El Éxodo y Hollywood

5 min de lectura

Por qué la nueva película es ofensiva.

De acuerdo a quienes trabajan en Hollywood, este año ha sido designado extraoficialmente como “El año de la Biblia”. Y mientras el 2014 se acerca a su fin, el recién lanzado éxito de taquilla de Ridley Scott, Éxodo: Dioses y Reyes, es sólo el último de una seguidilla de grandes producciones basadas en temas bíblicos que hicieron su aparición durante los últimos doce meses.

En febrero, la 20th Century Fox dio el primer paso con una película biográfica cristiana basada en la exitosa miniserie del 2013 del History Channel llamada The Bible, la cual acumuló cerca de 100 millones de espectadores en un período de tan sólo seis semanas, convirtiéndose en la tercera serie de televisión por cable más vista del 2013. Paramount siguió poco después, en marzo, con su película Noaj, la fantasiosa reinterpretación de Darren Aronofsky de la historia bíblica del diluvio y sus sobrevivientes. Abril nos trajo El cielo es real, la película de Sony basada en el éxito de ventas que pretende contar la experiencia post mortem de un pequeño niño y sus encuentros con Dios y los héroes bíblicos. Y ahora, justo a tiempo para ser considerada para los Oscar, llega Éxodo: Dioses y Reyes, esperando capturar al amplio público interreligioso para quienes la Biblia es sagrada.

¿Cómo se explica este repentino resurgimiento del interés de Hollywood en el libro sagrado? No, Hollywood no se ha convertido de pronto en una meca religiosa. Hay una simple razón de por qué hoy en día la Biblia es casi tan “genial” como Kim Kardashian. Y es la misma razón que dio Willie Sutton cuando un agente del FBI le preguntó por qué escogió dedicarse a robar bancos. “Porque”, explicó él con honestidad, “ahí es donde está el dinero”.

La Biblia es el libro récord de ventas del año, cada año.

He aquí el resultado de un extraordinario estudio. ¿Cuántas de las 15 películas más taquilleras de todos los tiempos en Estados Unidos (ajustadas por inflación) tienen de protagonistas a personajes de libros de historietas? Ninguna. ¿Cuántas están basadas en la Biblia? Dos: Los Diez Mandamientos y Ben Hur.

La revista The New Yorker señaló recientemente una sorprendente estadística: la Biblia no sólo es el libro record de ventas de todos los tiempos, sino que es el libro record de ventas del año, cada año. ¿Dónde más uno podría encontrar un tema para una película que ya cuenta con el respeto y reverencia de tantos millones de personas?

Por eso lo que ha hecho frecuentemente Hollywood con los temas bíblicos —lo cual es más aparente que nunca en su reciente película Éxodo— es más que imperdonable; ellos han profanado lo sagrado y han hecho una burla de lo santo.

De acuerdo a una encuesta realizada en el 2014 a 1.200 adultos de Estados Unidos, el 79 por ciento de los cristianos dijeron que la exactitud era un factor relevante en su decisión de compra de boletos cuando se trata de películas que lidian con preguntas de religión. Aunque los judíos no fueron parte de la encuesta, me imagino que esos números serían similares. Vale decir, quien va al cine quiere una película bíblica que se apegue al texto original y en la cual la mayoría de los hechos que muestre sean veraces. Al verla podría verse fortalecida su fe y se agregaría un componente visual a su reverencia por el texto. Es más, los padres podrían sentirse bien de que sus hijos vean una fiel representación de las historias que forman la base de los valores de su vida y de sus juicios morales.

Analicemos entonces la película Éxodo.

Moshé, el hombre que siempre hemos considerado el héroe de la historia de la redención de los israelitas de la esclavitud de Egipto, es representado por Christian Bale (no diré nada acerca de la ironía de que solamente Hollywood puede haber convertido a un Christian en el más grandioso judío de la historia). Al analizar su rol, el semanario Hollywood Reporter citó a Bale llamando a su personaje “esquizofrénico” y “barbárico” durante una conferencia de prensa. Basado en cómo se desarrolla el liderazgo de Moshé en el guión, Bale concluyó que “Yo creo que el hombre fue uno de los individuos más barbáricos sobre los que he leído en mi vida”.

Y eso es solamente para empezar. Espera a que veas los primeros 20 minutos de la película: a Moshé el guerrero y asistente de guerra del ejército del Faraón; a Moshé, el destacado miembro del gabinete del Faraón; a Moshé en una relación al estilo de Caín y Abel con otro de los hijos del Faraón; en resumen, Moshé es la caricatura de la imaginación del director, quien no tiene ningún tipo de escrúpulos para sustituir con fantasías de Hollywood los hechos del libro sagrado.

¿Y qué hay de los milagros? Aquellos que recuerdan cómo se las arregló Cecil B. DeMille en una época en la que aún no era posible lograr los increíbles efectos que nos brinda actualmente la fotografía digital para generar las poderosas imágenes de la separación del mar y el ahogo de los egipcios, estarán profundamente decepcionados al descubrir que esto no fue realmente un milagro después de todo. De acuerdo a Ridley Scott, la separación del Mar Rojo no fue obra de la mano de Dios, sino que fue el resultado fortuito de un terremoto cuyo momento de ocurrencia resultó ser sumamente ventajoso para los Israelitas que escapaban. Y obviamente las plagas que precedieron a la partida de los Israelitas fueron también producto de fenómenos naturales.

Dios es representado como un petulante, temperamental e impaciente niño preadolescente.

Pero eso no es lo peor de todo. Lo que seguramente enardecerá a muchas audiencias, incluso a aquellas que estén dispuestas a perdonar que se exhiba la ficción como un hecho, es la inverosímil decisión de representar a Dios como un niño adolescente, interpretado por la voz del actor británico de once años Isaac Andrews como una deidad petulante, temperamental e impaciente. Representantes de la empresa de marketing Faith-Driven Consumer declararon que: “La representación de Dios como un obstinado, enojado y petulante niño en Éxodo será una molestia para la mayor parte de los creyentes alrededor del mundo”.

La película debería haber sido antecedida por una clara advertencia de que “Cualquier parecido entre este relato y el relato bíblico es puramente accidental… e inapropiado”. Pero si los productores fueran honestos, no recibirían el beneficio de atraer a la gran audiencia que está sedienta de sabiduría Divina.

No pude evitar pensar en la clásica broma sobre el niño que regresa a casa de la escuela judía y el abuelo le pregunta:

—¿Qué aprendiste hoy?

—Bueno —dice él— ¡la maestra nos enseñó sobre Moshé y los Hijos de Israel y el Mar Rojo!

—¿Qué aprendiste sobre ellos? —quiso saber el abuelo.

—Verás abuelito, los judíos fueron esclavos en Egipto por mucho tiempo y entonces apareció Moshé y los organizó. Hicieron huelgas de brazos caídos y manifestaciones. En resumen, le hicieron tantos problemas al Faraón que éste finalmente se dio por vencido y los dejó ir. Entonces emprendieron rumbo y llegaron hasta el Mar Rojo, donde se prepararon para descansar. Moshé envió algunos de sus aviones de exploración, ya que no confiaba en el Faraón, y obviamente descubrieron que el ejército del Faraón los perseguía. Los pilotos calcularon que había unos 600 tanques con rifles de gran potencia, respaldados por un gran número de camiones, artillería e infantería, lo cual le fue reportado inmediatamente a Moshé, el cual les ordenó a sus ingenieros que pusieran un puente flotante para cruzar el Mar Rojo. Entonces Moshé preparó bloqueos de caminos para detener a los tanques y armo una retaguardia con bazucas para detener a las fuerzas del Faraón lo máximo que fuera posible. Cuando los judíos estaban todos al otro lado del río y los egipcios estaban a mitad de camino en el puente, Moshé le ordenó a su equipo de demolición que lo dinamitaran. Los egipcios y sus tanques se ahogaron en las aguas y los judíos se salvaron”.

—Vamos Avi, ¿eso es lo que tu maestra te contó? —protestó el abuelo asombrado.

—No… —respondió Avi— pero abuelito, si te contara lo que la maestra realmente nos contó, ¡nunca lo creerías!

Y así es como Hollywood piensa que tiene que representar el Éxodo.

Una reciente encuesta reveló que tres cuartos de la población de Estados Unidos cree que la Biblia es la palabra de Dios. Vender la película Éxodo como una encarnación de ese libro es una mentira que debe ser severamente repudiada. La conclusión es clara: el libro Éxodo es santo; la película Éxodo no es más que Hollywood buscando una forma de generar más dinero por medio de disfrazar sus idioteces como algo sagrado.

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