El equilibrio entre la vida personal y laboral no existe

2 min de lectura

La vida es un acto de malabarismo en constante cambio, que requiere autoconciencia, flexibilidad y, simplemente, dejarse llevar.

Equilibrio entre la vida personal y laboral

¿Quieren saber cuál es el secreto para lograr el equilibrio entre la vida personal y laboral?

Alerta de spoiler: ¡No existe! La vida es un complejo acto de malabarismo en constante cambio, que requiere autoconsciencia, flexibilidad y, simplemente, dejarse llevar.

El equilibrio está sobrevalorado.

Todos tenemos nuestras cosas. Ya sea que escojamos trabajar o debamos trabajar, medio día o a tiempo completo, que tengamos 2 o 12 hijos, en definitiva la mayoría no somos como el personaje de Carol Brady en "The Brady Bunch", despertando a nuestros seres queridos con tibios y frescos muffins recién salidos del horno, con una amorosa empleada llamada Alice que plancha los manteles para nuestras cenas reales.

A continuación, enumero lo que considero que son los pasos claves para alcanzar cierta forma de serenidad. Esto fue lo que recibí de mi madre sefaradí y trabajadora:

1. Olvida el equilibrio. Haz lo mejor posible con las herramientas que tienes.

2. Haz una lista de lo que te resulta imprescindible: Preparar a tus hijos para el autobús, estar en el trabajo durante el día, estar en el partido de fútbol, la presentación de ballet y a la hora de acostarse. La reunión del martes, las conferencias de los jueves por la noche y ponerte al día con los correos electrónicos el domingo a la mañana.

3. Donde sea que te encuentres, está presente y enfocada en la tarea de ese momento.

4. Desarrolla una rutina que tu familia conoce y espera. ¿Hay una noche en la que siempre trabajas hasta más tarde? La noche siguiente siempre llega a casa temprano y sirve helado en la cena.

5. Habla contigo. Mucho. Recuérdate que lo que sea que estás haciendo ahora es exactamente lo que debes estar haciendo. Nada más y nada menos.

6. Contrata ayuda para la limpieza.

7. Dales a tus hijos tareas dentro de la casa.

8. A veces, ignora el desorden. Nunca va a desaparecer por completo.

9. Cada niño necesita un día libre, igual que nosotros. Reserva tus días libres para los días en que ellos te necesitan.

10. Haz cosas con tus hijos.

11. Conoce tus límites.

12. Deja de juzgar a tus amigas y vecinas. Tu vecina pasa por cosas que tú desconoces, así que si parece que no puede manejarlo todo… probablemente no puede. ¿A quién le importa? Si puedes, prepárale una cena. Incluso pasta con queso.

Y recuerda que tú tampoco puedes manejarlo todo y que la vecina del frente probablemente hace más que tú (sí, también ella debería traerte una cena).

Todo el mundo hace mucho y no hay una respuesta mágica. La salsa secreta que te parece que funciona hoy puede no funcionar mañana y tenemos que estar preparadas para ser flexibles y adaptarnos. Nunca estamos listas para la siguiente fase de la vida hasta que no llega y entra a nuestra casa sin siquiera llamar a la puerta.

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