El "ángel" se encuentra con el "mono": el enigma de la relación entre cuerpo y alma

11/01/2023

4 min de lectura

Las incómodas conclusiones de un universo puramente físico.

La creencia conocida como fisicalismo sostiene que no existe una realidad espiritual. Un fisicalista afirmaría que las personas son "sólo el comportamiento de un amplio ensamblaje de células nerviosas y sus moléculas asociadas" (1). Sin embargo, para realizar una declaración absoluta de que no existe nada fuera de lo material, hace falta un poco de arrogancia, ya que ni siquiera tenemos pleno conocimiento de lo que existe en el mundo físico (por ejemplo, la "materia negra").

El fisicalismo también tiene algunas implicaciones que vale la pena considerar: la conciencia no existe, no hay libre albedrío, la existencia fuera del cuerpo es imposible y no hay razón para confiar en el cerebro (2). Si mis procesos mentales están determinados exclusivamente por la sugerencia de átomos de mi cerebro, no tengo motivos para asumir que mis creencias sean ciertas y, por lo tanto, tampoco tengo una base para creer que mi cerebro está compuesto por átomos (3).

Hay algunas sugerencias seductoras para creer en la existencia de una realidad no material, particularmente respecto a la conciencia humana. Si la mente y el mundo son exclusivamente físicos, esperaríamos que la realidad pudiera ser descrita desde una perspectiva netamente objetiva (4). Sin embargo, sabemos que la mente incluye experiencias sensoriales y una perspectiva subjetiva. No esperaríamos esto de una máquina o una computadora.

El surgimiento de la conciencia también es bastante interesante, como lo explica el filósofo inglés Colin McGinn: "¿Cómo podría la simple materia originar la conciencia? ¿Cómo logró la evolución convertir el agua de un tejido biológico en la materia prima de la conciencia? La conciencia parece ser algo radicalmente nuevo en el universo, sin estar preconfigurada por las secuelas del Bing Bang. Entones, ¿Cómo logró comenzar a existir a partir de lo que le precedió?" (5).

Si todo lo que existe es físico y todo el conocimiento es resultado de la interacción con objetos o fenómenos físicos, la matemática parece ser un problema. Interactuamos con conceptos no materiales como números y figuras geométricas que, en realidad, no existen.

El filósofo estadounidense Alvin Plantinga ideó un experimento sobre la naturaleza no material del ser humano. Por ejemplo, si reemplazamos todas las partes del cuerpo de una persona y, al reemplazar el cerebro, ponemos toda la información en internet (asumiendo que tenemos un servidor confiable), ¿continúa existiendo la persona? Si es posible que la persona exista cuando el cuerpo no, entonces esa persona y el cuerpo no son idénticos (6).

La tradición judía considera que el ser humano es una combinación entre cuerpo y alma, un componente físico y uno espiritual, que son los dos componentes que constituyen a una persona completa.

La tradición judía considera que el ser humano es una combinación entre cuerpo y alma, un componente físico y uno espiritual (7), que son los dos componentes que constituyen a una persona completa. El alma, por sí misma, es angelical, carece de libre albedrío y es incapaz de tomar decisiones morales o progresar. Recién cuando el cuerpo y el alma se juntan existe el libre albedrío. Sólo entonces pueden conseguirse logros significativos (8).

Las leyes detalladas sobre el entierro judío y el respeto al cuerpo (9) se originan en nuestra valoración del cuerpo humano, entendiendo que el cuerpo fue lo que permitió que el alma actuara con libre albedrío. Sirvió un propósito sagrado, así como una Torá o una mezuzá desgastadas y, al igual que ellas, merece respeto (10).

El alma no está limitada ni por el tiempo ni por el espacio y, si bien interactúa con el mundo físico en tiempo real, esencialmente es eterna. El alma existía antes de entrar al cuerpo y continuará existiendo después de abandonarlo. Al igual que la energía, el alma no se destruye, sino que se transfiere a otra realidad. Hay quienes sugirieron que el alma es como la información almacenada en una computadora, y que el cuerpo es el hardware. Incluso si el hardware se vuelve obsoleto, inoperativo o se deteriora, el sistema continuará existiendo siempre que la información haya sido almacenada (11).

El Talmud llega a comparar el alma en el cuerpo con la presencia de Dios en el mundo.

"Así como Dios llena todo el mundo, el alma llena todo el cuerpo.

Así como Dios ve, pero no es visto, el alma ve, pero no es vista.

Así como Dios sustenta a todo el mundo, el alma sustenta a todo el cuerpo.

Así como Dios es puro, el alma es pura.

Así como Dios reside en su santuario interior, el alma reside en los recovecos más profundos de la persona" (12)

Cuando el libro de Génesis trata la creación del ser humano, deletrea la palabra "formó" del versículo 'Y Dios formó a Adam' (13) con una letra yud extra. Rashi, el clásico comentarista bíblico, explica que las dos yuds aluden a la idea de que hubo una formación dual del ser humano: una formación en este mundo (el cuerpo) y otra en un mundo trascendente (el alma) (14).

Es por esta creencia de que el ser humano no es puramente material, así como tampoco puramente espiritual, que el judaísmo prescribe actividades que son beneficiarias tanto para el cuerpo como para el alma, y prohíbe actividades que son nocivas para la realidad dual del ser humano.


Notas:

1 Francis Crick, The Astonishing Hypothesis

2 Escuchado de Rav Dr. Dovid Gottlieb, en una serie de clases en Or Saméaj, Jerusalem. También se encuentra en audio y en notas en www.dovidgottlieb.com. Citas de Crick y Haldane también son de Gottlieb.

3 J.B. Haldane, When I Am Dead en Possible Worlds and Other Essays

4 Gottlieb, Thomas Nagel - What Is it Like To Be a Bat?

5 Collin McGinn, The Problem of Consciousness: Essays Toward a Resolution

6 Alvin Plantinga, Where the Conflict Really Lies: Science, Religion, and Naturalism. Oxford: Oxford University Press, 2011

7 Rav Moshé ben Yosef Matrani (Mabit), Beit Elokim, Sha’ar HaYesodot, Cap. 53

8 Talmud Bablí Sanhedrín 91b; Rav Yaakov Weinberg, Fundamentals and Faith, pp. 126-127

9 Deuteronomio 21:23; Maimónides, Mishné Torá, Leyes del Sanhedrín 15:8

10 Talmud Bablí Shabat 105b

11 Rav Aryeh Kaplan, The Aryeh Kaplan Reader, The Soul, the Afterlife and Resurrection

12 Talmud Bablí Brajot 10a

13 Génesis 2:7

14 Comentario de Rashi ad loc.

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