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El basquetbolista israelí de 2,08 metros de altura comparte sus secretos para el éxito y cuenta cómo el 7 de octubre cambió su vida.
Daniel Tamil, 33 años, creció en Israel con una pelota de básquet en la mano. Nació y creció en Jerusalem y su familia lo alentó desde muy temprano a jugar básquet a nivel profesional. Su hermano mayor, Amit, sentó el precedente: él jugó básquet profesional en Israel y en Europa durante 20 años. Fue invitado al campamento de entrenamiento del Orlando Magic y casi entra a la NBA.
Al crecer, Daniel siempre fue conocido como "el hermano de Amit". Parecía que llegaría a ser todavía más alto, y los seguidores siempre le dijeron: "Tú serás todavía mejor que él. Serás el primer jugador israelí de la NBA".
Aunque todos estaban seguros del futuro estrellato de Daniel, la realidad era que al terminar el séptimo grado Daniel tenía sobrepeso y apenas podía correr de una esquina a la otra de la cancha.
Cuando sintió que sus pulmones explotaban después de correr menos de un minuto, supo que algo tenía que cambiar.
Antes de terminar el año lectivo, le pidió a sus entrenadores algunos ejercicios para practicar. Ese verano, pasó practicando solo cinco horas cada día. No sólo bajó mucho de peso, sino que refinó sus habilidades a tal grado que al año siguiente fue nombrado como el mejor jugador de Israel en la categoría de su edad.
A los 15 años, Daniel fue invitado a unirse al equipo nacional israelí y jugó en torneos europeos. Recibía mucha atención a causa de su hermano, y eventualmente se ganó el reconocimiento por sus propias e increíbles habilidades.
Cuando Daniel terminó la escuela secundaria a los 18 años, comenzó a jugar profesionalmente mientras completaba su servicio militar obligatorio. Debido a que era un atleta profesional, el ejercito le ofreció un estatus singular posibilitándole trabajar con niños en riesgo en vez de ir directamente a combatir.
Cuando Daniel completó su servicio militar, siguió jugando durante la estación regular. En el verano, viajaba a diversos campamentos judíos del mundo para enseñar sus habilidades como basquetbolista.
Su contacto con judíos ortodoxos en estos campamentos puso en tela de juicio sus ideas preconcebidas. Durante su infancia, Daniel odiaba a los judíos ortodoxos. Cuando veía a una persona religiosa caminando por la calle, cruzaba al otro lado para evitarla.
Los encuentros positivos que tuvo en los Estados Unidos con judíos observantes le abrieron la posibilidad de reconsiderar los prejuicios que había absorbido de los medios de comunicación seculares y de izquierda en Israel.
En el 2016, Yeshiva University trató de reclutarlo para que jugara en su equipo.
"Les dije que me dejaran en paz. La Yeshivá y yo eran dos cosas que no podían estar juntas".
Cuando Yeshiva University siguió insistiendo, Daniel comenzó a ver los beneficios de jugar en los Estados Unidos mientras estudiaba en la universidad. Finalmente aceptó la oferta.
Daniel llegó el primer día a Yeshiva University con un corte de cabello mohicano y una camiseta sin mangas. Rav Jonathan Shippel, que lidera una sinagoga en el Upper West Side, lo invitó a ponerse tefilín. Daniel se negó y se marchó en otra dirección.
Otro Rav lo invitaba todo el tiempo para Shabat, pero Daniel nunca aceptaba.
Antes de Iom Kipur, Rav Shippel le ofreció a Daniel una habitación en un hotel durante la festividad y le dijo: "Yo lo pago. No me importa si sólo vienes una vez a los servicios. ¡Acompáñanos!"
Daniel entendió que estos Rabinos realmente se preocupaban por él. Luego lo invitaron a pasar Shabat en Long Island, en la casa de una familia local muy adinerada.
"Tenían una casa hermosa. Ví que tenían éxito económico y bellas tradiciones judías. Todo el ambiente me parecía impresionante", explicó Daniel. En un esfuerzo por respetar a la familia, esa noche Daniel decidió dejar de lado su teléfono. Después de la comida, Daniel pensó: Voy a dejar de lado mi teléfono para ver de qué se trata Shabat.
"Ese fin de semana cuidé mi primer Shabat".
En la tarde de Shabat le presentaron a Rav Moshé Weinberger, el Rabino de Aish Kodesh de Woodmere, Nueva York. El Rav Weinberger lo invitó a un evento para solteros el sábado a la noche.
El Rabino le prometió buena comida, música y muchos solteros para conocer. Daniel se sintió intrigado, pero cuando llegó descubrió consternado que había un biombo separando entre hombres y mujeres.
Daniel gruñó y se preguntó en qué se había metido.
Decidió comer rápido y marcharse. Mientras comía, el Rabino se acercó, le dio la mano y lo llevó a bailar en medio de un círculo.
"No puedo explicar por qué, pero en ese momento se me puso piel de gallina en todo el cuerpo. Supe que había una conexión espiritual. Pensé: aquí hay algo. Necesito saber más".
En las semanas siguientes, Daniel comenzó a formular preguntas sobre el judaísmo. Poco después decidió colocarse tefilín por primera vez desde su bar mitzvá.
Daniel rezó: "Si hay algo en ponerme este cuero de vaca en mi brazo, entonces mándame una señal".
Empezaron a aparecer cosas buenas en su camino, Daniel comenzó a tener más éxito financiero, mejores notas y muchas "coincidencias" que llevaron a más oportunidades. Todo el tiempo conocía gente que en definitiva lo llevaba a tener más éxito. Daniel entendió que no eran meras casualidades, aceptó las bendiciones y decidió empezar a cuidar Shabat de forma regular. Cuanto más fortalecía su conexión con Dios, más cosas buenas seguían sucediéndole.
Daniel conoció al Rebe de Ostrov-Biale, un Rabino místico que sabía cosas sobre Daniel que nadie más sabía.
Crípticamente, el Rabino le dijo una y otra vez: "Básquetbol y Torá".
En Yeshiva University, Daniel empezó a estudiar Torá con Tyler Hod, otro jugador, en el vestuario antes de los partidos.
Después de que estudiaran juntos por primera vez, el equipo ganó el partido. Empezaron a notar que cada vez que estudiaban, ganaban. Ganaron ocho partidos seguidos.
Poco después de esa increíble racha, el equipo tenía un partido como visitantes en Farmingdale, Nueva York. Como llegaron tarde para el partido, no tuvieron la oportunidad de estudiar antes de que comenzara. El equipo perdió en el tiempo de prórroga.
Decidieron que estudiarían antes de cada partido, y tuvieron otra buena racha.
Antes del partido final de la estación, se conectaron por teléfono con un Rabino que estudió un breve pasaje con todo el equipo. Esa noche ganaron el campeonato por primera vez en la historia de Yeshiva University.
"Fue el primer campeonato ganado en la historia de la universidad. Hasta el día de hoy, Yeshiva University sigue adelante con la tradición de estudiar antes de los partidos".
Eventualmente Daniel se graduó en Yeshiva University y trabajó seis años en economía. En los veranos enseñaba judaísmo en diferentes programas de kiruv.
Después del 7 de octubre del 2023, Daniel tomó una gran decisión.
"Cuando ocurrió el ataque del 7 de octubre, yo estaba de licencia en mi trabajo. Entonces era vicepresidente de JP Morgan. Entendí que no quería seguir haciendo eso. Quería enseñar a los niños. Lo hacía desde que estuve en el ejército y era hora de responder a mi vocación".
Daniel renunció a su puesto y empezó a buscar el trabajo adecuado en educación.
Daniel con su familia en Israel.
En febrero del 2024 envió muchos suministros a Israel y llevó a un grupo de sobrevivientes del festival Nova a Ojai para un retiro de sanación.
A la semana siguiente llevó a los Estados Unidos un grupo de niños de Israel que tuvieron que desalojar sus casas, para darles un merecido respiro. Los llevó a una escuela secundaria local y en ese mismo momento le ofrecieron trabajo.
"Era exactamente lo que quería hacer. Me siento bendecido por la oportunidad, y tengo enorme satisfacción del impacto de mi trabajo".
Para inspirar a sus alumnos, Daniel combina las lecciones del básquetbol con la sabiduría judía.
Él aprendió de los psicólogos deportivos que una de las herramientas más poderosas es ser capaz de entrenar tus pensamientos. Le enseñaron a estar lo más presente posible en todo momento en la cancha y a mantener el control de su atención plena. Daniel cree que esta capacidad te ayuda a ser imparable en muchos escenarios de la vida real.
"Permanecer en el presente es el don más poderoso. El pasado es pasado. El futuro es lo que sólo Dios sabe. Pero lo que ocurre ahora es mi elección".
En cada momento elegimos si disfrutamos o no de la vida. "Imagina que juegas básquetbol y algo no funciona como querías. Fallas el tiro o tu oponente te pasa por encima. ¿Y ahora qué?"
Daniel enseña cuatro pasos básicos para tener fortaleza mental llamados "Háblate a ti mismo":
Con estos cuatro pasos puedes volver al momento presente en cualquier punto, tanto dentro como fuera de la cancha.
El entrenamiento mental de Daniel lo ayudó en su puesto previo en JP Morgan. "Imagina un posible cliente que puede traer millones al equipo. Tú tratas de reclutarlo. Dices las palabras correctas y das los pasos correctos. Pero el cliente va a otro lado".
Te sientes devastado, pero puedes recuperarte con los cuatro pasos.
Ahora Daniel ama a todos los judíos, tanto religiosos como no religiosos.
"Mucho de lo que siempre pensé sobre los ortodoxos era obra de un malentendido. Cuando se trata de hacer suposiciones, antes de dar algo por sentado y como la verdad absoluta, hay que investigarlo. Busca pruebas objetivas y luego toma una decisión.
"Si no te das la oportunidad de ver las dos caras de la moneda, no te haces un favor a ti mismo y causas daño a los demás".
Hoy, Daniel es más conocido como Rav Tamir. Está felizmente casado y sigue su sueño, manteniéndose atento y enseñando básquetbol y Torá.
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EXCELENTE ARTICULO, LO VOY A REENVIAR