Camino #9: Concentración total

10 min de lectura

Sólo utilizamos una pequeña fracción de nuestra capacidad mental. Aprende a concentrarte y a evadir las distracciones. ¡Alcanzarás todas tus metas fácilmente!

El atleta olímpico está allí, totalmente inmóvil, repasando el salto una y otra vez en su mente: comienza a correr, se aproxima, se impulsa, vuela por los aires y aterriza. Él está 100% enfocado. La meta está definida. La mente está pura. El tiempo se detiene.

El Camino #9 es Be Tahará, 'con pureza'. Cuando nos concentramos completamente, alcanzamos gran pureza intelectual y emocional.

Todos lo hemos experimentado. Un momento de concentración total en el que logramos concretar todo nuestro potencial. Estás en la universidad, el examen final es mañana y de repente tomas conciencia. Te quedas despierto toda la noche, sin comer ni beber. Nadie te puede hablar. Nada más entra en tu mente. Estas en un 100% allí.

¿O recuerdas la vez que estabas en el autobús absorto leyendo una novela, y de pronto el conductor se dio media vuelta y te dijo “¿Dónde vas amigo? Ésta es la última estación”?

¿Te ha ocurrido esto? Ese es el poder de la concentración.

El ser humano utiliza sólo una pequeña fracción de su capacidad mental. En el mundo de los deportes, la diferencia que hay entre los competidores desde el punto de vista atlético es mínima; ganar depende 90% de la concentración mental. Así, para lograr más en la vida, debes enfocar tu atención. Saca a relucir tu poder latente y utilízalo.

Cuida tus pensamientos

Generalmente es sumamente difícil concentrarse. Nuestra mente deambula por muchos lugares.

Tal como necesitas “cuidar tu lengua” para no decir palabras en vano, asimismo debes “cuidar tus pensamientos” para dirigirlos en la dirección correcta.

Entra en contacto con tu mente. Ella está flotando por cualquier parte. Congela el momento: ¿En qué estás pensando ahora? ¡Te estás preguntando que habrá de cenar!

En el judaísmo, antes de cualquier actividad importante decimos Hineni mujan umezumán, 'estoy listo para hacer la actividad X'. Es una declaración de que enfocaremos nuestra mente, por determinado período de tiempo, a dicha actividad, y de que bloquearemos los pensamientos y emociones extrañas a ésta. Intenta decir en voz alta “ahora voy a estudiar”, o “ahora voy a honrar a mis padres”, etc.

Establece qué vas a hacer, cierra el resto de los compartimentos y concéntrate. Tu mente está aquí, y no en otro lugar. Si el cuarto está muy caluroso o muy frío, no importa. No te interesan los deportes, la política o las finanzas en este momento. Estás concentrado solamente en la tarea que tienes frente a ti.

Muerto para el mundo

La vida nos empuja hacia muchas direcciones diferentes, y es difícil mantener el rumbo.

Imagina al dueño de un local comercial, quien apenas tiene un momento libre para respirar. A él le gustaría tener una vida más significativa, pero su negocio le demanda atención constante. Los clientes simplemente no lo dejan tranquilo.

Una noche, él sueña que muere por causa de su duro trabajar. El sueño es tan sobrecogedor, que cuando se despierta, se levanta de la cama, mira el espejo y ve a un hombre anciano y con el pelo gris. Inmediatamente se va a la sala de estar y comienza a leer libros de filosofía.

Su esposa se da cuenta que él no está en la cama. “¡Son las 3:30 de la mañana! ¿Qué estás leyendo a esta hora que es tan importante?”.

“Querida, ¿te das cuenta que podría morir en cualquier momento, y habría gastado los mejores años de mi vida en la tienda? He decidido que desde hoy no voy a ir a trabajar sino hasta el mediodía. Voy a dedicar mis mañanas a estudiar sabiduría”.

“¿Estás loco? ¡No puedes hacer eso!”, exclama su esposa. “¿Qué le voy a decir a los clientes?”.

“¿Qué le vas a decir al ángel de la muerte cuando venga por mí? ¿Que los clientes están esperando? Por tres horas cada mañana, ¡considera que estoy muerto!”.

Por supuesto que no es simple tomarse un tiempo libre. Pero lo que sea que hagas, cuando sea que lo hagas, hazlo estando completamente inmerso y envuelto en ello. Actúa como si estuvieras “muerto para el mundo”. Por ese período de tiempo, que nada te aleje de la significativa tarea en la que estás enfocado. Nada más existe.

Los caminos de la mente

El judaísmo dice que la mente tiene 70 “caminos”. Esto puede sonar extraño, pero la realidad es que todo el tiempo estamos utilizando múltiples caminos de forma simultánea.

¿Recuerdas cuando aprendiste por primera vez cómo manejar un automóvil? No podías concentrarte en nada más. Si alguien comenzaba a hablar, tú le pedías que se mantuviera en silencio. Todo tu foco estaba puesto en el camino.

Ahora, piensa en todas las actividades que eres capaz de hacer hoy en día mientras manejas: enciendes la radio, planeas tu día, hablas por teléfono, disfrutas del paisaje, buscas estacionamiento - ¡y también manejas el automóvil!

Al controlar distintos “caminos” puedes incrementar de forma exponencial tu poder para vivir. Es sabido que Rav Iehoshua Leib Diskin (siglo XX, Israel) podía escribir dos cartas, una con cada mano, mientras mantenía simultáneamente una conversación – ¡y eso sin contar lo que estaba pasando por su mente!

Esta habilidad no es algo que viene de la noche a la mañana. Al igual que el malabarismo, antes de que puedas tener la coordinación necesaria para hacer malabares con tres bolas y lanzarlas hacia arriba, primero tienes que saber cómo agarrarlas cuando caen.

Para desarrollar la concentración, elige un pensamiento, enfócate intensamente, y trabaja en él. (Obviamente el prerrequisito para que puedas concentrarte completamente en una idea es que ésta debe ser interesante e importante para ti).

Una vez que hayas dominado el uso de un “camino”, entonces podrás expandirte hacia los otros 69 caminos de tu mente.

En el judaísmo decimos “shiviti Hashem lenegdi tamid” – “sitúo a Dios frente a mí, siempre”. Uno de estos “caminos” debe estar reservado para Dios de forma constante. Es como cuando estás casado: no quieres ir a algún otro lugar y olvidar a tu esposa. Asimismo, no es bueno que olvides a Dios. Ve por la vida con Él en todo momento.

Limpia tu mente

Somos lo que pensamos. Nuestras ideas determinan la realidad. Si alguien piensa que hay personas persiguiéndolo, entonces no importa si esto es verdad o no, él estará asustado. O si un niño inteligente piensa que es tonto, ésta se convertirá en su realidad.

Pureza intelectual significa elegir tus ideas. Distingue cuáles son verdad, y cuáles son falsas; cuáles hacen sentido, y cuáles son tontas. Y luego, limpia tu mente; saca la “basura”, de forma que no se mezcle con el resto de las ideas que hay en el interior de tu cerebro.

Entra en contacto con tu mente. ¿En qué estás pensando? Cuando articules una afirmación, pregúntate a ti mismo; “¿Realmente creo eso?”. Si una idea falsa es repetida muchas veces, puede convertirse en tu realidad, incluso si en un principio no creías en ella.

Clarifica tus ideas. Por ejemplo, todos están de acuerdo que es malo dañar a otros. Pero, ¿es verdad que uno nunca debería dañar a alguien?

“Bueno, nunca deberías dañar a alguien sin una buena razón”.

¿A qué te refieres con nunca dañar a alguien “sin una buena razón”? Si él te daña primero, ¿la venganza es una buena razón?

¿Ves la confusión? Clarifícalo.

Otro ejemplo: Todos quieren ser buenas personas. Y tú probablemente también quieres ser una buena persona. Entonces, ¿cuál es la definición de “bueno”? Bin Laden creía que estaba haciendo lo correcto al intentar deshacerse del imperialismo occidental.

Tienes que obtener claridad, para que de esta forma realmente sepas lo que ya sabes. Haz una lista de las 100 cosas de las que estás convencido. “Mis padres me aman. Tengo 10 dedos en las manos. La tierra es redonda”. No pongas estas cosas en el mismo cesto junto con ideas que no están claras, porque si lo haces, las ideas que no están claras contaminarán toda la cesta.

Escríbelas y ordénalas. Pregúntate a ti mismo, “¿cómo sé que mis padres me aman? Porque tengo evidencia en base a la forma en que me tratan”. Creo que entendiste la idea.

Finalmente, relaciónate con las ideas como si fueran reales. Una vez que decidas que cierta idea es correcta, tradúcela a una idea concreta. Por ejemplo, toma el sentimiento de “no quiero perder mi tiempo”, y transfórmalo en la idea de “la vida es preciosa”. El siguiente paso es llevarla desde tu mente a la acción. Ignorarla y seguir adelante con tu vida es una actitud esquizofrénica.

Pureza emocional

Todos hemos visto cómo corre un equipo de fútbol al campo de juego luego de escuchar una charla motivadora. Ellos están frenéticos. ¡Muévanse del camino! O cuando el jefe de ventas da su charla motivadora de los lunes por la mañana: “¡Vamos a agarrar esos teléfonos y vamos vender 100 pólizas hoy!”. Si tú eres el pobre tipo al cual llaman primero, vas a haber comprado cinco pólizas antes que te des cuenta qué te atropelló.

Tal como necesitas tener una pureza de mente, necesitas también tener una pureza de corazón, “una emoción a la vez”. Puede que te invadan diferentes emociones en un momento inoportuno, y si no estás claro, serás empujado hacia muchas direcciones distintas.

Ser empujado hacia distintas direcciones causa parálisis. Hay un antiguo dicho que dice “el burro murió porque no podía decidirse entre dos fardos de heno”.

Antes de entrar en una determinada situación, decide qué emoción quieres elegir. Si vas a ir a una boda y es importante tener alegría, no te desvíes hacia temas que te alejen de esa emoción, como “¿Qué harán para mantenerse a sí mismos? ¿Cómo se ve mi cabello? ¿Qué voy a elegir, salmón o carne?”. En vez de eso, enfócate en la emoción específica que elegiste y dite a ti mismo: “Voy a estar alegre, ¡y nadie me va a detener!”.

En realidad, el judaísmo dice que uno debe guardar siempre uno de los “caminos” para la alegría. ¿Acaso no es buena la vida? Siente alegría constantemente y siempre tendrás energía para todo. Cuando te levantes en la mañana, enciende ese interruptor. ¿Qué emoción quieres tener hoy día? ¡Alegría! Cuando abras tus ojos, agradécele a Dios y decide que la vida es buena y que será un gran día. Sin dolores de cabeza, sin problemas, sin complicaciones. La alegría es la pieza clave para tu día.

Incluso cuando no sientas “alegría”, fíngela. La pureza emocional es un acto de disciplina. Tú eres el amo de tu mente. Intensifica tu voluntad y lleva tu mente hacia donde tú quieres que esté. En poco tiempo, tu realidad interna se pondrá al día con sus acciones externas.

Bloquéalas

Toma un grupo de agobiantes emociones negativas y bloquéalas.

Si sientes una emoción negativa, debes darte cuenta que tienes la habilidad de “dejarla ir” y sentirte reanimado en tan sólo un momento. Es sólo el orgullo herido el que dice: "Tengo que poner mala cara un rato más antes de que pueda salir de ésta". La energía negativa no le está haciendo daño a nadie más que a ti mismo. Tú tienes el poder del libre albedrío para elevarte y salir de allí.

Esto es especialmente importante en momentos de confusión y ansiedad. Tienes un vuelo que alcanzar, pero el taxi llega tarde y hay mucha congestión vehicular. No estés enojado o irritado. Arruinarás tu día. En vez de eso, ten pensamientos positivos: “Está bien, perdí el vuelo. ¡Pero por lo menos puedo disfrutar del paisaje!”. Obviamente, si hay algo que puedas hacer al respecto, hazlo. Pero si no, bloquea el sentimiento.

Imagina un cirujano que se pelea con su esposa por la mañana. Él está enojado, y ahora va a operar. ¿Cómo es posible que se concentre? Él es un profesional entrenado. Él bloqueará el enojo.

Actúa fríamente. No siempre es malo ser frío. Si el cirujano no se concentra completamente, estará poniendo en peligro al paciente.

El objetivo, por supuesto, no es ser una persona desprovista de emociones, sino alguien que las controla y las aplica apropiadamente.

Alguna gente abusa de la herramienta del “bloqueo emocional” cuando se trata de temas con los que no quieren lidiar. Háblale a alguien sobre una potencial guerra nuclear. “No existe tal amenaza. No puede ser. Es tan irritante. Déjame tranquilo”. O intenta convencer a un racista de la belleza que hay en cada ser humano. No te escuchará. Te bloqueará. No están interesados en el tema, ¡punto final!

¿Cómo evitas caer en esa trampa? Interésate en la verdad, independiente de adonde te lleve. Si encuentras que algo es verdad, y esto está en conflicto con tus creencias previas, deshazte de tus prejuicios. Sé implacable en tu búsqueda por la verdad. “¿Debo cambiar toda mi vida? Está bien, no tengo miedo”.

Emociones múltiples

Tal como tenemos 70 “caminos de la mente”, asimismo tenemos 70 “caminos de emociones”. Es posible sentirse alegre y triste al mismo tiempo.

Imagina que logras obtener un gran ascenso en el trabajo, pero eso significa tener que mudarte de ciudad. Eso es tener emociones mezcladas. O si un pariente cercano fallece y te deja una gran herencia. Tendrás muchas emociones dentro tuyo de forma simultánea.

Para poder dominar estas emociones, debes tomarlas de a una.

Pregúntate siempre, “¿qué estoy sintiendo ahora? ¿Ansiedad? ¿Alegría? ¿Ambas?”.

Una vez que definas tu emoción, podrás controlar el interruptor. Si estás en una buena racha en el trabajo, y recibes una llamada urgente de tu esposa, no vas a decir “un minuto, tengo que cerrar este negocio primero”. Vas a pararte y a atender esa llamada.

Tiempo privado

El judaísmo tiene un concepto de meditación, pero no es una meditación sin sentido. Meditar no significa pronunciar repetitivamente una palabra que no tiene sentido para ti, sino que significa tomar un tema y sumergirte en él completamente, dejando todos los otros temas fuera.

Utiliza una venda en los ojos para conectarte con tus emociones más profundas relativas a Dios, la vida, la humanidad, tu familia, el sufrimiento, etc.

Los judíos se han dedicado a la meditación a lo largo de toda la historia. El rezo silencioso, la Amidá, es una meditación larga y significativa. Todos los primeros grandes líderes del pueblo judío Abraham, Moshé, el Rey David eran pastores. Eso les daba tiempo para meditar bajo el maravilloso cielo, y les daba tiempo privado para concentrarse en elevadas ideas espirituales, de forma tal que pudiesen entrar en el estado mental apropiado para poder hablar con Dios.

Para meditar, intenta decir una sola palabra en voz alta, y concéntrate en su significado. Luego de 10 minutos, tu mente estará totalmente enfocada.

Poniendo todo junto

Una vez que hayas desarrollado las reglas de la pureza emocional e intelectual, el paso siguiente es la “pureza integrada”, poniendo todo junto.

Por ejemplo, para el judaísmo, cuando vas a batear una pelota de béisbol, incluso la forma en que te paras afecta el cómo utilizas tu mente para dar el golpe. Como dijo el Rey David en los Salmos: “Con todos mis huesos, digo que no hay ninguno como Tú, Dios”. Sólo cuando te involucras en un 100% en el acto estarás completamente enfocado.

Obviamente debes mantenerte alejado de las actividades contraproducentes. No puedes salir de fiesta toda la noche y pretender meditar por la mañana. Es la antítesis de la pureza.

No contamines tu objetivo. Enfocarte en lo que quieres es el primer paso para alcanzarlo. “Confuso es lo mismo que difuso”. Si no sabes hacia dónde vas, nunca llegaras a ningún lado.

El sentimiento de falta de propósito suele venir por no tener claros los objetivos personales. Debes saber cuáles son tus metas y prioridades en todo momento, y tener un plan sobre cómo alcanzarlas.

Lo más importante es que sepas por qué estás viviendo, es decir, cuál es tu objetivo principal. Si estás dispuesto a morir por algo, eso es bastante decir. ¿Quieres ser una buena persona? Toda persona está dispuesta a morir con tal de ser una buena persona. ¿No es cierto?

Una vez que tengas una meta, necesitas enfocarte. Todos necesitan alguien que les dé ánimo, y no hay mejor persona para eso (que esté disponible de inmediato) que tú mismo. Intenta darte a ti mismo una charla de motivación, como si fueras un entrenador de fútbol: “Voy a lograr cosas hoy. Voy a concentrarme. Voy a ir en búsqueda de la verdad y nada me detendrá. La próxima vez que alguien comparta conmigo una pieza de sabiduría, voy a escucharla, apreciarla, pensar sobre ella y aplicarla”.

Haz de tus metas algo real. Tienes poco tiempo para lograr todo lo que quieres en la vida. Comienza ahora y entrégate por completo.

¿Por qué la concentración total es un camino a la sabiduría?

  • Interrumpe el proceso de soñar despierto.

  • Enfoca tu mente en la tarea en la que estás envuelto.

  • Incorpora lo que has estudiado en tu comportamiento.

  • Piensa en una idea a la vez y clarifícala lo máximo posible.

  • Elige una emoción y vívela plenamente.

  • Conecta tus emociones con tus metas.

  • El éxito depende principalmente de la intensidad de la ambición.

  • Toma una emoción y poténciala.

  • Tú eres el amo de tu mente. Puedes entrenarla a enfocarse.

  • Bloquea la demencia.

  • Piensa lo que dices y di lo que piensas.

 

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