El hombre más longevo del mundo celebrará su Bar Mitzvá

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Yisrael Kristal cumple 113 años. ¡Mazel tov!

La mayoría de los niños celebran sus Bar Mitzvas cuando cumplen 13 años. Israel Kristal, el hombre más longevo del mundo, planea celebrar el día de su Bar Mitzvá un siglo más tarde, cuando cumpla 113 años. Más de cien amigos y parientes planean visitarlo en su casa en Haifa y celebrar con él.

Nacido el 15 se septiembre de 1903 en la ciudad de Zarnow, Polonia, Israel creció en una familia religiosa. Su padre era un erudito de Torá, e Israel asistió a una escuela judía cuando pequeño. “Él está feliz internamente”. Así es como la hija de Israel, Shulamit Kuperstoch, describe a su padre. (Aquí puedes encontrar la entrevista que le realizó AishLatino.com). “Eso es lo más importante en cualquier situación”. A lo largo de su vida, la inquebrantable fe y confianza de Israel lo han sostenido, incluso en las épocas más terribles.

La idílica infancia de Israel fue interrumpida por el comienzo de la Primera Guerra Mundial, cuando él tenía 11 años de edad. El padre de Israel fue reclutado para pelear en el ejército ruso, y poco tiempo después falleció. La madre de Israel había fallecido cuando él tenía 8 años de edad, por lo que Israel fue criado por su tío.

En 1920, Israel se mudó a la ciudad de Lodz para trabajar en el negocio de caramelos de la familia, y en 1928 se casó con Chaja Feige Frucht. La pareja tuvo dos hijos.

Sus vidas cambiaron drásticamente con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Los Kristal fueron forzados a vivir en el infame, sobrepoblado e insano gueto judío. Allí, los dos hijos de la pareja fallecieron. En 1944, Israel y Chaja fueron deportados a Auschwitz, donde Chaja fue asesinada. Cuando Israel fue liberado un año más tarde, pesaba tan sólo 36 kilos.

De alguna forma encontró la fortaleza para reconstruir. “Creo que todo es determinado desde arriba y nunca sabremos el porqué”, les dijo a los reporteros poco después de haber sido nombrado el hombre más longevo, en el año 2015. “Han habido hombres más inteligentes, más fuertes y más apuestos que yo que ya no están vivos. Todo lo que está en nuestras manos es seguir trabajando tan duro como podamos para reconstruir lo perdido”.

Israel nunca perdió su fe. Se casó con una sobreviviente del Holocausto, Batsheva, y juntos hicieron aliá, asentándose en Haifa, donde criaron a sus dos hijos. Israel revivió su negocio de golosinas, preparando confites y vendiéndolos en un kiosco. Hoy, además de sus nietos y bisnietos, Israel tiene, gracias a Dios, más de 20 tataranietos.

En las próximas semanas, cuando Israel celebre su cumpleaños número 113, ellos estarán entre los cientos de amigos y familia que irán a Haifa a celebrar con él. “Lo bendecirán y bailarán con él y le darán golosinas… Estamos emocionados, estamos felices, es un gran honor celebrar su Bar Mitzvá. Tiene hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y primos, y todos asistirán”, explicó su hija Shulamit.

Israel dijo que planea recibir una aliá a la Torá en el servicio de rezos matutinos durante la semana, para conmemorar la ocasión. A pesar de que ha sido Bar Mitzvá por un siglo, finalmente disfrutará la fiesta que tantos niños reciben.

Su hija describe a Israel como alguien optimista que disfruta de hacer felices a otros. “El Holocausto no afectó sus creencias… Él cree que fue salvado porque eso es lo que Dios quería. No está enojado, no es alguien que busque un ajuste de cuentas. Cree que todo tiene una razón de ser”.  

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