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Mediadores de divorcios comparten sus mejores consejos.
Yona Elishis y Sarah Nissel consideran que su posición dirigiendo el 'Centro judío de ayuda para el divorcio' es de guardianes de la paz. Están seguros de que ciertas cosas pueden ayudar a que el proceso de divorcio sea lo menos traumático posible.
“No quiero quitar peso a algo tan complicado y delicado”, afirma Sarah Nissel, “pero hay ciertas prácticas que, basados en la experiencia, sabemos que pueden ayudar a mantener el proceso en paz”. Estos son sus mejores consejos sobre cómo dejar un matrimonio con elegancia.
No hables de forma negativa sobre tu pareja a tus padres, a tus hijos ni a la comunidad.
A veces las personas piden el consejo de sus padres para que los ayuden a determinar los términos del divorcio. Por supuesto que puedes solicitar apoyo emocional de tus padres, pero pedirles ayuda para crear los términos del divorcio puede llevar a una guerra multigeneracional.
Nissel elabora: “A veces un cliente pregunta si puede venir con su madre y yo respondo: '¿Por qué necesitas a tu madre? Si no confías en el proceso y en mí, esta mediación no será exitosa”. Nissel descubrió que cuando sus clientes acuden a sus padres para tener más que apoyo emocional, la guerra se agrava.
Asegúrate de hablar con tus hijos de forma positiva sobre tu pareja. Esta puede ser una regla difícil de seguir. Comprender que no verás a tu hijo todos los días una vez que estén divorciados se vuelve muy tangible. Muchas veces, el instinto paternal puede llevarte a intentar conseguir la custodia por coerción.
Ninguno de los cónyuges debe decirle a su hijo cosas malas sobre el otro padre. El niño no debe ser un conducto ni una caja de resonancia. Debes recordar que tanto tú como tu pareja son los padres de ese niño y lo más habitual es que ellos se identifiquen con ambos padres. Cuando insultas al otro, el niño lo interioriza y se siente mal consigo mismo. Eso también afecta tu propia dignidad.
Yona Elishis afirma que hablar despectivamente sobre tu pareja a la comunidad puede resultar contraproducente porque por más que tú te veas como algo separado de tu cónyuge, el mundo externo todavía puede seguir viéndolos como una unidad. Hablar mal de tu pareja en la comunidad daña la reputación de tu familia y no te beneficiará a largo plazo.
Informa a las personas conectadas con la vida de tus hijos lo que necesitan saber sobre el divorcio: la escuela, los padres del mejor amigo de tu hijo, profesionales que ayuden a tu hijo, el director del campamento de verano. Se deben respetar los límites. Sólo tienes que compartir información en la medida en que sea necesaria.
De acuerdo con Elishis, “es crucial revelar la información económica completa y rápidamente. Si tienes un ingreso mayor y tu pareja tiene menos dinero, tienes que asegurarte de que sus necesidades sean atendidas incluso antes del acuerdo final. Crear un acuerdo de mediación ejecutable puede tomar meses, por lo que es crucial ser sincero desde el comienzo y asegurarse de que el otro tenga los recursos que necesita”.
“Vemos personas que actúan como un mensch. Y, por supuesto, hay personas que no lo son, y eso complica y alarga el proceso”.
A veces en el matrimonio uno de los dos no entiende de finanzas. Puede que no sepa todos los bienes que tienen o el valor de negocios o propiedades. En este caso, esa persona confía en que el otro sea honesto y sincero. Aquí es donde las evaluaciones se vuelven muy conflictivas.
Un hombre puede decir: “Yo tengo un negocio, pero no vale nada”. Su esposa puede responder: “¿A qué te refieres? ¡Podrías vender el negocio por dos millones de dólares!” Y así seguir discutiendo sin llegar a ninguna parte.
Otra área gris es la imputación de ingresos, es decir la cantidad de ingresos que alguien es capaz de ganar, pero no lo está haciendo. Esta línea gris causa que las personas litiguen durante años. Lo mejor y más económico es optar por la honestidad y revelar la información.
Educar a los niños unificadamente comienza con cómo le dices a los niños sobre el divorcio.
Elishis aconseja: “Piénsalo bien y conversa con un terapeuta respecto a cómo decirles a los niños sobre el divorcio. Pueden hacerlo exitosamente presentando un frente unificado, sin culpar a nadie y enfatizando que esto no tiene nada que ver con ellos. Asegúrales que ambos siempre los querrán y seguirán siendo sus padres juntos”.
Y no discutan el divorcio frente a ellos.
Nissel explica: “El noventa y nueve por ciento de nuestros casos involucran niños. La responsabilidad y misión de nuestro centro es ayudar a las personas a encontrar un camino para resolver sus conflictos; encontrar una forma para divorciarse, pero también ayudarlos a encontrar una forma de vivir en paz y seguir adelante, porque ambos seguirán educando en conjunto por el resto de sus vidas”.
“Una vez tuvimos un caso que sabíamos que sería un divorcio muy conflictivo. Los padres tenían problemas de salud mental y abuso de sustancias. Empezamos preguntándoles: ‘¿Qué está pasando con sus hijos?’ Resultó que su hija adolescente se estaba matando de hambre y pesaba 30 kilos. Si nunca lo hubiéramos preguntado, no sabemos si ella habría recibido la atención que necesitaba. Ellos no habían pensado en su hija. En épocas de crisis o cuando pierdes algo como tu matrimonio, es difícil ver a alguien más fuera de ti mismo”.
Nissel explica que cuando las personas se atrincheran en su trauma llegan a un lugar muy egoísta y les cuesta ver a alguien más que a sí mismos.
Poner a tus hijos en primer lugar cambia la dinámica y te permite recordar qué es lo más importante.
“Los casos en donde el deseo de divorciarse es unilateral son los más difíciles para trabajar. Es una psicología interesante. La persona que no quiere divorciarse a veces se convierte en el cliente más difícil porque nunca quiere conceder a nada más. Ellos racionalizan: ¿Por qué debo conceder a su pedido? Ya accedí al divorcio. Lo que entienden es que el hecho de aceptar el divorcio es irrelevante para la negociación y es sólo el umbral de entrada”.
No extorciones ni pongas cosas sobre la cabeza de tu pareja. Concede, cede y siempre que sea posible, dale a la otra persona lo que necesita y lo que quiere.
Elishis dice: “El resultado nunca va a ser cincuenta-cincuenta. Creemos que una buena mediación deja a las dos partes sintiéndose menospreciadas. Si alguien dice: ‘¡Recibí todo lo que quería!', sabemos que no hicimos nuestro trabajo.
"Asistí en mediaciones en las que uno de los cónyuges tiene hojas de cálculo con cada artículo que poseen. Reparten todo, ¡hasta el cucharón de la sopa! ‘Tu quédate con el colador, yo me quedaré con el tacho de basura’.
“No todo será justo o limpio. La meta no es que sea 100 por ciento equitativo. Más bien el objetivo debe ser cómo puede cada una de las partes sobrevivir esto y seguir adelante lo más felizmente posible. El egoísmo arruina la paz”.
Las personas llegan con la expectativa de que se tome en consideración el por qué del divorcio. En realidad, eso no importa. A las cortes en California no les interesa si hubo infidelidad.
No importa por qué te divorcias y eso no afecta cómo se dividen las cosas.
El desahogo tiene su lugar, pero eso no va a determinar el resultado en un divorcio.
La mediación no sólo ha ahorrado miles e incluso millones de dólares, sino que también evita que el lado animal de las personas asome en el divorcio.
Elishis y Nissel mediaron entre una pareja en que la mujer dijo: “Yo sé que este es un acuerdo justo, pero estoy tan alterada por todo lo que ha pasado que necesito llevarlo a juicio”. Ella gastó una fortuna y recibió menos de lo que hubiera recibido con el acuerdo mediado.
“Otra pareja muy rica vino a nosotros antes de ir a litigación. Les dije: si van a juicio gastarán una significativa cantidad de tiempo y millones de dólares. De todos modos fueron a juicio y terminaron exactamente donde yo predije”.
Cuando hables con tu pareja sobre los términos del divorcio, usa una superficie reflectiva como un espejo para mantenerte bajo control mientras hablas. Los estudios demuestran que esto puede prevenir que la situación escale. Incluso sólo presionar el botón de grabación también puede ayudarte a mantenerte en tu mejor conducta. Verte o escucharte causará que seas menos desagradable.
Los mediadores pueden ayudar siendo esa superficie reflectiva.
“Una vez un cliente exclamó: ‘¡Mi terapeuta dijo que eres un sociópata!’ En vez de que todo saliera de control, nosotros intervenimos diciendo: ‘Eso no es útil ni amable’. La persona se detuvo y se disculpó”.
Intenta mantener la paz a toda costa enfocándote en terminar la disputa de forma amigable.
Nissel explica: “Nosotros mediamos primero sobre las cosas más fáciles. Luego progresamos a los temas más difíciles cuando ya hemos construido confianza en su capacidad para resolver el conflicto”.
Elishis una vez estuvo en una mediación de divorcio en donde la esposa intentó devolverle a su esposo su anillo de compromiso. “Debes darle esto a la siguiente mujer”, le dijo a su esposo.
Él respondió: “No, tú fuiste mi esposa durante muchos años y aunque ahora cada uno vaya en otra dirección, eso no borra el hecho de que tuvimos juntos una familia. Debes quedarte con el anillo”.
“Literalmente se pusieron a discutir: ‘¡Quédate tú con él!’ ‘No, quédatelo tú'. Nunca había visto algo parecido. Les pregunté: ‘¿Están seguros de que quieren divorciarse?’ Resultó que había un problema de abuso de sustancias y adicción y el matrimonio debía terminar. Sin embargo, ambos decidieron poner el anillo en un depósito para su hija".
Poner las necesidades de tu familia antes que tu dolor es una de las formas más efectivas de terminar el divorcio con gracia.
El divorcio es un proceso doloroso, pero estos consejos pueden ayudar a cualquiera a navegarlo con menos sufrimiento y más éxito.
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Muy interesante em articulo