Buenas noticias en mi lucha contra el cáncer

25/09/2024

3 min de lectura

En un mar de cuentas por pagar y escasez de quimioterapia, la tomografía mostró que mi cáncer casi había desaparecido.

“Quiero escaparme”, le dije medio en broma a mi pareja antes de la cuarta sesión de quimioterapia, mientras empacábamos almuerzo, computadoras, una manta, el cargador del celular, una hielera y compresas frías para mis manos y pies. Mi deseo se hizo realidad poco después en el consultorio de la oncóloga, cuando ella nos informó que mi tomografía de dos días antes mostraba que mi cáncer casi había desaparecido.

Me mandó al piso inferior para hablar con el ginecólogo oncólogo y fijar fecha para la cirugía, porque la quimio había funcionado y redujo los tumores. Gracias a Dios. Tuve el mérito de no tener que pasar por la cuarta sesión de quimioterapia hasta después de la cirugía.

No me entiendan mal, estoy muy agradecida por la quimio. Hay una escasez de este tratamiento, algo que probablemente no sepas si no tienes a un ser querido pasando por un cáncer. Mi oncóloga me explicó que no hay suficiente motivación de beneficio económico para su fabricación, así que tuvimos que confiar en fábricas alternativas, algunas con problemas de control de calidad.

La escasez de drogas de quimioterapia afecta a los pacientes de cáncer

En muchos paises hay escasez de más de una docena de drogas contra el cáncer, así como de cientos de otros medicamentos, incluyendo antibióticos. El déficit afecta a cientos de miles de pacientes. ¿Dónde están nuestras prioridades? Resulta chocante que no haya medicamentos fácilmente disponibles para las personas con una enfermedad seria.

Los especialistas han tenido que ajustar la forma en que administran los tratamientos ante la escasez de medicamentos. Mi oncóloga raciona las dosis de quimio en un 10 por ciento o más entre los pacientes para preservar el suministro. Estoy feliz de haber podido recibir las drogas y me encanta que estén funcionando.

También estoy agradecida de todos los rezos desde todos los rincones del mundo. He despertado a una profunda sensación de que Dios está conmigo y se preocupa por mí.

Cómo el miedo me hizo pedir ayuda

También me di cuenta de la importancia de aceptar la ayuda humana. Mis cuentas médicas volaban tan rápido como la ráfaga de cartas de aceptación de Harry Potter en Hogwarts.

Esta es la primera vez que he tenido un problema médico grande. Tenía miedo y no estaba preparada en ningún sentido. El lado médico del cáncer es suficientemente abrumador, pero el lado financiero agrega un golpe adicional.

Había empezado a entrar en un ritmo con las citas médicas y los tratamientos, cuando llegó un nuevo trabajo de media jornada: manejar mis cuentas y estimar los beneficios del seguro.

Hacer la tarea antes de pagar las cuentas

Sentía que me ahogaba y supe que necesitaba ayuda. También supe que no debía pagar cuentas sorpresivas antes de hacer mi tarea.

Durante semanas pasé muchas horas al teléfono, esperando o hablando con servicio al cliente y personal de facturación, intentando desenredar el papeleo. Como periodista, estoy acostumbrada a formular preguntas y buscar las fuentes adecuadas para proveer información. ¿Cómo lo hacen las personas regulares?

Tenía un concepto de la clase de defensor que me podía ayudar. Mi pregunta era algo así: “Busco a alguien que revise las estimaciones de prestaciones y las facturas para asegurarme de que todo concuerda, que no hay errores y que no estoy pagando de más”.

Una amable y empática enfermera de oncología resolvió mi rompecabezas. Ella me contó sobre los “profesionales de asistencia para reclamaciones”. Los servicios que ofrecen incluyen organizar el papeleo del seguro de salud, revisar las cuentas y determinar el pago apropiado, y negociar con los proveedores los saldos de los pacientes.

Regalos inesperados

¡Vaya! Los generosos regalos que he recibido son el oro de mi experiencia con el cáncer y no son poco frecuentes.

Por ejemplo, personas anónimas de mi trabajo han donado suficientes horas de licencia por enfermedad para que yo cubra el tiempo que debo tomar por procedimientos médicos y para recuperarme.

Y haciendo honor a su palabra, una amiga organizó todo mi papeleo financiero. Me envió por correo electrónico una organizada hoja de cálculo con categorías como “proveedor”, “cantidad total cobrada”, “admisible”, “pagado por el seguro”, “deducible”, “coseguro” y “responsabilidad del asegurado”.

Revisamos juntas toda la hoja de cálculo y me indicó cuáles cuentas estaban listas para ser pagadas. Le agradecí inmensamente: “¡De ninguna forma lo habría podido hacer sola!”.

Con las cuentas pagadas, ahora puedo dormir de noche y dedicar toda mi energía a sanarme.

Rezo para usar mis experiencias para inspirar a otros con ideas y esperanza. Sí, los problemas médicos y las cuentas pueden abrumarte rápidamente, pero a menudo tenemos más formas de navegarlas de las que pensamos. A veces sólo se trata de encontrar a la persona adecuada para que te de una mano. La tranquilidad mental vale el tiempo y la energía que consume.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Más reciente
Más antiguo Más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.