Admitiendo debilidad

2 min de lectura

Balak (Números 22:2-25:9 )

Ideas relevantes de la parashá semanal acerca de cómo vivir una vida feliz y significativa.

En la parashá de esta semana, un rey llamado Balak quería maldecir al pueblo judío. Él buscó a un profeta llamado Bilaam para llevar a cabo su plan y envió a sus oficiales para convocarlo. Bilaam le pidió a Dios si podía ir, pero Dios inmediatamente le dijo que no maldijera al pueblo judío porque se trataba de personas que fueron "bendecidas". Pero cuando Bilaam retransmitió esta respuesta a los oficiales del rey, Bilaam omitió la última parte y se limitó a decir:

"...Dios no me deja ir con ustedes". (Números, 22:13)

Una Lección de Vida

Dios le dijo a Bilaam dos cosas distintas y específicas en respuesta a su petición de ir a maldecir al pueblo judío. Primero, Dios le dijo a Bilaam enfáticamente que no fuera y en segundo lugar, le dijo que no maldijera al pueblo judío porque ellos habían sido bendecidos. Pero cuando Bilaam retransmitió esta simple y breve respuesta, ¡dejó fuera el 50 por ciento de lo que Dios había dicho!

Dios le dejó muy en claro a Bilaam que sería completamente inútil intentar maldecir a los judíos porque eran una nación bendecida. Pero un profeta arrogante y altivo como Bilaam nunca se atrevería a admitir que sus propios poderes tenían limitaciones. Así que en vez de decirle a los delegados del rey que Bilaam era simplemente el hombre equivocado para el trabajo y que sería completamente ineficaz e incapaz de llevar a cabo las órdenes del rey, prefirió omitir todo esto y le "pasó la pelota" a Dios declarando que Dios no le había permitido ir.

Lo que Bilaam intencionalmente omitió nos puede enseñar a todos una valiosa lección de vida. Para la mayoría de la gente, es claro que Dios le dio a cada persona ciertos poderes y talentos únicos, mediante los cuales ciertas cosas simplemente parecen "naturales". Pero también es igualmente claro que Dios no nos dio ciertas habilidades y fortalezas. Ya sea que no somos buenos para las matemáticas, o para ubicarnos, o para entender los manuales de instrucciones, dibujar, o para ser organizados - todos tenemos debilidades. Si bien algunas de estas debilidades son cosas sobre las cuales podemos trabajar para convertirnos en mejores personas, hay algunas cosas para las que simplemente nunca seremos buenos, ¡y así es como es!

Pero las personas con baja autoestima tienen dificultades para admitir que carecen de cualquier habilidad o capacidad. Ellos creen erróneamente que un reconocimiento de una falta de talento en cualquier área sería un reflejo directo de su propia valía.

Sin embargo, lo opuesto es verdad. Aquellos que pueden admitir fácilmente que no son "buenos" en algo, no están mostrando debilidad o incompetencia. Por el contrario, están demostrando honestidad, fuerza y confianza en sí mismos. Los demás observarán a estas personas y verán personas seguras, confiadas, cómodas con las fortalezas y talentos que poseen, y que al mismo tiempo no necesitan anunciar que son buenas en todo.

Bilaam era demasiado orgulloso como para admitir que no podía realizar lo que le habían solicitado. Aprendamos de esto la próxima vez que nos pidan realizar algo para lo cual no somos tan diestros, o quizás somos absolutamente incapaces de hacer. Contrariamente a lo que Bilaam creía, al declarar que no eres la persona adecuada para el trabajo, en realidad eso te hace quedar bien frente a sus ojos, porque significa que tienes la confianza para decirlo. Esta actitud también comunica el mensaje de que cuando realmente te involucras en una tarea, sin duda, estás seguro de que puedes ofrecer grandes resultados.

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