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Cuando se pierde el control de la forma de actuar, por culpa de las reacciones de otros, uno se expone a convertirse en la peor versión de sí mismo.
¿Alguna vez te has preguntado por qué hay personas con las que puedes platicar de cualquier tema sin ofenderte, ni perder la cordura… y por el otro lado hay individuos que su presencia te electrocuta y saca lo peor de ti? Con ellos, ni los buenos días fluyen, ya que cuando “platican/discuten”, lo que dicen se torna en palabras punzantes, tóxicas e irritantes.
Una persona puede tener una buena relación con quien ella elige, y una pésima reacción y mala relación con otros. Así, habrá individuos que la provocan y la frustran, sin que ella pueda sentir compasión o tener paciencia.
Cada quien decide con quien se porta bien y le regala su mejor cara, y a quien simplemente tolera y no puede escuchar sin reaccionar.
Existen pláticas de temas delicados, pero a pesar de que lastima escucharlos, hay personas maduras y sensibles que hacen que la conversación sea civilizada. Por lo que a pesar de la incomodidad, se logran comunicar y pueden encontrar puntos de vista para negociar.
Sin embargo, hay personas que su carácter inseguro o impositivo y su necesidad de controlar todo, hace imposible poder intercambiar cualquier tipo de idea, por más insignificante que esta sea.
Definitivamente hay comportamientos inapropiados e inaceptables que no se deben tolerar: gritos, humillaciones, amenazas, falta de respeto, etc., pero… a pesar de esto, nadie tiene el poder para que uno se trasforme y contamine su esencia.
La mala vibra se contagia y la agresión se impregna rápidamente, pero, cada quien tiene el poder para controlarse o reaccionar y ser una persona grosera o una persona de luz.
La famosa frase “no eres tú, soy yo” no podría ser más adecuada. Por más de que parezca que es el otro el que provoca y hace imposible la comunicación, en realidad, cada quien es el único responsable por sus propias reacciones. Nadie tiene el poder de transformar la paz interna en un campo de batalla minado y explosivo, si uno no lo permite.
La cuestión es entender ¿por qué uno regala este poder a personas que tienen mal carácter y/o problemas personales?
El otorgar la autoridad personal, o el no poder controlar los impulsos y las emociones, hace que uno se convierta en víctima del medio ambiente. Esto se debe, ya sea a las carencias personales que buscan el reflejo o la proyección de las inseguridades y los problemas no resueltos de sí mismo, o a la falta de visión de la situación.
La vida expone y pone a prueba a las personas para que cada quien conviva con diversidad de individuos, caracteres y circunstancias, los cuales no se pueden controlar, esto, con el fin de que se fortalezca el carácter y se aprenda a ser la mejor versión de uno mismo.
La receta: La mejor versión de ti mismo
Ingredientes:
Afirmación Positiva:
Busco armonía con las personas que me rodean. Si aprendo a escuchar sin juzgar y a decir las cosas sin pelear, probablemente aprenderé a resolver mis conflictos, sin la sensación de que exploto por todo lo que no dije y por todo lo que grité. Permito que fluyan mis pensamientos y que las palabras de los demás no me causen conflicto. Proyecto luz, paz y serenidad. Soy una persona libre y agradezco la oportunidad para poder crecer y ser mejor cada dia.
Como Ser mejor persona:
"Aprender a controlar las emociones ayuda a que uno se sienta mejor consigo mismo y sea capaz de enfrentar retos con mejores posibilidades para triunfar".
Extraído de recetasparalavida.com
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