Al revelarse un secreto familiar, Linda descubrió sus raíces judías

09/03/2025

5 min de lectura

Cuando Linda Ambrus Broenniman descubrió que tenía familia judía, se embarcó en una búsqueda para descubrir su historia.

Linda Ambrus Broenniman creció pensando que su familia era católica. Todo cambió un día cuando su hermana mayor fue a visitar a su madrina y se le ocurrió preguntar cómo era su bisabuela Margit.

“Su madrina respondió que Margit era una fuerte mujer judía”, contó Linda. “Un desliz, un secreto había sido revelado”.

Aunque el secreto se había revelado, nadie respondía preguntas sobre su familia. “La verdad no podía encontrarse en ninguna parte”, dijo Linda. “Estaba protegida por una impenetrable red de secreto. A los 27 años, no tuve el coraje para penetrar esa red”.

Muchos años más tarde, en el 2011, un incendio casi destruyó la casa de sus padres y milagrosamente hubo una caja que no fue consumida por las llamas. En esa caja, Linda encontró documentos, cartas y fotografías que representaban a su familia judía oculta, ancestros que nunca había conocido.

El descubrimiento de esa caja le dio a Linda el coraje que necesitaba para embarcarse en una travesía para saber más sobre su origen y descubrir quién era realmente.

Encontrar a su familia judía

Linda trabajó junto con András Gyekiczki, un sociólogo húngaro y talentoso detective, y juntos descifraron la historia de ocho generaciones de ancestros judíos, los Politzer, por parte de su padre. Con toda esta nueva información, ella creó un árbol genealógico que se remontaba al siglo XVIII en Hungría.

“Cada descubrimiento era una revelación. Cada historia era una ventana hacia mi familia y a la gracia con la que sortearon dificultades inimaginables”.

Los padres de Linda

Linda, que vive en Virginia, Estados Unidos, es la hija del medio de siete hijos de médicos húngaros. Creció practicando el catolicismo y nunca tuvo un indicio de tener parientes judíos, hasta que ocurrió el incidente con su hermana.

“En retrospectiva, entiendo que el silencio de mis padres me llevó a cuestionar mi lugar en el mundo y a dónde pertenezco”.

Entre las historias que descubrió, Linda se enteró de que Eisik Politzer, su tatarabuelo, era un virtuoso violinista que se negó a tocar para su casero en Shabat.

“En la discusión que tuvo lugar a continuación, él usó el nombre de Dios en vano”. “Al enterarse de que los ancianos de la iglesia habían sido llamados para quemarlo en la hoguera como castigo, huyó de Politz, su pueblo natal”.

Después de 40 años vagando por el este de Hungría, Eisik regresó a casa.

“Cuando en 1782 los judíos fueron obligados a adquirir apellidos para efectos de impuestos, las autoridades le dieron a Eisek el nombre Politzer, por su pueblo natal de Politz en el norte de Bohemia, actualmente parte de la Republica Checa”. “Es el mismo pueblo de donde proviene la familia de Joseph Pulitzer”.

Otro ancestro, Adam Politzer, el bisnieto de Eisik, se convirtió en un médico mundialmente famoso. Hoy en día es reconocido como el “padre de la otología”.

Adam Politzer con su esposa y dos nietos

“Él trataba por igual a los pobres y a los ricos, incluyendo al emperador Francisco José, el rey Leopoldo de Bélgica y el zar Nicolás de Rusia”, contó Linda. “Un talentoso artista y un apasionado coleccionista de arte, Adam fue parte de la época de oro de Viena, cuando artistas, escritores, músicos, filósofos y científicos florecieron y transformaron la vida cultural. Adam fue retratado por Klimt y Chalemont. Su hija tomó lecciones de piano con Brahms”.

El tatarabuelo de Linda, Ignácz Misner, tenía 9 años cuando quedó huérfano en la epidemia de cólera de 1855. Él superó la pobreza y se convirtió en un prominente abogado y fundador del colegio de abogados de Budapest. Los nazis lo despojaron de su hogar y de sus posesiones.

Ignácz son su amado reloj de bolsillo. (A los 98 años, insistió en entregarlo personalmente a los nazis cuando tuvieron que entregarles todos sus bienes valiosos)

“Él se negó a quitarse la estrella amarilla, usándola con gran orgullo. Murió de hambre a los 99 años en el gueto de Budapest”.

Durante el Holocausto, la madre de Linda, Clara Ambrus, una mujer católica, escondió judíos. Clara se había mudado al complejo de una fábrica en donde escondió al hombre que luego se convertiría en su esposo, el padre de Linda, al igual que a su futura suegra. Años después, Yad Vashem honró a Clara como Justa de las Naciones.

La madre de Linda siendo honrada como Justa de las Naciones por Yad Vashem, en el consulado israelí en Nueva York.

“Me enteré cómo ella arriesgó su vida ayudando a la familia del primo de mi padre a escapar del gueto judío y cómo llevaba regularmente mensajes entre los miembros de su familia que estaban en diferentes escondites por toda la ciudad”, dijo Linda.

Linda terminó escribiendo un libro sobre su familia llamado, “The Politzer Saga”. El museo y archivo judío húngaro montó una exhibición permanente basada en las historias de su libro en la renovada Sinagoga Rumbach en Budapest, Hungría.

“Encontrar a mi familia me puso cara a cara con una oscura historia de la cual sólo había leído, alejada en tiempo y espacio de la realidad de mi vida. Una historia que pensaba que estaba con seguridad en el pasado”, dijo Linda, quien no se identifica como religiosa.

Sin embargo, al conocer su historia familiar, “ahora los eventos antisemitas me tocan de forma diferente. El dolor de un horror como ese es palpable, personal. Ya no es sobre otras personas. En una época y lugar diferentes, esos eventos podrían haberme pasado a mí”.

Judíos que ocultan su identidad

Aunque la historia de Linda es asombrosa, es más común de lo que la gente cree. Muchos judíos europeos, incluyendo a los húngaros, ocultaron su identidad judía.

En el 2010, un líder del partido Jobbik de Hungría, considerado antisemita, descubrió que era judío. Su abuela y abuelo estuvieron en campos de trabajos forzados durante el Holocausto y su madre judía mantuvo en secreto su verdadera identidad.

Csanad Szegedi había llamado a los judíos israelíes “sucios asesinos infestados de piojos”, pero entonces un prisionero presentó pruebas de que Szegedi mismo era judío. Aunque Szegedi intentó sobornar al preso para que guardara silencio, se corrió la voz y perdió sus cargos políticos. Terminó visitando Auschwitz y reconectándose con sus raíces judías. Hoy es un judío ortodoxo practicante.

El difunto autor Christopher Hitchens, el más famoso ateo de su época, descubrió que su madre inglesa había ocultado la identidad judía de su familia. Su abuela, Dorothy Levin, nació en una familia judía ortodoxa con raíces alemanas. Hitchens dijo que cuando descubrió que era judío se sintió “complacido de descubrir que estaba complacido”.

Linda Ambrus Broenniman

Linda tuvo una experiencia similar en su camino descubriendo sus propias raíces judías.

“Para mí, las recompensas fueron muchas y variadas. Sentí una cierta paz al saber la verdad. Pude soltar el miedo y la duda que me habían acompañado toda la vida y reemplazarlos con fortaleza y una nueva confianza. Saber que tengo raíces profundas más allá de mis padres y abuelos me ayudó a sentirme más conectada a este mundo. El peso de no saber desapareció. Me sentí más ligera”.

“Entender de donde vine, múltiples generaciones antes de mis padres, ha desvanecido el persistente miedo que sentía y no entendía. Me siento bendecida de tener esta extraordinaria historia y legado judío”.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
1 Comment
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Tabita
Tabita
13 días hace

¡Qué bueno! me alegro por ellos, que conozcan su herencia judía es una gran bendición.

EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.