Sociedad
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El Dalai Lama, quien se considera un "amigo de Israel", tiene profundos lazos con el pueblo judío.
En un viaje reciente a India, pude cumplir mi deseo de saludar al líder espiritual del Tíbet conocido como el Dalai Lama, Tenzin Gyatso (88), en su hogar en el exilio en Dharamsala, en el norte de India. Junto con un joven paramédico del ejército de Israel que acaba de terminar su servicio militar obligatorio, pudimos recibir sus bendiciones para la paz de Israel y por las almas que fallecieron durante la guerra actual de Israel.
El Dalai Lama, quien hace mucho tiempo se considera a sí mismo un "amigo de Israel", tiene profundos lazos con el pueblo judío y la tierra de Israel. Desde las montañas nevadas del Tíbet a Jerusalem, aquí hay cinco puntos de conexión que han creado una relación especial entre el Dalai Lama y los judíos.
El Dalai Lama considera como un "Holocausto" las acciones del gobierno chino en el Tíbet desde 1949 hasta la actualidad, en las que fueron asesinados un millón de tibetanos y miles de monasterios fueron destruidos. Temiendo por su vida, el Dalai Lama huyó del Tíbet en 1959 y fue seguido por unos 100.000 tibetanos que recibieron santuario a lo largo de India. La sede principal del gobierno tibetano en el exilio, y el hogar del Dalai Lama, se encuentra en el pueblo de montaña en Dharamsala.
Uno de los primeros que ofreció ayuda a la ola de refugiados tibetanos que llegó a India en 1959 fue un judío polaco llamado Mauryce Friedman. Friedman ayudó con sus propios fondos e incansables esfuerzos a establecer a los refugiados tibetanos en áreas "más frescas" de la India, después de que muchos murieran en campamentos al aire libre por el agobiante calor del país.
Siguiendo los pasos de Friedman, el Dalai Lama a menudo bromea ante las audiencias judías diciendo que los israelíes son quienes tienen más representación que cualquier otra nacionalidad de viajeros en Dharamsala, donde innumerables carteles de las calles están traducidos al hebreo. Entre los discípulos personales del Dalai Lama, además de los voluntarios y defensores políticos por la independencia tibetana, también hay una cantidad desproporcionada de personas de origen judío hasta el día de hoy. El maestro budista tibetano Chogyam Trungpa una vez dijo en broma que dado que tantos de sus estudiantes eran judíos, ellos constituyen la escuela budista "Oy vey".
A pesar del fuerte interés de muchos judíos en el budismo tibetano, el Dalai Lama consistentemente desalienta su conversión, que él asegura que "da lugar al conflicto mental", y en cambio los alienta a acercarse a las enseñanzas del judaísmo que también llevan a lograr armonía interior y paz mundial.
El Dalai Lama visitó Israel en tres ocasiones: primero en 1994, cuando fue nombrado Miembro Honorario de la Universidad Hebrea y visitó los principales sitios sagrados de Jerusalem.
El Dalai Lama en el aeropuerto Ben Gurión el 20 de marzo de 1994. Guideon Markowitz, Archivo de la Biblioteca Nacional de Israel
En 1999, el Dalai Lama regresó a Israel y se reunió con el vocero del Parlamento israelí, Abraham Burg en el Parlamento Israelí (la Kneset), y asistió a una conferencia interconfesional sobre la paz mundial. Ese mismo año, se lo puede ver en un video de archivo rezando en el Muro de los Lamentos con una kipá.
Su visita más reciente, y probablemente la última a Israel (debido a su edad es muy raro que salga de India), fue en el 2006, cuando se reunió con el Gran Rabino de Israel y dictó varias conferencias sobre "ley y compasión".
Además de sus relaciones individuales con muchos judíos que son sus compañeros de estudio, el Dalai Lama reunió en Dharamsala una delegación formal de líderes judíos norteamericanos en 1990 para discutir sobre judaísmo y budismo y cómo la experiencia judía de sobrevivir 2.000 años de exilio puede ayudar a la comunidad tibetana. Durante esa semana tuvieron lugar inolvidables intercambios e innumerables momentos de humor que fueron inmortalizados en el libro de Rodger Kamanetz "The Jew in the Lotus", que se convirtió en una película con el mismo nombre.
Una de las cosas que le transmitieron fue la importancia de la memoria y de relatar historias para mantener viva la cultura y la identidad de un pueblo. El Dalai Lama escribió lo siguiente a quienes participaron en un Séder de Pésaj especial celebrado en la ciudad de Washington:
En nuestro diálogo con Rabinos y eruditos judíos, el pueblo tibetano ha aprendido los secretos de la supervivencia espiritual en el exilio. Uno de los secretos es el Séder de Pésaj. A lo largo de 2.000 años, incluso en períodos difíciles, el pueblo judío recordó su liberación de la esclavitud a la libertad y esto les ha brindado esperanzas en tiempos difíciles. Estamos agradecidos a nuestros hermanos y hermanas judíos por incorporar a su celebración de la libertad el pensamiento de la libertad para el pueblo tibetano.
Si bien el judaísmo y el budismo tienen muchas diferencias, el Dalai Lama consistentemente ha enfatizado las semejanzas entre las dos religiones y aboga por el mensaje compartido de paz que se encuentra en todas las religiones.
"A pesar de las diferentes filosofías y religiones que existen en el mundo, todas llevan el mismo mensaje de amor y compasión", dijo el Dalai Lama en la Universidad Hebrea en el año 2006. "La compasión es la esencia de todas las religiones, la base de la sociedad humana".
Yigal Arnon, presidente del Consejo Superior de la Universidad, comparó las enseñanzas del Dalai Lama sobre la compasión con la síntesis de la Torá de Hilel: "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti".
Imagen del título: el autor con el Dalai Lama.
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