Perfiles
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En el elemento fuego se esconde la clave para vivir con pasión y humildad.
El miedo. Eso es lo que a la mayoría nos impide llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos. Ya sea miedo al fracaso, a lo que los demás puedan pensar, a perder algo o a alguien, o sólo miedo a lo desconocido, lo que a menudo nos detiene de dar el siguiente paso hacia nuestro éxito personal es el miedo.
El miedo nos impide tomar los riesgos necesarios para salir del lugar en el que estamos estancados en ese momento. El miedo nos impide hacer el movimiento necesario para avanzar en nuestra carrera y en nuestras relaciones. Nos hace sentir inadecuados y evita que nos expresemos por completo. Observamos pasar la vida en vez de ocupar el lugar detrás del volante y vivirla de la forma que realmente sabemos que debería ser.
Para poder llegar a desarrollar por completo nuestro potencial, necesitamos desarrollar la autoestima y la confianza necesaria para superar nuestros miedos y seguir nuestros sueños y objetivos con pasión y ambición. Nuestra autoestima y nuestra confianza tienen su raíz en el elemento fuego, el elemento de nuestra voluntad y motivación. El liderazgo, el coraje y la valentía se conectan con el elemento fuego. El fuego siempre trata de elevarse y tiene la capacidad de destruir los obstáculos que encuentra en su camino. Por lo tanto, por naturaleza carece de miedo.
Pero el elemento fuego también es la raíz del orgullo y la arrogancia. Cuando alguien tiene éxito en la vida y supera obstáculos, es natural comenzar a experimentar un ensanchamiento del ego, lo que puede llevarlo a creer que es mejor que los demás. A veces, el fuego puede convertirse en un fuego que consume, que busca destruir a aquellos que son percibidos como amenazas. Debemos aprender cómo usar el elemento fuego para elevarnos sin miedo a la cima, pero mantenernos modestos y humildes a lo largo del proceso.
Jim Collins en su libro "De bueno a excelente" describe a un gran líder como "un estudio en dualidad: modesto y tenaz, humilde y audaz". Él se refiere a estas cualidades como una "dualidad" porque mientras que la modestia y la humildad enfatizan la pequeñez del yo, la voluntad y la valentía despiertan la grandeza que se encuentra dentro de él. Los grandes líderes tienen la capacidad de sobresalir en ambas áreas.
¿Cuál es su secreto?
La clave para convertirse en un líder audaz y humilde, alguien que entiende su propia grandeza, pero no la usa para tratar de ponerse por encima de los demás, es desarrollar una autoestima sana y auténtica. Una necesidad esencial de cada ser humano es sentir que es importante. Esto es lo que nos impulsa a tratar de lograr más en este mundo y a sentir la satisfacción que acompaña esos logros.
Una autoestima sana lleva a no tener miedo y ser humilde, y también es la base para llegar a ser un gran líder.
La mayoría de las personas que parecen muy seguras de sí mismas en verdad manifiestan una muralla protectora detrás de la cual hay una profunda sensación de inseguridad. La manifestación externa de valor es para alejar la atención de lo que en verdad puede haber por dentro. Cuando una persona tiene una autoestima sana, es capaz de bajar la guardia.
Uno puede llegar a desarrollar una autoestima sana al internalizar estas tres ideas:
Quienes desarrollen esta autoestima sana descubrirán que además de "no temer y ser humildes" también se convertirán en grandes líderes. Su confianza los llevará de forma natural a dar un paso adelante y asumir la responsabilidad cuando otros no lo hagan, y su humildad y apertura atraerán a otras personas. Como un fuego que esparce su llama a todo lo que lo rodea, el líder humilde y valiente enciende y alienta a todos los que están a su alrededor.
Los líderes humildes y sin miedo representan la cualidad de hod, traducido libremente como esplendor. Se los reconoce por su disposición a aprender de los demás en vez de mostrar una fachada de sabelotodo. Muestran su vulnerabilidad antes que su inefabilidad. Escuchan más y hablan menos. Elogian más y critican menos. Y se comportan con una sensación de calma en vez de estallar constantemente en ataques temperamentales.
En la vida, a todos se nos presentan oportunidades de ser líderes tomando responsabilidad. Es parte de nuestra misión en la vida. Si lo aprovechamos, entonces sentiremos inmensa satisfacción por desarrollar nuestro potencial y tener un impacto. De lo contrario, viviremos tratando de compensarlo con falso orgullo y un ego tan frágil que puede quebrarse con el mínimo insulto. El líder valiente y humilde, por otro lado, es poderoso y no se quiebra porque su fuerza surge de un lugar auténtico, de lo más profundo de su ser.
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