Respondiendo al ataque con misiles de Irán en Beersheva

25/06/2025

7 min de lectura

En medio de misiles, caos y destrucción, un poderoso testimonio en primera persona de las horas más oscuras de Beersheva. Una entrevista exclusiva de AishLatino.

Martes 24 de junio por la mañana. En los últimos momentos antes de que entrara en vigor el alto al fuego, Irán disparó misiles balísticos contra Beersheva.

Las sirenas de ataque aéreo comenzaron a sonar. Momentos después, hubo un fuerte estruendo y el suelo tembló cuando un misil explotó contra un edificio de apartamentos de siete pisos.

La onda expansiva lanzó metal en llamas, vidrio, bloques de cemento y escombros en todas direcciones. Varios autos estallaron en llamas. Cientos de ventanas quedaron destrozadas.

En cuestión de minutos llegó al lugar Natan Neppe, oficial de una unidad de búsqueda y rescate del FDI.

Natan Neppe en el sitio del ataque mortal con misiles en Beersheva

Las “habitaciones seguras” israelíes están diseñadas para proteger contra la onda expansiva y las esquirlas, pero no contra un impacto directo.

Cuatro israelíes murieron en el ataque: Eitan Zacks, un soldado fuera de servicio; su madre, Mijal Zacks; su novia, Noa Boguslavsky; y en un apartamento adyacente, Naomi Shaanan, una activista por la paz.

En el lugar del impacto en Beersheva, el equipo de Natan localizó los cuerpos. Trabajaron en condiciones sumamente peligrosas. Paredes y techos colapsados dificultaban el acceso a los cadáveres.

Natan y su equipo se reúnen después del ataque mortal con misiles

Fotografiaron el área y los cuerpos, luego registraron información detallada: circunstancias del ataque, ubicación de los cuerpos en el edificio, y signos de identidad como edad, ropa, gafas, etc.

Tras extraer un cuerpo, lo colocaban en una camilla y descendían con dificultad seis pisos por las escaleras, esquivando vidrios, metal retorcido y escombros.

Llevaban los cuerpos para su identificación a un centro de comando móvil del ejército instalado en el sitio del desastre. “Es importante identificar los cuerpos lo antes posible porque las familias están esperando”.

Luego volvían a subir las escaleras para continuar con su trabajo sagrado.

Honrar a los muertos

En la tradición judía, honrar a los muertos es una obligación sagrada, basada en la idea de que el cuerpo humano es un recipiente que alberga el alma Divina. Incluso después de la muerte, el cuerpo debe ser tratado con dignidad.

Natan comparte: “Mientras cargaba una camilla con un cuerpo sin vida, recité el Salmo 91, que habla de la presencia de Dios en medio del peligro y de la protección del alma en su viaje tras la muerte. Pensaba en esa persona: estaba en su casa, haciendo su vida, cuando un cohete llegó desde 2.000 kilómetros de distancia y la asesinó”.

De acuerdo con la ley judía, toda la sangre o restos deben ser recogidos para el entierro. “En una explosión como esta, los cuerpos no siempre están enteros. Puede haber partes dispersas,” explica Natan.

Ocho horas después, con los uniformes empapados de sudor y ceniza, Natan y su equipo regresaron a la base militar para una evaluación: ¿Cómo lo hicimos? ¿Nos faltó algo? ¿Cómo podemos estar mejor preparados la próxima vez? ¿Necesitamos equipamiento adicional?

También se reunieron con el equipo de terapeutas del ejército para hablar sobre lo que habían visto y experimentado.

“Emocionalmente, nuestro trabajo no es fácil,” dice Natan. “Tenemos que prevenir el trauma postraumático. Especialmente para los más nuevos, que nunca antes habían visto cadáveres”.

En medio del caos, Natan (sentado, extremo izquierdo) se reúne con oficiales de las FDI

Natan, hijo de inmigrantes occidentales, creció en un moshav en Israel. Desde el 2011, sirve en un batallón cuya misión es responder rápidamente a cualquier evento de víctimas masivas: terremotos, colapsos de edificios, atentados terroristas, etc. Utilizan camiones llenos de equipo, incluidas grúas y tractores, para rescatar a personas atrapadas entre los escombros.

Recientemente Natan fue ascendido al rango de capitán y comanda un grupo de 16 reservistas. También sirve como capellán no oficial del batallón.

Su unidad de primeros auxilios está compuesta únicamente por reservistas cuyo sentido de misión e identidad los lleva a correr hacia el peligro, no a huir de él.

“En la vida civil somos personas normales. Yo soy abogado. Uno es contratista, otro es maestro. Dejamos a nuestras familias y ponemos nuestras carreras en pausa para hacer este trabajo. No porque nos guste, sino porque estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para ayudar al pueblo judío”.

Desde el 7 de octubre, Natan ha pasado 220 días en servicio de reserva. “Mi esposa está muy orgullosa, me apoya al 100%,” dice. “Algunos soldados no les cuentan nada a sus esposas. Pero yo he sido muy abierto sobre lo que estoy haciendo. Estamos juntos en esto, lo cual es bueno para los dos. Saber que ella cuida de nuestros hijos y de nuestro hogar me da el apoyo que necesito para hacer este trabajo con el corazón completo y la mente clara”.

Ataque al Hospital

En los últimos cinco días de la guerra, Beersheva sufrió cuatro impactos de misiles iraníes.

Natan y su equipo corren por los pasillos del Hospital Soroka.

El jueves 19 de junio, un misil golpeó el techo del Centro Médico Soroka, el principal hospital del sur de Israel. Los dos pisos superiores, utilizados para pacientes pediátricos y oftalmológicos, quedaron completamente destruidos.

Natan, llegando rápidamente al lugar, entró al hospital y encontró un caos total: paneles del techo colapsados, tuberías de agua explotadas, alarmas de incendio sonando. Seguían cayendo trozos de vidrio. El aire estéril del hospital se transformó en una mezcla nauseabunda de químicos, humo y polvo.

Natan corrió hacia los pisos colapsados, esperando encontrar múltiples víctimas.

Sin embargo… no había nadie allí. Sólo unas horas antes, las autoridades israelíes (anticipando que el hospital podía ser un blanco) habían trasladado a todos los pacientes y personal a instalaciones protegidas subterráneas.

“Si alguien hubiera estado en esos pisos, habría muerto”.

Natan en la devastación del hospital

Natan y su equipo recorrieron los pasillos del hospital, evacuando a los pacientes, en distintos estados de shock y confusión, hacia una sala de emergencias que también funciona como refugio antiaéreo.

En medio del caos, llegó al lugar el primer ministro Netanyahu, al igual que el presidente Herzog.

Milagros abiertos

Menos de 24 horas después, a las 5 de la mañana del viernes, un misil iraní impactó una carretera en Beersheva, creando un enorme cráter a solo 20 metros de una fila de edificios de apartamentos de siete pisos.

Natan, aún con las botas llenas de polvo del día anterior, corrió al lugar. Todos los apartamentos frente a la calle sufrieron graves daños. Pero milagrosamente, todos los residentes estaban en los refugios y nadie resultó herido.

Escena de destrucción en el ataque del viernes por la mañana en Beersheva

“Si el misil hubiera impactado directamente, habría sido una historia completamente diferente,” dice Natan. “Todo el edificio se habría derrumbado. El hecho de que nadie resultara gravemente herido o muerto es un milagro evidente”.

Esa misma tarde, Beersheva fue atacada nuevamente. El tercer impacto en menos de dos días. El impacto dañó edificios residenciales y provocó incendios. Varios civiles resultaron heridos, pero nadie murió.

Durante los 12 días de guerra, una serie potencial de desastres masivos fue milagrosamente evitada. Israel perdió a 28 civiles, cada uno, un mundo entero. Sin embargo, la inteligencia de las FDI había proyectado miles de muertos en un conflicto a gran escala con Irán. Irán envió más de 1.000 drones a Israel y todos fueron interceptados, salvo uno. Una tasa de éxito del 99,9%. Cientos de lanzadores de misiles fueron destruidos por aviones de combate de las FDI, muchos de ellos en tiempo real mientras estaban siendo preparados para disparar.

Considerando el alcance y la ferocidad de la guerra, es casi increíble que el número de víctimas haya sido tan bajo.

El 7 de Octubre

Natan no puede borrar los recuerdos del fatídico 7 de octubre de 2023. Su unidad fue convocada a su base militar a 25 minutos de la frontera con Gaza. Durante las primeras 48 horas, llegó una corriente constante de vehículos militares, uno tras otro, trayendo cientos de cuerpos. Kibutzniks, trabajadores extranjeros y terroristas de Hamás.

Natan y su equipo se dedicaron a identificar cada cuerpo. “Algunos terroristas iban vestidos como soldados, y teníamos que evitar cualquier confusión,” explica.

“Muchos nunca habíamos visto un cadáver antes. De repente, en un solo día, estábamos manejando cientos de cuerpos en distintas condiciones, mutilados, quemados, decapitados. Fue muy significativo, pero no fácil. Emocionalmente, no hubo entrenamiento para esto. Todavía puedo oler la muerte”.

En los días y semanas siguientes, Natan y su equipo realizaron búsquedas para localizar a personas desaparecidas de la fiesta Nova. “Caminamos kilómetros y kilómetros, por campos y bosques, buscando cualquier resto”.

Luego, recogieron cenizas y huesos de los cientos de autos incinerados. Aspiraron cada coche, pusieron los restos en bolsas y enterraron las bolsas en un cementerio. “Fue difícil, pero es un trabajo sagrado,” dice. “Vi más de lo que quería ver”.

Estos ataques, y el compromiso de Israel por evitar víctimas, resaltan el contraste moral entre una nación que santifica la vida, frente a la cultura yihadista de la muerte que apunta deliberadamente a edificios residenciales y hospitales.

Por su dedicación, valentía, compasión y profesionalismo, Natan recibió una mención especial de excelencia de las FDI.

“Siempre estamos en alerta,” dice Natan. “Algo puede suceder en cualquier momento. Estamos listos para actuar”.

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Reina
Reina
4 meses hace

Grande Natan. Dios lo bendiga y junto a él, a su equipo y familia. 🙏🙏🙏

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