Despedir a un Trabajador

3 min de lectura

¿Qué circunstancias justifican despedir a un trabajador?

P. Tengo un buen trabajador pero no me es rentable mantenerlo en el trabajo. ¿Tengo alguna obligación de mantenerlo más allá de lo que dice el contrato?

R. Las leyes seculares sobre despidos varían ampliamente. Muchos países tienen lo que se llama "empleo a voluntad"; bajo este régimen un empleado puede ser despedido por cualquier razón, y sin razón también. En otros países, y bajo la mayoría de los acuerdos de negociaciones colectivas, los empleados sólo pueden ser despedidos con justificación.

Las discusiones en la ley judía generalmente se centran en el siguiente pasaje talmúdico:

Runia era un plantador de árboles para [el sabio] Ravina. Él le causó un daño [por ser descuidado al plantar], y [Ravina] lo despidió. [Runia] vino [para demandarlo] ante [el juez] Rava. Dijo: ¡Mira lo que [Ravina] me hizo! [Rava] le dijo: él actuó apropiadamente. [Runia] dijo: ¡Pero no me dio una advertencia adelantada! Él dijo: No tenía que advertir. Rava actuó en esta situación de acuerdo a su doctrina, ya que Rava dijo: Los maestros, plantadores, matarifes y escribas de la ciudad son considerados como advertidos. El principio general es: siempre que existe [el potencial para] pérdida irrevocable, [los trabajadores] son considerados como advertidos (1).

El pasaje, tal cual es, genera más preguntas que las que responde. ¿Cuál era exactamente el reclamo de Runia? ¿Por qué fue rechazado? ¿Qué hay de especial en estas profesiones?

Un plantador de árboles generalmente sería contratado y pagado por temporada. Al final de la temporada de plantación se estimaría la contribución de los árboles nuevos y el plantador recibiría su paga en conformidad. Sin embargo, debido a un descuido de parte de Runia, Ravina sintió que había una pérdida irrevocable y no quería arriesgar ningún problema futuro. Por lo tanto, despidió a Runia en medio de la temporada. Esto tiene importantes consecuencias adversas, ya que Runia tiene ahora que comenzar a buscar una nueva posición en medio de la temporada, cuando los empleos son difíciles de encontrar ya que la mayoría de estos son ofrecidos al principio de la temporada. Es por eso que Runia buscó un juicio legal.

Podemos ver que, por un lado, Rava apoyó el principio básico legal al que Runia había apelado. En circunstancias normales, un trabajador no puede ser despedido dentro del período del contrato a menos que haya mostrado descuido y que también haya sido advertido. Si una persona comete un error en el trabajo, el curso de acción adecuado es explicarle que se equivocó y darle una oportunidad de mejorar. Sin embargo, ciertas profesiones requieren un alto grado de confiabilidad. Cualquier error tiene el potencial de generar una pérdida irreparable. Es entendible que en este nivel, los empleados puedan ser despedidos por errores incluso en medio del período contractual.

Por otro lado, cuando el período contractual ha terminado no pareciera haber ninguna limitación inherente al despido de un empleado por cualquier razón. Basados en este pasaje y en otros, muchos comentaristas opinan que la ley judía adopta un enfoque "a voluntad" a menos que el contrato o la costumbre estipulen algo diferente (una excepción es la gran autoridad reciente, Rav Moshe Feinstein, que legisló que los trabajadores tienen, por lo general, un derecho a la continuidad de su empleo a menos que haya una causa, o que su posición sea discontinuada (2)).

La ley judía generalmente reconoce a la ley secular y a la costumbre local como vigentes con respecto a la ley de empleo, por lo que si hay una ley, acuerdo o costumbre en tu área o industria respecto a despedir trabajadores, esta debería ser respetada. Pero ante la ausencia de alguna restricción especial, el judaísmo ve a los trabajadores y a los empleadores como personas libres. Los empleadores están obligados éticamente a mantener su palabra, por lo que durante el período de contrato los trabajadores no deberían ser despedidos a menos que haya una buena razón o que sean recompensados adecuadamente. Pero una vez que termina el período de contrato, el empleador y el empleado por igual tienen derecho a reconsiderar sus pasos y a encontrar una nueva situación o a renegociar la existente.

En la mayoría de los casos el "período de contrato" sería el período de aviso que figura en el contrato. Si el acuerdo estipula un preaviso de dos meses, entonces lo único que justificaría despedir a alguien dentro de ese período sería una mala conducta.

Sin embargo, la letra de la ley no es necesariamente lo mismo que una conducta considerada y prudente. Mientras que el contrato puede decir que un preaviso de dos meses es suficiente, la mayoría de los empleadores y empleados desarrollan expectativas mutuas de empleo continuado y un grado de lealtad. Cuando es posible, en general es una buena política hacerle al empleado un comentario sobre su bajo desempeño antes de despedirlo, y darle la noticia por adelantado de acuerdo a las expectativas razonables y no sólo de acuerdo a los contratos escritos.

FUENTES: (1) Talmud Babilónico Baba Metzía 109a-b. (2) Responsa Igrot Moshe Joshen Mishpat I: 76, 81.

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