Antes del conflicto: cuando Irán e Israel eran aliados

16/06/2025

5 min de lectura

Antes del amargo conflicto actual, Irán e Israel eran aliados cercanos, compartían petróleo, inteligencia y amistad. Este es el capítulo perdido que el mundo rara vez recuerda.

Imagínate esto: vuelos de El Al aterrizando en Teherán. Ingenieros israelíes construyendo infraestructura iraní. Petróleo iraní abasteciendo las ciudades israelíes. Inteligencia israelí entrenando a las fuerzas de seguridad iraníes.

Esto no es una fantasía utópica; es historia. Y no fue hace tanto tiempo.

Hoy, mientras nos sacuden las noticias de una nueva guerra, puede parecer que la historia de Irán e Israel es una de enemistad eterna. Pero como subrayó el primer ministro Netanyahu en su anuncio de guerra, dirigiéndose al pueblo iraní: "Nuestra lucha no es con ustedes. Nuestra lucha es con la brutal dictadura que los ha oprimido durante 46 años. Cuando eso cambie, la gran amistad entre nuestros dos pueblos milenarios volverá a florecer".

No debemos convertirnos en prisioneros del presente. La verdad es que hubo un tiempo en que Irán e Israel estaban lado a lado, no como enemigos, sino como aliados.

Vínculos antiguos

Mucho antes de los estados modernos, la amistad entre persas y judíos se extendió por milenios. El rey Ciro el Grande es honrado en la tradición judía por liberar a los judíos del exilio babilónico y permitirles reconstruir el Segundo Templo. Siglos después, el imperio sasánida se convirtió en un centro de vida judía, produciendo luminarias como Rav Ashi, uno de los principales editores del Talmud babilónico.

Ciro el Grande libera a los judíos del cautiverio babilónico para que se reasienten y reconstruyan Jerusalem. Jean Fouquet, 1470.

Incluso después de la conquista islámica, las relaciones persa-judías permanecieron notablemente estables. Viajeros medievales quedaron maravillados con comunidades judías prósperas en Isfahán, Shiraz y más allá. No era mera tolerancia, sino una coexistencia genuina entre dos civilizaciones antiguas.

El Sha de Irán: una amistad estratégica

Bajo el gobierno del Sha Mohamad Reza Pahlavi (1941–1979), ese respeto ancestral floreció en una alianza moderna. Desde principios de los años 50 hasta la Revolución Islámica de 1979, Irán e Israel mantuvieron una asociación silenciosa y pragmática basada en intereses estratégicos compartidos.

Irán suministraba hasta el 60% del petróleo israelí a través de un oleoducto discreto. Vuelos de El Al conectaban Tel Aviv con Teherán. Expertos israelíes ayudaban en la agricultura iraní, mientras que estudiantes iraníes estudiaban en universidades israelíes.

El ministro iraní Reza Saffinia llega a la casa del presidente israelí Jaim Weizmann en Rejovot en Iom Haatzmaut, 1950.
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)

Detrás del telón, la cooperación era aún más profunda. El Mosad ayudaba a entrenar a la policía secreta del Sha, la temida SAVAK. Líderes israelíes como Rabin y Peres visitaban Teherán para coordinar políticas. Ambas naciones se veían a sí mismas como potencias no árabes en una región hostil, fomentando una alianza basada en preocupaciones de seguridad mutua.

Para la comunidad judía de Irán (entonces de unas 80.000 personas) fue una edad de oro. Participaban en el gobierno, prosperaban en los negocios y mantenían una vida religiosa vibrante. Las sinagogas funcionaban libremente, había disponibles alimentos kasher y las escuelas judías florecían.

1979: la revolución que reescribió la historia

En febrero de 1979, todo cambió. El ayatolá Jomeini llegó al poder, derrocó al Sha e instauró un régimen impulsado por una ideología chiíta militante.

En cuestión de días, Irán rompió relaciones con Israel, y lo hizo de manera espectacular. La antigua embajada israelí en Teherán fue entregada a la OLP. Yasser Arafat izó la bandera palestina donde antes ondeaba la Estrella de David. De un solo golpe, décadas de cooperación discreta fueron borradas y reemplazadas por una hostilidad abierta.

Las palabras de Jomeini eran escalofriantes: “Debemos levantarnos todos para destruir a Israel”. Israel pasó a ser el “pequeño Satán”, junto al “gran Satán” estadounidense. El nuevo régimen no sólo adoptó la causa palestina sino que la convirtió en algo sagrado.

El ministro plenipotenciario iraní Reza Safinia (al centro), representante de Teherán en Israel, conversa con el primer ministro David Ben-Gurión en una fiesta en Jerusalem, 1 de junio de 1950.
(Foto: Teddy Brauner/GPO)

Jomeini también instituyó el Día de Quds, convirtiendo el último viernes de Ramadán en una manifestación anual por la destrucción de Israel. Las calles de Teherán se llenaron de cánticos de “Muerte a Israel”, quema de banderas y discursos denunciando al sionismo como una amenaza corrosiva.

Pero esto no era sólo política: era ideología y antisemitismo. El líder supremo Jamenei describió repetidamente a Israel en términos patológicos, abogando por su erradicación y negando la legitimidad de la autodeterminación judía. La retórica difuminó la línea entre oponerse a un estado y negar el derecho de un pueblo a existir.

Sin embargo, incluso en este ambiente, un remanente de la antigua comunidad judía de Irán (unas 10.000 personas), sigue resistiendo. Su presencia continua habla de una verdad más profunda: los lazos entre judíos y persas, forjados a lo largo de milenios, no se borran tan fácilmente.

Una guerra contra la memoria

Esta transformación no fue sólo geopolítica, fue un ataque a la memoria. El régimen ha trabajado incansablemente para borrar la historia de la amistad persa-judía, reemplazando milenios de coexistencia con un odio fabricado.

Pero la memoria es terca.

Altos oficiales militares iraníes Hasan Toofanian y Bahram Ariana (izquierda), se reúnen con oficiales israelíes en el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel, 1975.
(Dominio público, Wikimedia Commons)

Los exiliados iraníes aún hablan con calidez de sus vecinos judíos. Los israelíes de origen iraní preservan la cultura, la cocina y el idioma persa. E incluso dentro de Irán persisten fisuras en la narrativa oficial. Se cree ampliamente que algunas de las operaciones de inteligencia más osadas de Israel (incluidos ataques a sitios nucleares) fueron posibles gracias a valientes iraníes. Estos actos silenciosos de desafío sugieren que otra historia sigue escribiéndose, una basada en intereses compartidos y respeto mutuo.

Netanyahu habló recientemente de esta posibilidad: “Los pueblos de esos dos países ahora tienen la oportunidad de un futuro distinto, un futuro mejor. También lo tienen los valientes ciudadanos de Irán”.

Esta no es sólo una esperanza política, es una esperanza moral. La historia demuestra que Irán e Israel no estaban destinados al conflicto. Hubo un tiempo en que construyeron juntos. Quizás algún día vuelvan a hacerlo, no como enemigos, sino como socios con memoria compartida y respeto mutuo.

Que vivamos para verlo.

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ignacio groisman
ignacio groisman
4 meses hace

Si existiera un cambio radical en Irán, tendría que pasar al menos 50 años para que exista esa convivencia y cooperación, espero que lo puedan ver y disfrutar mis nietos

Gloria
Gloria
4 meses hace

Amén!! Que así sea 🙏🙏🙏!!

Jorge Calderon
Jorge Calderon
4 meses hace

Gracias por la enseñanza , habemos muchos al otro lado del mundo que desconocemos la historia de nuestro pueblo , en especial la moderna . La libertad ,la luz y la verdad siempre prevalecerán!!!

Ariel Kohen
Ariel Kohen
4 meses hace

El Sha iraní no se limitó a permitir la escala sino que quiso conocer personalmente al premier israelí. Y asi comenzó una relación fecunda que duró mas de 25 años! Si hubo realmente un desperfecto en el avión, o si hubo contactos duscretos previos es algo que ya no se sabrá.

Ariel Kohen
Ariel Kohen
4 meses hace

En la Asamblea de la ONU de noviembre de 1947 Iran votó en contra de la partición de Palestina y si bién no participó en las hostilidades árabes contra Israel de 1948/49, tampoco reconoció al Estado. A principios de la década de los 50 el 1er. Ministro Ben Gurion viajó a la entonces Birmania (hoy Mianmar) invitado por el 1er. Ministro burmano, U-Nu, a quien conoció y con quien hizo amistad en Londres, en los años 1930/40 cuando ambos gestionaban la independencia de sus respectivos paises. Cuando el avión de Ben Gurión sobrevolaba Iran, el piloto pidió autorización para hacer una escala técnica en Teheran a fin de hacer reparar un pequeño desperfecto en el avión; el avión aterrizó en Teheran y al descender Ben Gurion fue recibido por...nada menos que el Shah Reza Pahlevi!!

Rubén
Rubén
4 meses hace

Excelente artículo

Martin
Martin
4 meses hace

Israel debe atacar a Iran en forma completa no a medias. Atacar a Irán es atacar a todos ahí. Sino, los israelíes seguirán sufriendo. La guerra debe ser total contra Irán.

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