Criando niños compasivos

6 min de lectura

¿Cómo enseñarles a los niños a preocuparse más y a ser más sensibles?

"Ella está loca".

"Ella es una chiflada".

"¡Nadie quiere jugar con ella! ¡Que se vaya a casa!".

Estas tres frases, dichas por niñas de cuatro años, rompieron el corazón de una madre mientras dejaba a su pequeña en la escuela.

Sí, puedes decir que "los niños son niños y eso es lo que hacen los niños". Puedes decirles a los padres de esta pequeña niña que las otras niñas ya crecerán, que solamente deben ignorarlas y ayudar a su hija a encontrar otras amigas.

Pero la verdad, es que esas niñas fueron crueles. Hablaron cruelmente. Y no hay lugar para la crueldad en los corazones de nuestros hijos. No importa si tienen 4 o 14 años. Podemos esperar más. Podemos hacerlo mejor.

Y recuerden: los niños crueles crecen para convertirse en adultos crueles. Ellos hieren especialmente a quienes aman y luego argumentan que todos están siendo demasiado sensibles. Ellos destruyen matrimonios y dañan niños, sin tomar nunca responsabilidad por sus acciones.

A menudo me preguntan cómo podemos ayudar a nuestros hijos a ser más sensibles. Hay demasiados incidentes de niños abusados inundando las noticias. ¿Cuál es la clave para criar niños compasivos?

1. ¿Cómo Medimos el Éxito?

Comencemos por preguntarnos como definimos el ser un "niño exitoso". ¿Son buenas calificaciones? ¿Popularidad? ¿Un súper atleta? ¿Un talentoso músico?

¿Nos preguntamos alguna vez sobre la habilidad de nuestro hijo de sentir por otro? ¿De ser amable y sensible?

Si mi hijo obtiene un puntaje increíble en su examen final o recibe un reporte lleno de las calificaciones más altas, pero luego ataca verbalmente a su hermana mientras estamos cenando, ¿sigo definiendo a este niño como un "éxito"?

Los niños que causan fácilmente que otros lloren, que actúan indiferentes cuando ocasionan dolor, o que se niegan a interactuar con aquellos considerados "más bajos" que ellos, son niños que muestran un gran defecto de carácter. Sin importar cuan talentosos, atléticos, inteligentes o populares puedan ser, están en falta. Esto significa que yo como padre tengo trabajo que hacer, ya que no he sido exitoso en criar a un niño con alma.

Piensa. ¿Cuándo fue la última vez que tu hijo realmente sintió por otro? ¿Puedes recordar si tu hijo recientemente demostró bondad o fue sensible a las necesidades de otra persona?

No estoy hablando del círculo de amigos de tu hijo o alguien con quien él se siente cómodo o que le agrada. Estoy hablando de sentir por alguien a quien él usualmente omitiría o a quien no le daría mucha importancia.

2. Seis Preguntas Que Cada Padre Debiera Hacer

Responde las siguientes seis preguntas honestamente para tener una idea sobre el sentido de compasión de tu hijo. No inventes excusas como que él está cansado, que está pasando por un momento difícil en la escuela, que es sólo una etapa, o que nadie es agradable con ese niño raro. Solamente estás permitiéndole a la crueldad crecer.

  1. ¿Cómo juega mi hijo con otros niños?

  2. ¿Mi hijo reacciona bondadosamente cuando otros son heridos o son dejados de lado?

  3. ¿Mi hijo excusa o ignora el dolor que le causa a otros?

  4. ¿Mi hijo menosprecia o se burla de otros a menudo?

  5. ¿Está mi hijo constantemente involucrado en discusiones, peleas o conflictos?

  6. ¿Es mi hijo cruel?

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3. Abre Los Ojos de Tu Hijo

Sí, hoy en día hay niños involucrados en organizaciones de caridad como nunca antes. Hay maratones, campeonatos de boliche, carreras de bicicleta y ventas de pasteles, todas por grandes causas. Tenemos fiestas de degustación de comida internacional, rifas, producciones dramáticas, conciertos, desfiles de moda y grandes eventos que recaudan fondos para personas necesitadas. Y puede que varios meses de planificación y trabajo duro hayan sido invertidos en todo esto. Pero "todo esto" es diversión. No hay un sentido de sacrificio o de conexión con la persona necesitada. No hay un impacto real en el alma del niño. Nuestros hijos nunca ven realmente con sus ojos, y por ende sus corazones permanecen cerrados.

No estoy diciendo que debemos exponer a nuestros hijos a dolor crudo y a agobiantes escenas de angustia. Lo que estoy diciendo es que a menudo creemos erróneamente que nuestros hijos han aprendido de compasión cuando realmente no hemos hecho un impacto interno. Los niños no aprenden de bondad asistiendo a fiestas y organizando conciertos.

Lo que debemos intentar hacer ahora es enseñarles a nuestros hijos a abrir sus ojos a las necesidades de otros. Puede que no sea fácil invitar a la niña con la que nadie habla a tu fiesta, pero así es como los niños aprenden sensibilidad.

Si tienes un hijo que es excelente para los deportes, dile que Dios lo bendijo con un increíble regalo, y que ahora depende de él usar ese regalo para mejorar el mundo.

Probablemente te preguntas cómo hacerlo.

Por ejemplo, cuando tu hijo esté corriendo con todos sus amigos a jugar un partido de béisbol durante el siguiente recreo, dile que se detenga un segundo. Dile que mire a su alrededor. ¿Ves ese niño ahí en quien nadie piensa? Por dentro, él está esperando que quizás hoy sea el día en que finalmente alguien le ponga atención. Quizás hoy un niño será suficientemente amable para decir cinco palabras que cambiarán su vida: "¿Te gustaría jugar?".

Y quizás ese niño será tu hijo.

¿Cuán a menudo los niños dejan pasar oportunidades de amabilidad solamente porque no abrieron sus ojos para ver la necesidad a su alrededor?

Podemos enseñarles a nuestros hijos que ellos pueden cambiar el mundo a través de una galleta compartida o de una invitación a jugar.

El niño que está hambriento y que no tiene bocadillo, el compañero de clase que se sienta solo durante el almuerzo, el niño que nunca es invitado a las fiestas de pijamas y pizza los sábados por la noche – hay tantos niños que necesitan consideración.

Demasiados niños pasan por la escuela con corazones rotos y nadie nunca se da cuenta de su dolor. Podemos enseñarles a nuestros hijos que ellos pueden cambiar el mundo a través de solamente una sonrisa, un saludo, una galleta compartida o una invitación a jugar.

Te darás cuenta de que en la medida en que tu hijo se acerca y lleva luz a la vida de otro, él estará realmente encendiendo una luz dentro de él.

4. Di "No" al Daño Online Desconsiderado

Vivimos en un mundo en donde podemos herir a otros fácilmente. Con solamente presionar un botón o con unos cuantos simples mensajes de texto, el mundo de una persona puede colapsar. He hablado con niños que han sido destrozados por chismes asquerosos difundidos online. No pueden enfrentar a sus compañeros de clase y se sienten dolorosamente humillados. Demasiado a menudo nuestros hijos no piensan en el efecto de sus rápidas palabras. Rara vez ven el efecto de sus descuidados rumores o de sus hirientes chistes. Los niños se ríen sin cuidado, totalmente inconcientes de que su mensaje de texto está siendo compartido en el ciberespacio una y otra vez.

Es tiempo de que les enseñemos a nuestros hijos las consecuencias de sus acciones. Las palabras que se difunden como fuego incontrolado por Internet no pueden ser retiradas. Incluso comprometedoras fotografías son a veces enviadas desconsideradamente. Cuando no enfrentas a la persona en el momento en que la dañas, ni siquiera comienzas a imaginarte su dolor. No ves sus ojos llenos de lágrimas, o sus mejillas ponerse calientes y rojas de vergüenza.

La Torá prohíbe causar dolor a todas las creaciones vivas de Dios – incluso a los animales. Y si se nos ordenó preocuparnos por los animales, ¿cuánto más debemos estar concientes del dolor que causamos a otro ser humano?

5. La Bondad Comienza en Casa

Acabas de regresar del supermercado. Entras a la habitación con seis bolsas pesadas en cada mano. Tu hijo te mira sin moverse.

"Tengo mucha hambre", dice él. "¡La cena ni siquiera está lista!".

Ahora es tu momento. No lo pierdas. No murmures en voz baja. Enséñale a realmente mirarte y ver cómo puede ayudar.

"Querido, ¿ves que estoy cargando todas estas bolsas? ¿No sería lo correcto que tu vinieras a ayudarme en vez de quejarte por la cena?"

En vez de enojarte, enséñale a tu hijo cómo volverse más sensible respecto a aquellos que están a su alrededor.

Muchas personas son increíblemente amables con sus amigos pero ignoran fácilmente a su familia. Dejan todo por otras personas, entregan de su tiempo e interminable energía cuando se les pide; pero si su propia pareja o niños hacen la misma petición, de alguna manera ellos no pueden encontrar la forma de entregar.

Cuán doloroso es para los niños ver a hermanos o padres siendo amables con todos menos con ellos.

Los niños necesitan ser educados sobre la "bondad familiar". La caridad realmente comienza en casa.

Intentemos enseñarles a nuestros hijos a ser sensibles y generosos tanto en palabras como en acciones. No hay circunstancias aceptables que permitan que los niños actúen cruelmente. Si somos reales modelos a seguir y tratamos el mundo a nuestro alrededor con compasión a pesar de nuestras presiones y desafíos diarios, nuestros hijos comprenderán el verdadero significado de hacerse más bondadosos cada día.

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