El asombroso éxito de Adele

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La elegancia clásica de la superestrella le agrega a su atractivo.

La cantautora británica Adele es sumamente talentosa, hermosa y asombrosamente exitosa. Y también se ha vuelto un fenómeno cultural.

En su primera semana, su tercer álbum, "25", ha vendido más de tres millones de copias, rompiendo el récord de NSYNC en su lanzamiento del año 2000 del disco “No Strings Attached”. Este es un enorme hito en una industria que ha visto una caída de más del 60% en las ventas de álbumes desde el año 2000. Junto con el lanzamiento de “25” vino el impresionante video musical de la canción “Hello”, ¡el cual fue descargado 1 millón de veces en sólo una hora!

Los sociólogos han tratado de estudiar qué hay en las canciones de esta mujer de 27 años que emocionan a todo el mundo. Los analistas de la industria musical están tratando de descubrir cómo replicar su éxito. Los diseñadores de moda esperan que sus modestos vestidos de estilo clásico den paso a una nueva tendencia.

Hace dos semanas, en el programa de televisión Saturday Night Live hicieron una parodia de su estrellato en una hilarante rutina, en la cual los miembros de una familia que se encontraba reunida en torno a la mesa de la cena de Acción de Gracias discutían acaloradamente sobre temas sociales y políticos. Cansado de las interminables peleas, un niño de la mesa se levanta y pone la canción de Adele, Hello. La tensión desaparece instantáneamente y todos los miembros de la familia —sin importar su edad o tendencia política— comienzan a cantar anímicamente juntos, llegando incluso a parecerse a Adele.

Adele (Adkins) nació en el norte de Londres en una familia de clase trabajadora. Su padre los dejó cuando ella tenía tan sólo dos años. En su infancia, ella estaba obsesionada con las voces de las cantantes emotivas, especialmente con Etta James y Ella Fitzgerald, grandes estrellas de la década del 40 y 50. A los 14 años, Adele asistió a la escuela de artes BRIT, y subió sus demos a su página de MySpace. A los 18 años ya tenía un contrato con una casa disquera y su carrera había comenzado.

“No soy perfecta, y creo que mucha gente es retratada como perfecta, inalcanzable e intocable”.

Cómoda con baladas, blues, pop e incluso góspel y jazz, Adele canta con intensa emoción e incluso melodrama sobre temas eternos de relaciones, nostalgia, espera, esperanza y sueños. Estos son temas típicos, por lo que uno se pregunta, ¿qué hace que Adele sea tan adorada?

Parte de ello, al menos, se debe al hecho de que ella sea una mujer de contextura mediana y claramente no siente remordimientos por ello. A pesar de que su tamaño no debería ser un tema, dada la novedad de su talento y éxito, sí lo es. En una entrevista con la revista Rolling Stone, ella dijo que “A veces me intriga saber si habría alcanzado el éxito si no fuese una mujer de contextura mediana. Creo que les recuerdo a todos sobre sí mismos. No digo que todos tengan mi tamaño, pero sí que se relacionan conmigo porque no soy perfecta, y creo que mucha gente es retratada como perfecta, inalcanzable e intocable”.

Adele ha canalizado glamorosamente la elegancia de los años 40 y 50 en su cuidadosamente elegido guardarropa. Su clásica vestimenta, un vestido negro de mangas largas con una capa de encaje, es sorprendente en esta era, en la que la mayoría de las cantantes se pavonean en el escenario con trajes ajustados y degradantemente reveladores. Ella tampoco baila cuando canta. “No hago música para los ojos, la hago para los oídos”, explica.

Al ver su despliegue sobre el escenario, ella parece estar intensamente enfocada en la música, en ocasiones dirigiendo el micrófono hacia la audiencia e invitándolos a cantar; un repentino coro de miles de personas. Ella parece estar visiblemente emocionada por el hecho de que su audiencia esté conmovida. Ella parece real, y su negación a calzar con el tan popular “modelo esbelto” la hace aún más real. Su combinación de vulnerabilidad y confianza, expresada a través de sus canciones, es una combinación ganadora para sus millones de seguidores.

El inusual y discreto guardarropa que Adele utiliza en sus presentaciones ha resonado con millones de mujeres que se sienten ofendidas por las provocativas —y casi inexistentes— prendas que son preferidas por tantas otras artistas. Al trabajar en una industria que no perdona ni el más mínimo detalle en lo que concierne a la belleza física y en la cual hay una insensata y degradante competencia por quién es más sexy, quizás las artistas sienten que no tienen alternativa. Pero cuán irónico es que esas mujeres, casi todas quienes probablemente se llamarían a sí mismas “feministas”, permitan que las representen como “objetos” en base a sus vestimentas. Al revelar tanta piel terminan escondiendo su verdadera esencia interior.

La imagen pública que Adele ha desarrollado es, en algunos aspectos, por excelencia judía. Ella está allí para compartir lo que hay en su corazón y en su alma, lo cual hace espectacularmente al mantener su guardarropas simple y digno como un telón de fondo para la música. Esto refleja el concepto de tzniut, 'modestia' o 'discreción', el cual pone el énfasis en el alma por sobre el cuerpo. Tzniut es el concepto que nos lleva a vestirnos, hablar y vivir con la noción de que somos almas y no sólo cuerpos, con una meta puesta en la dignidad y discreción en el vestir, hablar y actuar.

Adele es refrescante no sólo por lo maravillosa que es su voz, sino también porque se viste con dignidad, algo poco común hoy en día.

Naturalmente, al ser una estrella, Adele no puede ignorar su apariencia. Tiene un equipo especial dedicado a que su maquillaje, peinado y vestimentas sean perfectas antes de aparecer en escena. Creo que su mega estrellato proviene al menos en parte de su elección de enfatizar su belleza interior por sobre su cuerpo, e ir en contra de la noción convencional sobre cómo “debe” verse una mujer.

El tema de si ella habría triunfado igual si tuviera una talla más pequeña no es realmente relevante. Por ahora, su propia forma de tzniut —al menos en lo que respecta a vestimenta, pero quizás incluso en otras áreas de la vida— ha sido un regalo que se ha dado a sí misma y a un público que está insensibilizado debido al constante foco en lo físico por sobre lo espiritual. Adele es refrescante no sólo por lo maravillosa que es su voz, sino también porque se viste con dignidad, algo poco común hoy en día.

En una industria en la cual las mujeres son casi siempre juzgadas por su figura, su gran éxito le da al público otra razón por la cual aplaudir.

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