Datos esenciales sobre los uigures que todos deben conocer

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China fue acusada de cometer un genocidio contra los uigures. Esto es lo que debes saber y qué puedes hacer al respecto.

Este año, algunas personas se niegan a ver las Olimpiadas de Invierno Beijing 2022, debido al pésimo historial de abusos de derechos humanos con los uigures, una minoría étnica perseguida en China.

Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y otros países se han negado a enviar representantes a los juegos olímpicos en una especie de boicot.

Un reciente informe británico acusa a China de cometer un genocidio contra los uigures. Aquí hay algunos datos esenciales sobre los uigures y algunas sugerencias de lo que podemos hacer para apoyar a este grupo.

1. Hay más de 11 millones de uigures, con una historia de orgullo y una cultura singular

Los uigures son un grupo étnico que en su gran mayoría viven en Sinkiang, una vasta región al noroeste de China. Sinkiang es la mayor región de China. Su nombre oficial es Región Autónoma Uigur de Sinkiang. La palabra "autónoma" en su nombre teóricamente implica que cuenta con alguna medida de gobierno propio, aunque en la práctica esto es sumamente limitado (al igual que en Tibet, otra región autónoma China).

Un hombre uigur de Kashgar, una ciudad de Sinkiang, China

La mayoría de los uigures son musulmanes sunitas, y comparten semejanzas culturales y lingüísticas con otros pueblos de Asia Central. Ellos fueron el primer grupo étnico de Asia Central que habló turco. Los registros de uigures viviendo en Asia Central se remontan a la antigüedad. Los registros chinos del siglo II AEC ya mencionan a los uigures. En el siglo VII, un reinado uigur floreció a lo largo del río Orkhon, lo que hoy en día es Mongolia. Después de haber sido conquistados por los ejércitos invasores kirguis, los uigures establecieron otro reinado en el siglo XIII entre las montañas Tian Shan, a lo largo de la frontera entre China, Kazajstán y Kirguistán. Algunos uigures siguen viviendo en el presente en Uzbekistán, Kazajstán y Kirguistán, aunque la gran mayoría, más de 11 millones, viven en China.

El idioma uigur es similar al uzbeko y al turco. En la ex Unión Soviética, se escribe con letras cirílicas y en algunos países occidentales lo escriben con letras latinas, pero en China los uigures adoptaron la escritura árabe.

2. La tensión entre China y los uigures puede remontarse a los ataques del 11 de setiembre en los Estados Unidos

Durante mucho tiempo hubo tensiones entre los uigures y el grupo étnico han que domina en China, pero las relaciones comenzaron a deteriorarse marcadamente después de los ataques terroristas del 11 de setiembre del 2001 en los Estados Unidos. El profesor Sean Roberts de la Universidad George Washington de la ciudad de Washington, autor del libro "La guerra contra los uigures", explicó por radio nacional en el 2021 que "casi inmediatamente después del 11 de setiembre, el gobierno chino produjo una cantidad de documentos que sugerían que enfrentaban una grave amenaza terrorista por parte de los uigures… Esos documentos eran un poco fantasiosos e increíbles".

La mayoría de los países, incluyendo a los Estados Unidos, rechazaron esas declaraciones hasta el año 2002, cuando Estados Unidos identificó a una organización vinculada a los uigures que China declaró que se asemejaba en su naturaleza terrorista a Al Qaida. Luego de esto, el profesor Roberts afirmó que China sintió que tenía una "especie de licencia para esta idea de contraterrorismo, como justificación a sus políticas en la región".

Se estima que actualmente hay entre 800.000 y 2 millones de uigures prisioneros.

Muy pronto, China identificó "tres males" en Sinkiang que decidió que había que eliminar: el terrorismo, el extremismo y el separatismo. "Separatismo" no se definió tan sólo como un deseo de separarse políticamente (algo que algunos uigures apoyaron históricamente). China decidió que cualquier acto de autonomía cultural es separatismo: el lenguaje y la cultura uigures de repente se volvieron sospechosos.

Los detenidos escuchan discursos en un campamento en Lop County, Sinkiang, abril del 2017.

Las tensiones se mantuvieron a fuego bajo hasta el 2009, cuando estallaron tres días de violencia étnica que dejaron casi 200 muertos, de acuerdo con las autoridades chinas. Los disturbios comenzaron en una fábrica de juguetes, donde circulaban rumores respecto a que los trabajadores uigures habían atacado a una empleada han del lugar. Al parecer los empleados han atacaron a sus colegas uigures y dieron comienzo a una contienda que envolvió a gran parte de Sinkiang. Después de ese punto, la violencia se volvió más habitual entre los uigures y los chinos han de Sinkiang, y algunos separatistas uigures perpetraron ataques violentos.

3. Desde el 2014, China mantuvo una política de represión brutal contra los uigures

Después de muchos años de violencia desde comienzos del 2000, China acudió a un nuevo y brutal modelo para controlar a los uigures: prisión a gran escala, racionalizando ante el resto del mundo que se trata de "centros de reeducación".

A partir del 2017, aunque algunos expertos dicen que fue desde el 2014, China comenzó a construir una vasta red de campos de prisioneros. La escala es enorme. China no revela el número real de campamentos, por lo que las organizaciones de derechos humanos y los periodistas tuvieron que confiar en métodos creativos para tratar de adivinar su alcance real. En el 2018, los periodistas del servicio de noticias Reuters analizaron imágenes satelitales y observaron que 39 campos de prisioneros crecieron casi en un 300% entre el 2017 y 2018, cubriendo el área de 140 canchas de fútbol. Los investigadores que analizaron la financiación de seguridad en Sinkiang descubrieron que China incrementó su gasto de "seguridad" en la región en casi 3$ sólo en el 2017.

Campamentos de reeducación en China

En el 2020, el Instituto de Política Estratégica de Australia estimó que hay 380 campos de prisioneros en Sinkiang. "La evidencia de esta base de datos muestra que a pesar de las declaraciones de los funcionarios chinos respecto a que los detenidos salen de los campos, se ha invertido significativamente en la construcción de nuevas instalaciones de detención a lo largo del 2019 y 2020", señaló Nathan Ruser del Instituto de Política Estratégica de Australia. Es posible que la construcción de prisiones haya continuado en los años intermedios. Se estima que actualmente hay encarcelados entre 800.000 y 2 millones de uigures.

"La mayoría de las personas en los campos nunca fueron culpadas por crímenes y no tienen forma legal de reclamar su detención", observó el Consejo de Relaciones Exteriores. "Los detenidos parecen haber sido elegidos por diversas razones, de acuerdo con los informes de los medios de comunicación, incluyendo viajar o estar en contacto con personas de cualquiera de los veintiséis países que China considera peligrosos, tales como Turquía y Afganistán; asistir a servicios en mezquitas, tener más de tres hijos y enviar mensajes de texto con versículos del Corán. A menudo, su único crimen es ser musulmanes, afirman los grupos de derechos humanos, y agregan que muchos uigures fueron etiquetados como extremistas simplemente por practicar su religión".

Trabajadores a lo largo de la cerca de un supuesto campo de detención para musulmanes en Sinkiang, el 24 de setiembre del 2018. Thomas Peter/Reuters

Las autoridades chinas declaran que se trata de campos de reeducación e insisten que los residentes pueden partir de los mismos una vez que han sido desradicalizados. Sin embargo, no permitieron que los campos sean inspeccionados por observadores extranjeros y periodistas.

4. Muchos productos de uso cotidiano son producidos por mano de obra esclava de los uigures

Las condiciones dentro de los campos de prisioneros son brutales. Los prisioneros deben jurar lealtad al partido comunista chino, aprender mandarín y prometer dejar el islam. Algunos ex prisioneros declararon ser sometidos a privación de sueño y supervisión constante. Las prisioneras mujeres reportan haber sido brutalizadas por los guardias. Los hijos de los adultos enviados a campos de prisioneros son trasladados a orfanatos estatales.

Algunos de los campos de prisioneros fueron construidos cerca de centros industriales, lo que contribuye a la especulación de que los uigures prisioneros son usados como esclavos en las fábricas. Sinkiang cuenta con el 20% de la producción de algodón del mundo. En el 2020, la BBC anunció que "las investigaciones hechas por la BBC muestran que gran parte de la exportación de algodón es producida por trabajo esclavizado".

Imagen satelital de la nueva facilidad cerca de Kashgar en enero del 2020. Foto: Instituto de Estrategia Política de Australia

En los últimos meses, diversas marcas occidentales, como H&M, Nike, Adidas, Calvin Klein, Converse, Burberry, UnderArmourm Tommy Hilfinger Gap, New Balance y Zara, se han comprometido a no usar algodón de Sinkiang. En represalia, estas 11 marcas enfrentan un boicot generalizado por parte de los consumidores chinos, alentados por los canales oficiales a través de las redes sociales.

Un estudio del 2021 de la universidad Sheffield Hallam de Gran Bretaña, descubrió que casi la mitad del suministro global de silicio policristalino, un importante componente de los paneles solares, es producido en Sinkiang, en gran medida por mano de obra de los prisioneros uigures. Las fábricas de teléfonos inteligentes también fueron acusadas de apoyarse en el trabajo forzado de los prisioneros uigures.

Algunas compañías comenzaron a cortar lazos con las fábricas de Sinkiang, y los gobiernos comenzaron a fijar sanciones a China por apoyarse en la mano de obra esclavizada de los prisioneros uigures. En marzo del 2021, Estados Unidos, la Unión Europea, Gran Bretaña y Canadá impusieron sanciones a China por "practicas represivas contra los uigures musulmanes y miembros de otros grupos étnicos y religiosos minoritarios en Sinkiang". En julio, Estados Unidos agregó nuevas sanciones a una compañía estatal que se asoció con algunas de las marcas líderes del mundo de teléfonos inteligentes. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para poner fin a las prácticas de abuso y esclavitud.

5. China fue acusada de cometer un genocidio contra los uigures

En diciembre del 2021, un tribunal independiente en Gran Bretaña acusó a China de genocidio. Sir Geoffrey Nice, el abogado británico que presidió las audiencias, explicó que China perpetró "una política deliberada, sistemática y concertada" para lograr una "reducción a largo plazo de los uigures y de otras minorías étnicas".

Un manifestante: ¿Quién va a hablar por los uigures?

Estados Unidos, Canadá y los Países Bajos acusaron formalmente a China de genocidio contra los uigures. En un informe del departamento de estado del 2021, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, acusó a China de "genocidio y crímenes contra la humanidad" por el trato que dan a los uigures.

6. Grupos judíos piden más ayuda

Los judíos se encuentran entre los críticos más vocales, convocando al mundo a actuar para ayudar a los uigures. En diciembre del 2021, un grupo de más de 200 organizaciones judías enviaron una carta al presidente Biden exigiendo acciones más fuertes contra China. "Las historias de horror que escuchamos de uigures que son atrapados de noche, separados de sus familias y llevados en trenes hacia campos de trabajos forzados son demasiado conocidos para la comunidad judía", decía la carta.

En Gran Bretaña, la junta oficial de diputados judíos británicos, aprovechó el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, el 27 de enero del 2022, para pedir más acción. La presidenta de la junta, Marie van der Zyl, escribió una carta al primer ministro Boris Johnson manifestando que "Como comunidad, siempre dudamos mucho de considerar comparaciones con el Holocausto". Sin embargo, dadas las similitudes obvias entre el encarcelamiento forzado de los uigures y el Holocausto, ella sintió el "deber moral" de hablar. La persecución de los uigures "se presenta como el ultraje más grave de nuestro tiempo", decía su carta.

Para algunos judíos, los juegos olímpicos de invierno del 2022 en China recuerdan a los juegos olímpicos de verano de 1936 en Berlín. También entonces hubo una protesta internacional contra las leyes raciales de Núremberg que prohibían que los judíos participaran en gran parte de la vida pública alemana, y que habían sido aprobadas un año antes.

Acelerando su agenda antisemita y sus planes de expansión territorial, el régimen aprovechó la olimpiada para deslumbrar a muchos espectadores y periodistas con la imagen de una Alemania pacífica y tolerante. Al rechazar la propuesta de boicot a los juegos olímpicos de 1936, las organizaciones atléticas y olímpicas patrocinadoras de los Estados Unidos y de otras democracias occidentales, perdieron la oportunidad de tomar una postura que, de acuerdo a lo que consideraron algunos observadores en ese momento, hubiera podido detener a Hitler y dar fuerza a la resistencia internacional contra la tiranía nazi.

7. Podemos tomar una postura

Hace dos mil años, en el siglo I EC, el sabio Rabí Tarfón dijo: "No se espera que completes la tarea, pero no eres libre para evitar hacerla" (Pirkei Avot 2:21). Incluso al enfrentar situaciones que parecen ser demasiado grandes y abrumadoras para que nuestros actos individuales puedan marcar alguna diferencia, seguimos estando obligados a hacer todo lo que esté a nuestro alcance.

Un paso que podemos dar es apoyar en nuestros países leyes que enfaticen los derechos de los uigures. Ponte en contacto con tus representantes y pregunta qué están haciendo para ayudar a los uigures. Dedica tiempo a aprender sobre sanciones y legislación, y la próxima vez que tengas que votar, considera la postura de los candidatos respecto a la persecución contra los uigures.

Otra posibilidad de acción es investigar si los productos que compramos tienen una fuente confiable. Puede ser difícil saber de dónde vienen todos los componentes de nuestra ropa y de nuestros equipos electrónicos, pero cada uno puede interiorizarse sobre las políticas de sus productos favoritos y podemos votar con nuestras billeteras, eligiendo patrocinar empresas que obtienen sus productos de forma ética.

Y habla. No dejes que la persecución de los uigures pase desapercibida, lee sobre la persecución y expresa tus pensamientos, ya sea en cartas a los editores, en las redes sociales o en conversaciones. Tu voz tiene peso.

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