No podía creer lo que veía. La bulliciosa audiencia de millenials estalló en aplausos cuando él afirmó: “Dios es real. Dios te ama. Créelo, yo lo creo”.
Con sólo unos pocos juguetes y libros, mis hijos parecieron valorar sus limitadas posesiones más que cuando estaban rodeados por la abundancia de nuestro hogar.
La controversial serie está generando una saludable discusión respecto a temas fundamentales, pero muchas personas no deberían verla, bajo ninguna circunstancia.