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Sólo hay un lugar donde nunca tendremos que escondernos.
Dos días antes del aniversario número 86 de Kristallnacht, la 'Noche de los cristales rotos', el 9 de noviembre de 1938, cuando se desataron en toda Europa ataques ordenados por los nazis contra los judíos, decenas de israelíes fueron agredidos en Ámsterdam en una serie de ataques violentos planeados de antemano. Incluso antes del partido de fútbol en el cual el equipo israelí Macabi Tel Aviv se enfrentó al equipo holandés Ajax en su estadio, los aficionados israelíes fueron acosados y atacados por turbas musulmanas y propalestinas.
Los videos y las fotos de la noche del jueves son estremecedoras. Se ve a judíos golpeados y acosados en todas las esquinas de Ámsterdam y en las veredas a la salida de sus hoteles. En uno de los videos se ve a un joven israelí que recibe patadas mientras yace en la acera y se ve que les ofrece dinero a sus atacantes musulmanes rogándoles que lo dejen en paz. Decenas de israelíes se escondieron en sus hoteles, demasiado asustados incluso para salir y viajar al aeropuerto para tomar un vuelo de regreso a casa.
La policía y las fuerzas de seguridad holandesas hicieron muy poco por proteger a los turistas israelíes. Como comentó un israelí que fue golpeado: "Denunciamos el incidente a la policía, que no tomó ninguna medida. Todos miraron hacia otro lado". El líder holandés Geert Wilders publicó en X: "Un pogromo en las calles de Ámsterdam. Nos hemos convertido en la Gaza de Europa. Musulmanes con banderas palestinas cazando judíos…"
Ámsterdam, la ciudad donde Ana Frank y su familia se escondieron y fueron asesinados durante el Holocausto, se llenó de miedo y caos cuando Netanyahu consideró la posibilidad de enviar aviones militares de carga para rescatar a los judíos atrapados en sus hoteles.
Muchos no pudimos creer los videos y las fotos que llegaban desde Ámsterdam. ¿Dónde estaba la policía? ¿En qué pensaban los silenciosos transeúntes que pasaban de largo y daban la espalda a los inocentes que eran golpeados en las calles? Estas preguntas suenan inquietantemente parecidas a las que nos formulamos después de Kristallnacht.
Pero hace 86 años no teníamos nuestro propio país. No teníamos una fuerza de seguridad israelí que pudiera volar y rescatar a los judíos en todo el mundo.
Tras ataques como el pogromo de Ámsterdam, recordamos todo lo que nos une y tenemos en común.
En los últimos días, El Al envió varios vuelos de rescate para traer a casa a ciudadanos israelíes. Por horrible que sea este atentado, también es un recordatorio de lo agradecidos que deberíamos estar los judíos de todo el mundo por tener una patria y un ejército. Por no tener miedo de alzar la voz contra la violencia y el mal. Porque existe un país en el que nunca tendremos que escondernos.
Hay muchas cosas que nos dividen y nos separan. Tras ataques como el pogromo de Ámsterdam, recordamos todo lo que nos une y lo que tenemos en común. Recordamos lo que representamos como judíos orgullosos en todo el mundo. Cuando enfrentamos un ataque contra lo que somos, nos aferramos aún más tenazmente a los valores de paz, bondad y vida a los que nos hemos aferrado durante generaciones. Nos une nuestra fuerza y nuestra resistencia cuando más lo necesitamos.
Las fotos y los videos de Ámsterdam nos recuerdan por qué todos los judíos del mundo debemos proteger y apoyar a Israel y protegernos mutuamente, a pesar de nuestras diferencias. Puede que todos vivamos vidas diferentes en ciudades diferentes de todo el mundo, pero cuando nos atacan por la única razón de ser judíos, todos sentimos el dolor y el miedo. Comprendemos que necesitamos a Israel porque, una vez más, todos dejamos de estar seguros sin previo aviso. Cuando nos enfrentamos a turbas que quieren erradicarnos, comprendemos que nos necesitamos los unos a los otros y que siempre nos hemos necesitado. Y nos damos cuenta de que sólo hay un lugar donde nunca necesitaremos escondernos.
A pesar de estar dispersos por el mundo, somos una nación que siempre tendrá un corazón y una tierra. Y cada judío debe preguntarse a sí mismo si no ha llegado el momento de volver a casa.
A todos nos duele cuando hacen daño a los judíos en Ámsterdam. Nos duele cuando se daña a Israel. Nos duele cuando hieren a nuestros soldados. Porque en última instancia, el pueblo judío es una familia con un hogar. Y en la víspera de la 'Noche de los cristales rotos' vimos que "Nunca más" sólo será cierto si tenemos nuestra propia tierra donde nunca tendremos que ocultar quiénes somos. Somos una nación con un solo corazón. Y esto también lo superaremos. Am Israel Jai.
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Ya no es 1938.