la prioridad principal en la vida y nos da la claridad para poner nuestras relaciones en primer lugar. Esto crea un refugio de seguridad y calidez no sólo para los niños, sino también para los padres.

Comunidad. Celebrar juntos ocasiones alegres. Estar cerca de los demás en los momentos difíciles. Turnarse para llevar a los niños a la escuela, compartir comidas y conversaciones. El judaísmo nos da una comunidad hermosa y auténtica que nos ayuda a dar y a crecer.

Israel. Cada día Israel es un valioso regalo que se le da a cada judío del mundo. Incluso si no estamos allí, es un lugar espiritual en el corazón de cada uno. La santidad y la belleza de Jerusalem. Las ciudades. Las montañas. Las calles. Es un hogar al que todos sabemos que podemos regresar, y es hacia donde dirigimos nuestras esperanzas y plegarias.

Shabat. Cada semana recibimos de Dios un día especial para recuperarnos. Renueva nuestra fortaleza. Repara nuestros músculos espirituales. Nos da una perspectiva importantísima para nuestra vida. Nos recuerda lo increíble que es la creación y lo asombroso que es que Dios renueve el mundo cada día.

Milagros. Dios ha sustentado al pueblo judío con innumerables milagros, y continúa haciéndolo cada día. Lo veo en las noticias. Lo siento en mi propia vida. Los milagros están en todos lados, y la nación judía vive en ellos.

Persistencia. No renunciar es parte de nuestro ADN. Cada uno de nosotros recibió una herencia espiritual de nuestros abuelos y bisabuelos, quienes vivieron y murieron por su judaísmo y se negaron a renunciar a sus valores, sin importar lo que se haya interpuesto en su camino. Esto nos da un regalo especial: las agallas judías, la capacidad de perseverar y la negación a permitir que los obstáculos se interpongan en nuestro camino.

Gracias por hacerme judía hoy.

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