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Si bien la situación es alarmante, las historias que cada persona crea en su mente son mas peligrosas que la misma realidad.
Estamos viviendo tiempos de crisis, una situación como nunca, alarmante e insegura. La inestabilidad, en conjunto con el exceso de información, ha creado un estado de psicosis que ayuda a que las personas pierdan el sentido común y actúen en "modo de pánico", sin poder pensar con claridad y calma analizando la información recibida y entendiéndola con una perspectiva lógica.
Desde luego que hay que estar informado y preparado. Es importante ser responsable y saber qué sucede en el mundo para saber cómo actuar. Es importante tener planes de acción en caso de que la situación llegara a empeorar o a afectarnos en forma directa.
Estar seguro, protegido y enterado de lo que pasa es responsabilidad personal.
La gente en todos los puntos del planeta esta espantada, el coronavirus es una verdadera amenaza; la posibilidad de contagio es grande, rápida y en algunos casos mortal.
Pero la necesidad de informar y el deseo de estar bien informado, ha tornado a los medios en voceros que, en lugar de ayudar a controlar el miedo, incrementan la angustia y la desesperación. Tristemente, tanta información, aturde y adormece a las emociones.
No importa si se recibe un comunicado oficial, un reportaje médico o un simple video chistoso, el caso es que todo el día y a toda hora, circula información que más que actualizar sobre la situación, fomenta el medio, aumenta la incertidumbre y altera los nervios.
Nadie niega la importancia de conocer lo que sucede. Es vital tomar medidas adecuadas para ubicarse y protegerse. Sin embargo, estar escuchando las noticas todo el día, no es un pasatiempo sano, ni productivo.
En tiempos de crisis, es imposible tener control de lo que sucede, los cambios se dan por minuto. Es muy fácil perder la calma y el sentido común. Sobre todo cuando las emociones se han adormecido, creando un escudo protector para poder sobrevivir la amenaza que se siente. La falta de criterio ha dejado de ser eficiente y objetiva, y la actitud, lejos de ayudar, paraliza y entorpece el pensamiento.
El sentido común ofrece un juicio sensato y objetivo, basado en el conocimiento de la realidad. Ayuda a percibir y entender las cosas que suceden, sin exagerar o perder su importancia. Marca las pautas para poder actuar con cordura. El sentido común ancla a la persona y la ayuda a tomar decisiones lógicas y acertadas.
Para no perder el sentido común, uno tiene que cuidar sus emociones, que fácilmente se pueden confundir con la información desmedida que aturde y angustia.
Es peligroso exagerar la cantidad de información que se recibe. Hay que conocer lo suficiente para entender lo que sucede. Es importante saber cómo y cuándo uno debe actuar y no perder el sentido común.
Ingredientes:
Afirmación positiva para tener sentido común:
Pongo atención y escucho con claridad lo que el universo me dice. Actuó con prudencia y calma. Mi intuición no me engaña y siempre me marca un buen camino. Mi corazón me guía y me ayuda a encontrar equilibrio. Tomo decisiones lógicas, basadas en la razón, la realidad y el juicio. Decido por mí y no me interesa impresionar o copiarle a nadie sus decisiones. Mi sentido común no me engaña.
Como cultivar el sentido común:
“Uno siempre hace lo correcto cuando escucha a su corazón, sin tener que impresionar o querer actuar como los demás.”
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