El judaísmo y "El libro de la esperanza"

Son tiempos difíciles y todos enfrentamos incertidumbre y preocupación. En los últimos años ha incrementado la popularidad de los libros de autoayuda que hablan de trauma y salud mental. Claramente, muchas personas están sufriendo. Matt Haig, autor de El libro de la esperanza, ofrece esperanza y aliento en un “libro que te abraza cálidamente”, como lo describió un crítico. El libro se convirtió en un éxito de ventas del NY Times y recibió excelentes críticas en muchas otras publicaciones.

En el libro, Matt Haig es franco respeto a sus propios desafíos de salud mental con ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. Además de compartir sus propias experiencias, él habla sobre aquello que lo inspiró en sus momentos más difíciles: historias y citas sobre aceptarse a uno mismo, actos de bondad y conexión, de pensadores muy reconocidos y de toda clase de personas que llegó a conocer.

Yo quise averiguar si este libro realmente ayuda y cuánto se alinea con mi propia filosofía y práctica judía, a la cual naturalmente recurro en momentos difíciles.

Perspectiva y elección

En este libro, la perspectiva lo es todo. El cómo ves una situación, es clave para la forma en que te sientes respecto a ella. El libro da varios ejemplos de cómo podemos utilizar este poder para sentirnos mejor y mejorar el mundo.

El libre albedrio es un principio fundamental del judaísmo; incluso la felicidad es una elección. Para inspirarnos, podemos tomar el ejemplo de la Dra. Edith Eva Eger, psicóloga y sobreviviente del Holocausto, quien representa la resiliencia y el poder de la elección. Ella sobrevivió un campo de concentración eligiendo ayudar a otros prisioneros. Incluso escogió ir más allá de su odio y de su ira contra sus captores, para no quedar para siempre prisionera de esas emociones. La Dra. Eger enseña a los demás a vivir mientras luchan con los desafíos, sin negar ni minimizar, sino escogiendo ver lo que sí es posible, sin importar cuál sea la situación.

Fe y esperanza

Los judíos tradicionalmente le rezan a Dios en momentos de angustia. Buscamos intervención externa, pidiendo ayuda por los méritos de nuestros antepasados y la misericordia de Dios. Tenemos fe en que Dios responderá.

El libro de la esperanza se enfoca en la idea de que las cosas cambian constantemente y en esa incertidumbre siempre está la posibilidad de que las cosas mejoren. Por lo tanto, siempre hay una razón para tener esperanza. E incluso una pequeña cantidad de esperanza puede ser un gran motivador.

Desarrollo personal y autoaceptación

Cuando el problema es cómo nos sentimos respecto a nosotros mismos, el paradigma judío sería analizar nuestra conducta, indagar nuestros sentimientos más profundos, tomar conciencia de qué es lo que nos está reteniendo e intentar hacer un cambio. Esto es parte de la mitzvá de hacer teshuvá, regresar a tu verdadero ser.

El libro es extremadamente claro en este punto. Acéptate y sé tú mismo. ¡Eres suficiente!

Conexión y comunidad

El judaísmo enfatiza particularmente la necesidad de una comunidad, no sólo para rezar con minián o decir kadish por un ser querido, sino para acompañarnos en los desafíos del día a día. El judaísmo dictamina cómo debemos relacionamos con los demás en formas grandes y pequeñas e incluso nos ordena amar al prójimo como a nosotros mismos. Una de las primeras declaraciones de la Torá es que no es bueno que el hombre esté solo.

También el libro habla de la importancia de la conexión, desde la planta que sólo puede sobrevivir en el Ártico si sus flores se agrupan, hasta la noción de que la ruta más rápida para llegar a la felicidad es hacer feliz a otro. Sentirse parte de algo más grande que uno mismo ayuda a diluir el miedo a la muerte.

Disfruté mucho leyendo El libro de la esperanza y creo que en esta época necesitamos toda la ayuda que podamos recibir.