El GPS espiritual

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¿Cómo salir de la tierra de la furia hacia el estado del amor y la alegría?

En la recepción previa a una cena de recolección de fondos, yo estaba conversando con una amiga a quien llamaremos Joan. De la nada misma, Joan hizo un comentario sarcástico sobre mí. Instintivamente, di un paso hacia atrás y exclamé, “¡me siento atacada! no quiero seguir con esta conversación”. Me di vuelta y me alejé, muy enojada. En ese momento el altoparlante anunció que debíamos entrar al banquete y tomar nuestros asientos. Divisé de reojo a Joan moviéndose hacia el lado derecho del salón. Yo me fui al lado izquierdo, tratando de generar la mayor distancia entre nosotras que las paredes pudieran permitir. Me senté en una mesa donde otros amigos conversaban amistosamente, pero yo no participé. Estaba molesta, herida, y resentida.

Yo estaba en el ‘Mundo del distanciamiento’.

De acuerdo con Rav Shlomo Wolbe, uno de los más grandes sabios del siglo 20, existen dos mundos paralelos: el ‘Mundo de la conexión’ y el ‘Mundo del distanciamiento’. Éstos son dos mundos completamente separados. El Mundo de la conexión se caracteriza por amor, alegría, tranquilidad, optimismo, armonía, generosidad, fe en Dios, etc., mientras que el Mundo del distanciamiento se caracteriza por la animosidad, rabia, resentimiento, ansiedad, tristeza, criticismo, preocupación, miedo, etc.

Cuando nos sentimos críticos, no podemos sentir amor.

A pesar de que una persona puede saltar de un mundo al otro muy rápidamente, nadie puede estar en los dos mundos al mismo tiempo – tal como cuando miramos el ‘Jarrón de Rubin’ (ver imagen) podremos ver el jarrón blanco o los dos perfiles negros enfrentados, pero no los dos simultáneamente. Los seres humanos estamos programados neurológicamente de tal forma que no podamos ver el jarrón y los perfiles al mismo tiempo. Los seres humanos estamos programados espiritualmente para no poder estar en el Mundo de la conexión y en el Mundo del distanciamiento al mismo tiempo. Cuando sentimos alegría, no podemos sentir miedo. Cuando nos sentimos críticos, no podemos sentir amor. Cuando sentimos resentimiento, no podemos sentir tranquilidad.

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El GPS espiritual

Ahora bien, cuando nos encontramos en el Mundo del distanciamiento, sintiéndonos enojados, tristes o con miedo, ¿cómo podemos encontrar el camino de vuelta al Mundo de la conexión? La respuesta es utilizando el 'GPS espiritual'.

El GPS espiritual es un sistema, basado en las enseñanzas de Rav Wolbe para sacarnos del laberinto de los estados de negatividad y aislamiento. Consiste en tres pasos simples.

Paso 1: Identifica tu locación: Cuando el GPS de tu auto está encendido, el satélite debe primero identificar tu posición. Similarmente, el GPS espiritual comienza identificando tu locación: ¿Estás en el Mundo de la conexión o en el Mundo del distanciamiento? Una evaluación superficial de tus sentimientos revelará tu ubicación:

Mundo de la conexión

Mundo del distanciamiento

Amoroso

Enojado

Generoso

Resentido

Armonioso

Asustado

Feliz

Triste

Confiado

Inquieto

Optimista

Crítico

Con confianza en Dios

Celoso

Pacífico

Preocupado

Paso 2: Elige tu destino: Una vez que has identificado en qué mundo te encuentras, el próximo paso es decidir adónde quieres ir y establecer tu destino.

Esto puede parecer simple. ¿No queremos todos llegar al Mundo de la conexión, al mundo del amor, de la paz y de la alegría?

Pero en realidad no siempre es así ya que la mayoría de nosotros cree en cuatro inalienables principios: vida, libertad, la búsqueda de la felicidad y el derecho a sentirte molesto. Entonces si alguien te ha herido (emocionalmente, financieramente, etc.), una parte de ti se queda trabada en hacer valer tu derecho a sentirte molesto.

De hecho, es verdad que tienes el derecho de sentirte molesto, pero ¿para qué ejercer el derecho? Vamos a suponer que tú compras una entrada de socio a una piscina por seis meses a un precio muy barato. Cuando vas para allá, te das cuenta de por qué era tan barata. Estás parado en la piscina y te das cuenta de que está sucia. Colillas de cigarrillos e insectos muertos flotan en la superficie del agua. El agua está tan turbia que ni siquiera te puedes ver los pies. Tienes la entrada por seis meses. Tienes derecho de nadar allí. Pero, ¿realmente vas a “hacer valer tu derecho” y te vas a quedar en ese sucio y desagradable lugar?

El Mundo del distanciamiento es un lugar oscuro, triste y feo. Si las palabras o acciones equivocadas de otros te han arrastrado al Mundo del distanciamiento, tienes el derecho de quedarte allí. Pero si estás en un pozo, no importa si estás ahí porque tú saltaste o porque te empujaron, al final estás en un pozo. ¿De verdad quieres quedarte ahí?

No importa cuán mal te hayan tratado, no tienes que quedarte atascado en el Mundo del distanciamiento.

Entonces el segundo paso del GPS espiritual es elegir adónde quieres ir. La palabra clave aquí es “elegir”. No importa cuán mal te hayan tratado, no tienes que quedarte atascado en el Mundo del distanciamiento.

El problema es que generalmente nos engañamos por la ‘falacia de Nasseri’. Mehran Karimi Nasseri es un refugiado iraní que vivió 18 años en el Terminal 1 del aeropuerto de París. Los primeros 7 años estuvo atrapado allí, después de que le fueron robados su pasaporte y otros documentos durante su trayecto a Londres. Gran Bretaña le rehusó la entrada y lo envío de vuelta a París, pero él no podía abandonar el aeropuerto a menos que quisiera que lo arrestaran como inmigrante ilegal en Francia. Después de un embrollo legal que lo mantuvo 7 años en el aeropuerto, finalmente Bélgica le ofreció a Nasseri la oportunidad de vivir allí. Él la rechazó. Él había hecho del aeropuerto su casa, y a pesar de varias otras opciones ofrecidas por otras naciones, él insistió en que las ofertas no eran adecuadas según su criterio. Nasseri continúo viviendo en el aeropuerto por 11 años más, hasta que una enfermedad lo obligó a ser hospitalizado.

El Mundo del distanciamiento es una residencia igual de insostenible que el aeropuerto de París, pero generalmente nosotros alegamos por estar atrapados allí cuando en realidad las puertas de salida están de hecho abiertas. El segundo paso del GPS espiritual es elegir si quieres residir en el Mundo del distanciamiento o cambiarlo por el Mundo de la conexión. Nunca estás realmente atrapado. Independiente de cuál sea la provocación, tú vivirás en el mundo que elijas vivir.

Si eliges ir al Mundo de la conexión, el tercer paso es trazar el curso para ese feliz destino.

Paso 3: Traza tu curso a través de un acto de entrega: Con el GPS espiritual no tienes que trabajar a través de tus emociones negativas, profundizar en tus motivos subconscientes, o analizar los malos actos de otros, sino que solamente tienes que pararte y salir del aeropuerto. Y puedes hacer eso mediante cualquier acto de conexión. Debido a que se puede habitar en un solo mundo a la vez, el hecho de realizar un acto de conexión instantáneamente te sacará del Mundo del distanciamiento. Es así de simple, y así de efectivo.

Hacer un acto de conexión instantáneamente te sacará del Mundo del distanciamiento.

En el judaísmo, un acto de conexión debe ser un acto de generosidad. La palabra para amor en hebreo es ahavá, que viene de la palabra 'dar'. El único camino para el Mundo de la conexión es a través de los actos de entrega. Esto no necesariamente implica dar objetos materiales (a pesar de que las flores son siempre agradables). Puedes dar una sonrisa, un cumplido, soporte emocional, las gracias, el beneficio de la duda, o perdonar, como se ve en el siguiente mapa:

De acuerdo a Rav Wolbe, todas las mitzvot de la Torá llevan a la persona al Mundo de la conexión. Las mitzvot positivas, como el mandamiento de amar a tu prójimo, o prestar dinero a una persona necesitada, claramente crean conexión. Las mitzvot negativas, como las prohibiciones de robar o de hablar negativamente de otro (lashón hará) evitan que caigas en el Mundo del distanciamiento. Además de las relaciones con otras personas, las otras dos relaciones básicas que existen son con Dios y con uno mismo. A pesar de que está más allá del alcance de este artículo el ilustrar cómo cada mitzvá nos lleva al Mundo de la conexión, sí debemos mencionar que Rav Wolbe cita al sabio talmúdico Rabi Elazar ben Azarya, quien dijo: “la vida es para amar”, y luego explica: “Éste es el mensaje de la Torá… la esencia de la vida es el amor. Por esto nos llaman a construir un Mundo de conexión a través de nuestra Torá y nuestras mitzvot. De eso se trata la Torá”.

Utilizando el GPS

Entonces allí estaba yo, en la cena de recolección de fondos, malhumorada, resentida y con mi mente llena de recriminaciones en contra de Joan. (¿Por qué ella siempre tiene que actuar así? ¡Ahora entiendo por qué no tiene amigos!). Todos a mi alrededor estaban pasando un buen rato, pero yo estaba vagando sin rumbo por la tierra de la furia. Quería encontrar mi salida. Entonces decidí usar el GPS espiritual.

Paso 1: Identifica tu locación: Esa era fácil. Estaba triste, enojada, y crítica, lo que significaba que estaba en el Mundo del distanciamiento.

Paso 2: Elige tu destino: Yo elegí ir al Mundo de la conexión. A pesar de que Joan fue quien inició todo, habitar en el Mundo del distanciamiento era mi decisión. Por lo tanto, decidí renunciar a mi derecho de sentirme molesta. El Mundo del distanciamiento es un lugar de aflicción. Elegir quedarse ahí es como estar parado en el salón de una casa infestada de ratas y donde el inodoro tiene una fuga de olor fétido y de residuos que salen por todas partes, e insistir en el derecho de quedarse allí. ¿Alguna persona sana tomaría esa decisión conscientemente?

Paso 3: Traza tu curso a través de un acto generoso: Cualquier acto de bondad funcionaría. No tenía que ser necesariamente con la persona que me había ofendido. Me podía voltear a la mujer que estaba sentada al lado mío y decirle un cumplido acerca de su atuendo. Pero ya que estaba viajando al Mundo de la conexión, quería que fuese en primera clase. Entonces me paré, crucé el pasillo, encontré a Joan, me paré detrás de su silla, me incliné, le planté un gran beso en la mejilla y le dije, “Yo te quiero y no quiero que estemos distanciadas”. ¡Listo! Estaba en el Mundo de la conexión.

Nota: Hasta el momento mismo en que le di un beso, no quería a Joan. ¿Cómo puede ser? Yo estaba en el Mundo del distanciamiento. (Y cuando tú estás allí, no puedes querer a nadie.) Pero esperar para hacer las paces hasta que quieras a la persona de la cual te alejaste es como esperar a que en la Antártica crezcan flores silvestres. Tal como en la Antártica no hay flores silvestres, en el Mundo del distanciamiento no hay amor. Dar un beso te catapulta al Mundo de la conexión, donde el amor abunda.

Probablemente te estás preguntando: ¿Cómo reaccionó Joan? La verdad es que no importa; las acciones de la otra persona no determinan mi decisión de en qué mundo habitar. En todo caso, Joan me miró, sonrió y dijo: “Yo también te quiero mucho”.

Yo podría haber pasado la tarde (o la semana) vagando por el aeropuerto de París. En cambio, mi GPS me mostró el camino de salida.

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