by Yael Zoldan
La historia de Purim tiene impresionantes paralelismos con lo que enfrenta hoy el pueblo judío.
A veces tienes que dejar el guión de lado y dejar que la conversación fluya.
¿Estamos perpetuamente esclavizados a nuestras dudas internas, la desesperación y el enojo?
Falta tan poco para el nuevo año, que me siento aliviada de saber que este año no pido demasiado.
Puede ser que ya no esté en llamas, pero todavía no lo arreglamos.
En la terrible y maravillosa paradoja del judío en el exilio, estamos permanentemente agradecidos y felices. Y, temporalmente, terriblemente tristes.
En un mundo oscuro, tú debes ser la luz.
De duelo por el mundo saludable en el que crecí.
Lo sé, porque soy madre.
Mi hijo estaba compitiendo con su mejor amigo, y yo estaba preocupada.
Januca nos recuerda que no somos iguales al resto.
A veces tienes que dejar el guión a un lado.
Este año mi familia se unirá a las filas de aquellos parangones de virtud, los modelos a imitar de la eficiencia creativa: Aquellos que celebran la festividad de manera temática.
Shavuot fue el día en que mi abuela llegó a Auschwitz.
Pesaj está llegando y yo perdí de vista lo más importante.
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