El judaísmo y la creatividad humana

06/01/2023

3 min de lectura

El texto de la creación en Génesis ofrece ideas sobre cómo y por qué los humanos crean.

Cuando comenzamos nuevamente un ciclo de la lectura de la Torá, volvemos a la primera porción de la Torá, Bereshit (Génesis), que comienza con la famosa historia de la Creación del mundo. Respecto a la creación de la humanidad, el texto declara: "Dios creó al hombre a su imagen, semejante a Dios lo creó".

De acuerdo a Rav Yosef Soloveitchik, un rabino y filósofo del siglo XX, el término "semejante a Dios" en este contexto, expresa la idea de que, al igual que Dios, el hombre busca crear. De hecho, la tradición judía enseña que los humanos fuimos diseñados para ser creadores y asociarnos a Dios para mejorar el mundo. Si bien la palabra hebrea utilizada en el texto para la creación Divina (bará) "crear" está reservada para Dios, los eruditos rabínicos entendieron que esta palabra presenta un desafío y alentaron al hombre a emular a Dios, también creando.

La tradición judía enseña que los humanos fuimos diseñados para ser creadores y asociarnos a Dios para mejorar el mundo.

Esta perspectiva entiende que la creatividad humana está arraigada en la idea de emular la capacidad creativa de Dios. También apoya la conocida metáfora parental de la autoría, que afirma que los humanos sienten un apego a sus obras creativas que es paralela al apego de Dios a la humanidad. A menudo, las obras artísticas se consideran "hijos" de sus creadores humanos, así como el texto de Génesis entiende que los humanos son los hijos de Dios.

La palabra crear deriva del latín creo, que significa "dar nacimiento a". La idea de que todos los tipos de autores esencialmente "dan nacimiento" a sus creaciones artísticas también es reconocida fuera de la tradición judía. En su libro Walking on Water, Madeleine L’Engle afirmó esta idea desde una perspectiva cristiana cuando describió que las obras es como que llegaran al autor y le dijeran: "Aquí estoy. Encárname. Dame a luz".

Los creadores seculares han expresado sentimientos similares. Cuando Elliot Silverstein, representando al Gremio de Directores de Estados Unidos, atestiguó ante el Congreso respecto a las películas a color, las comparó a "nuestros hijos" siendo "torturados y asesinados públicamente… por los diferentes instrumentos de los nuevos tecnólogos".

El texto de la Creación en Génesis también da a entender que la capacidad humana para expresarse, incluyendo el talento artístico, se recibe de una fuente exterior. El versículo declara: "Dios creó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz el hálito de vida, y el hombre pasó a ser un ser viviente" (Génesis 2:7). De acuerdo con la tradición rabínica, la frase "hálito de vida" expresa que Dios puso su propio aliento en las fosas nasales de Adam, infundiendo a los humanos con un tipo especial de alma que les permite hablar.

Rashi, el célebre comentarista bíblico francés del siglo XI, explica que el alma del hombre está más viva que la de los animales porque contiene el poder del habla y el razonamiento. El habla es otra forma en la que el hombre emula a Dios. Dios le dio existencia al mundo "hablando", anticipando cada acto creativo con una declaración. La creatividad humana es una forma de habla.

Si bien la tradición clásica judía entiende que Dios es la fuente exterior de la creatividad, la idea más generalizada es que la expresión creativa es un regalo que se recibe de una fuerza sobre la que el autor no tiene control. Las teorías psicológicas actuales sobre la creatividad humana respaldan una explicación multifacética que vincula la idea del talento con la fe (en Dios, en el trabajo, en el proceso) y la trascendencia de uno mismo.

Esta perspectiva también fue expresada por una amplia gama de artistas. Lewis Hyde, por ejemplo, observó que mientras que el narcisista cree que su espíritu creativo emana de sí mismo, el verdadero espíritu creativo es agradecido por el talento y se esfuerza para servirle a su genio. De la misma forma, L’Engle escribió que cuando el talento artístico "asume el poder, el artista puede salirse del camino, no interferir".

Otro importante paralelo entre la creatividad Divina y la humana aparece en Génesis 3:19, declarando que Dios creó a los humanos a partir del polvo, y que estos vuelven al polvo. Esta idea de ciclicidad también es común en las discusiones sobre la creatividad humana. Lewis Hyde notó que el poeta chileno Pablo Neruda se puso muy contento al escuchar que un trabajador desconocido había oído sus poemas porque era una señal de que su talento artístico estaba siendo devuelto a la audiencia que había servido como su inspiración. La propia observación de Hyde, de que el talento artístico "debe estar siempre en movimiento", acepta esta idea de que la ciclicidad de la creación deriva del texto de la creación Divina.

La creatividad humana genera obras que ofrecen importantes fuentes de esperanza y renovación. La necesidad de crear es un valioso talento que debe ser nutrido y apreciado. Los pasajes iniciales de Génesis ofrecen importantes enseñanzas sobre la creatividad humana.

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