Amistad y Empatía

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Raro y preciado es el amigo que experimenta tu dolor como el propio.

¿Es la empatía crucial para la amistad? ¿Puedes tener una relación verdadera con alguien que no comparte completamente tus alegrías y tus tristezas?

Esta fue la pregunta alrededor de nuestra mesa de Shabat hace unas cuantas semanas – y hubo diferentes respuestas. Si bien el consenso fue que cada relación es diferente y que cada amigo se conecta contigo de forma única y provee algo que no está disponible en otra parte, la mayoría de las personas sintió que una amistad que carece de empatía, es una amistad a la cual le falta un componente.

En general nosotros utilizamos el termino "da para pensar" displicentemente, pero esta pregunta en realidad me hizo pensar. ¿Soy empática? ¿Lo son mis amigas? ¿Me importa?

La tercera pregunta fue la más fácil de responder. Sí, sí me importa. Y sentir empatía no es tan fácil como piensan; no la experimentamos o la expresamos tan frecuentemente como nos gustaría.

Raro y preciado es el amigo que experimenta tu dolor como el propio, que toma tu mano en el hospital y derrama lágrimas a tu lado. Si eres suficientemente afortunado de tener un amigo como este, valóralo. Aférrate fuerte y no lo dejes ir. Es un tremendo regalo, no hay que darlo por sentado.

¿Qué clase de amiga/o somos? ¿Nos comportamos de la misma forma que esperamos que ellos se comporten?

Todos están ocupados; la vida propia es mucho más real para ellos. Y antes de sentirnos frustrados o molestos, antes de que nos apuremos a condenar, tenemos que hacer un poco de introspección. ¿Qué clase de amiga/o somos? ¿Nos comportamos de la misma forma que esperamos que ellos se comporten?

No es solamente durante tiempos de dolor y desafío que deseamos empatía. Nuestra alegría es mucho menos intensa si no es compartida. Queremos empatía en los momentos felices también. Queremos un amigo que nunca se aburre de nuestra alegría, que nunca trata nuestros momentos especiales con displicencia o se imagina que porque algo bueno ocurrió la semana pasada, lo bueno de esta semana es menos significativo.

Pero frecuentemente es tratado así. Digamos que tienes "un montón" de niños. ¿Acaso hubo más excitación por el primero? ¿Fueron mucho menos entusiastas por el #4? Lo que muchos de nosotros dejamos de apreciar es que, para los padres, el #4 es tan excitante y preciado como el #1, que ninguno de los hijos es dado por sentado y que todos son igualmente apreciados.

Ese amigo raro y empático entiende eso y entra en nuestra alegría con completo y genuino entusiasmo. Esto es tan raro, si no más, que aquel que es capaz de experimentar tu dolor. Y es igualmente necesario.

Esto también aplica en muchas áreas. Tu tercer hijo siendo aceptado en la universidad de su elección no es menos alivio y placer para sus padres que cuando el primero lo consiguió. Lo mismo para trabajos, matrimonios, nietos – es una lista interminable y la vara es alta.

Es un trabajo difícil ser un amigo verdaderamente empático. Quizás por eso es tan poco común.

Pero aquí es donde la verdadera empatía reside; en la habilidad de tratar cada celebración como si fuese la primera. Somos afortunados si tenemos un amigo que hace eso por nosotros (¡dos ya está fuera de lo normal!). Y somos incluso más afortunados si podemos ser ese amigo que hace esto por alguien más.

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