Hadar Goldin finalmente ha vuelto a casa después de 11 años


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Cortar la conexión es una medida drástica que debe tomarse sólo cuando tu bienestar realmente está en riesgo.
Las relaciones pueden ser difíciles e incluso las más cercanas pueden volverse complicadas. Cortar la conexión con relaciones significativas es una forma común de lidiar con la ansiedad dentro de una relación o sistema familiar.
Imagina, por ejemplo, que recientemente tuviste un bebé y tus suegros siguen dándote consejos sobre cómo cuidar a tu hijo. Al sentirte abrumado por sus consejos, comienzas a distanciarte de ellos, y a medida que te alejas, ellos se vuelven más reactivos, diciendo que los estás alejando de su nieto. Tu cónyuge te apoya en el asunto, diciendo que sus padres siempre tienen algo que decir sobre lo que deberían hacer los demás, y antes de que te des cuenta, ya no hablan con ellos y tu hijo crece sin abuelos.
A menudo me encuentro con escenarios similares. Al tratar estos asuntos en un contexto terapéutico, normalmente miro el panorama general del sistema familiar para mostrar cómo cortar a un miembro de la familia puede resultar en un patrón generacional de responder a emociones intensas cortando los lazos con aquellos que provocan esas emociones.
Si tu familia tiene un historial de cortar el contacto debido a circunstancias estresantes o a problemas como la tensión financiera, el divorcio, la religión o la política, tu respuesta inmediata cuando te sientes molesto con alguien podría ser extirpar esa relación de tu vida. En tales casos, probablemente encontraría un historial de cortes en ambos lados de la familia, con miembros que se distancian y cortan los lazos en lugar de comunicarse y resolver los problemas subyacentes.
Desafortunadamente, pocas personas entienden el costo significativo de alejar a un miembro de la familia. Aunque puede aliviar la tensión a corto plazo, con el tiempo puede generar más ansiedad e intensidad emocional en otras relaciones. Cortar el contacto con tu familia puede poner más presión sobre tu cónyuge para satisfacer todas tus necesidades emocionales, lo que puede provocar tensión en el matrimonio. Esto explica por qué muchas personas que buscan terapia por problemas de relación, ansiedad o depresión tienen un historial de cortes familiares.
El proceso de corte puede tomar diversas formas dentro de las familias. No se trata sólo de no hablar; es una desconexión gradual. Implica minimizar el contacto emocional al distanciarse físicamente de la familia, visitar la casa raramente, o mantenerse en contacto, pero evitando temas sensibles.
Es importante recordar que necesitamos a otras personas en nuestras vidas, y la familia es una parte crucial de nuestro desarrollo. Aunque cortar a las personas de nuestras vidas puede parecer la solución más fácil, puede impedirnos desarrollar madurez emocional y mejorar nuestras relaciones con los demás. Los estudios han demostrado que mantener el contacto con los miembros de la familia puede llevar a una reducción del estrés, la depresión y un aumento de la autoestima. Además, los niños tienden a tener un mejor desempeño en la escuela, y las personas pueden vivir más tiempo al mantener una conexión fuerte con sus familiares.
En lugar de cortar los lazos, trabajar en mejorar las relaciones desafiantes puede ayudarnos a desarrollar flexibilidad emocional y conciencia de nuestra contribución a los problemas de la relación. Si decides cortar los lazos, es importante entender lo que motivó la decisión e identificar con cuáles miembros de la familia aún puedes mantenerte conectado.
Hace poco tuve una conversación con Rav Aryeh Weinstein, coach, mentor y maestro, sobre la perspectiva judía respecto a cortar los lazos familiares. Durante nuestra discusión, exploramos el delicado equilibrio entre mantener las relaciones familiares y honrar a los padres. Rav Weinstein destacó la importancia del quinto mandamiento, que instruye a las personas honrar a su padre y a su madre. Este mandamiento tiene gran importancia espiritual ya que se encuentra ubicado en el centro de los Diez Mandamientos. Está flanqueado del lado derecho por cinco mandamientos que gobiernan las relaciones entre el hombre y Dios, del lado izquierdo por las interacciones interpersonales. El valor de honrar a nuestros padres se expresa en el hecho de que hay tres socios involucrados en la creación de un niño: un padre, una madre y Dios. Debido a que nuestros padres nos dieron la vida, debemos honrarlos y respetarlos.
En el judaísmo, respetar a los padres es un valor primordial y una obligación. Incluso si tienes que poner límites por tu bienestar, es importante mostrar respeto.
El verdadero respeto va más allá del mero afecto y requiere crear espacio para los padres y demostrar reverencia a través de las acciones y actitudes. En el judaísmo, el amor es más que un simple apego emocional, involucra interactuar activamente con los demás. Por el contrario, el temor y el respeto están entrelazados, y el respeto a menudo se manifiesta como alejarse con admiración o reconocer la posición o autoridad de otro.
Rav Weinstein enfatizó las dinámicas complejas de amar y respetar a los padres, subrayando que aunque el amor no siempre sea algo garantizado, el respeto, manifestado a través de crear espacio y mantener límites, es esencial para honrarlos. El amor nos vuelve más vulnerables ante la otra persona porque el amor es abrazar y recibir. El respeto es mucho menos vulnerable, ya que se trata de dar un paso atrás y dar espacio para que el otro pueda ser. Por eso, amar a un padre puede ser difícil, pero siempre podemos respetarlo. Por último, Rav Weinstein destacó el profundo énfasis del judaísmo en la paz como un valor fundamental, subrayando la importancia de luchar por la armonía a pesar de los desacuerdos.
De acuerdo con Rav Weinstein, todo sucede por una razón, y si alguien te hace daño, es tu responsabilidad buscar justicia, así como perdón. Sin embargo, cómo manejas la situación es, en última instancia, entre tú y Dios.
Rav Weinstein abogó por la comunicación abierta, el establecimiento de límites y el compromiso a mantener relaciones con los padres y la familia, incluso en circunstancias difíciles. Al abrazar el equilibrio, el perdón y un espíritu de comprensión, las personas pueden navegar las complejidades de las relaciones familiares con gracia y resiliencia. En casos de abuso físico, mental o sexual por parte de un padre o de un miembro de la familia, la paz y seguridad del individuo deben prevalecer. En tales casos es crucial buscar la orientación de profesionales.
Las relaciones pueden ser difíciles, especialmente con los miembros de la familia que no siempre están de acuerdo entre sí. Sin embargo, las relaciones desafiantes pueden ser una oportunidad para el crecimiento y el desarrollo personal. Si eliges no cortar los lazos con tu familia, puedes trabajar sobre ti mismo y abordar cualquier problema en la relación.
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