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Ahora es un buen momento para incrementar nuestros actos de bondad.
Para el judaísmo, la bondad es algo esencial. El Talmud dice que la causa por la que los romanos destruyeron el Segundo Templo en Jerusalem fue las luchas internas entre los judíos y sinat jinam, el 'odio infundado'.
Manifestar verdadero amor y bondad incrementa nuestros méritos para volver a tener el Templo en Jerusalem. Los nueve días previos al ayuno de Tishá BeAv, que conmemora la destrucción de ambos Templos, son un buen momento para comenzar a cambiar nuestro comportamiento y empezar a relacionarnos con los demás con más bondad. Para inspirarte, aquí hay 10 citas judías sobre la bondad.
Aharón, el hermano de Moshé, era famoso por su amor a las personas y por la forma en que ayudaba a los demás a resolver sus discusiones y hacer las paces. La tradición judía enseña que cuando Aharón veía que amigos o una pareja se había distanciado por una pelea, él hablaba con cada uno por separado para calmarlos y le aseguraba a cada parte que el otro sinceramente lamentaba la pelea y deseaba hacer las paces. Esto no era una mentira, porque en lo más profundo de nuestro ser cada uno añora tener paz con los demás.
Es muy fácil hablar apresuradamente y decir algo que puede lastimar a otra persona. Alguien verdaderamente sabio considera el efecto que pueden llegar a tener sus palabras.
Esta sabia observación hace eco del entendimiento judío de que mitzvá goreret mitzvá, 'un buen acto desencadena otro buen acto'.
El sabio Hilel era famoso por su erudición y por su inmensa paciencia. Incluso cuando lo molestaban con preguntas sólo para distraerlo, Hilel trataba a todo el mundo con respeto y paciencia. Él es un verdadero modelo a seguir en esta época tan impersonal e impaciente.
A veces, la crueldad no se manifiesta con palabras hostiles ni al elevar el tono de voz. Pasar por alto o ignorar a otras personas puede dañarlas más que decir frases desagradables. Trata de tomarte el tiempo para decir a los demás una palabra amable. Incluso simplemente decir hola y preguntarle al otro cómo se siente puede iluminar su día y aliviar su carga.
En el judaísmo, la bondad no es algo opcional. Ayudar a los demás es una parte clave de nuestro trabajo para lograr que este mundo sea un lugar mejor. Ser bondadoso es algo integral de lo que significa ser judío.
El Rambam explicó que los actos de bondad incluyen visitar al enfermo, preguntar cómo están los demás, ayudar a facilitar bodas y funerales, y tratar a todos con calidez. Él incluso prescribió la forma en que debemos despedir a los huéspedes al final de una visita, acompañarlos hasta la puerta y decirles adiós con calidez. Nadie debe sentirse solo o pensar que nadie se preocupa por él.
En el judaísmo, hablar mal de una persona es una grave transgresión. El Talmud dice que las calumnias y los chismes metafóricamente "matan" a tres personas: la que habla, de quien hablan y a quien escucha. (Arajim 15b). Dejar de contar chismes puede ser difícil, pero es la clave para llegar a ser una mejor persona.
El judaísmo nos obliga a dar a los demás el beneficio de la duda. En nuestra era de respuestas instantáneas por internet ("me gusta" y "no me gusta"), es importante mantener una mente abierta y recordar que no conocemos toda la historia y que otras personas enfrentan circunstancias y desafíos que nosotros desconocemos.
Sin amor, es imposible tratar a los demás como se lo merecen. En el judaísmo, cada persona es comparada a un mundo entero. Recordar esto nos ayuda a reconocer el valor de cada persona con la que nos encontramos, y puede recordarnos el importante mandamiento de ser bondadosos.
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