Ciencia
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Descubierto en una cueva en Afganistán, el libro más antiguo e intacto escrito en hebreo se presentará en una nueva exhibición.
Los investigadores lo han llamado el Quire Litúrgico Afgano (QLA) y consideran que data del siglo VIII de nuestra era.
Un 'quire' es un manuscrito parecido a un libro actual. Los manuscritos anteriores son rollos, en los que cada página está cosida a la página previa. Para leer la siguiente página, el lector debe desenrollar el pergamino. En un quire, las páginas están plegadas y cosidas por los pliegues, de modo que el lector tiene que pasar las hojas, al igual que en los libros impresos actuales. A diferencia del pergamino, la escritura aparece a ambos lados de la página.
Aunque se han encontrado manuscritos hebreos anteriores, estos están escritos en forma de rollo, como los rollos del Mar Muerto. El QLA es el manuscrito más antiguo que tiene forma de quire, es decir, de libro.
Escrito en una escritura hebrea fácilmente legible en la actualidad por cualquiera que esté familiarizado con los libros de plegarias hebreos, el QLA contiene plegarias de Shabat, poemas litúrgicos y partes de la Hagadá de Pésaj.
El QLA fue encontrado en una cueva en Afganistán. Herschel Hepler, curador de manuscritos hebreos del Museo de la Biblia y curador de la exhibición del QLA, declaró: "De acuerdo con mis 8 años de investigaciones y trabajos en la región, creemos que el quire fue encontrado en una de las cuevas del valle de Bamiyán por un hombre hazara que llevaba alimentos y provisiones en el verano de 1997".
La cubierta frontal del Quire Litúrgico Afgano, el libro hebreo más antiguo.
Los hazaras son una minoría étnica perseguida en Afganistán. Ellos protegieron el QLA como un libro sagrado hasta que lo sacaron de Afganistán en el año 2001.
En un primer momento, los eruditos pensaron que el manuscrito formaba parte de la Guenizá de El Cairo. En el 2013, Hobby Lobby compró el QLA a un vendedor israelí bajo ese supuesto. Pero cuando Hobby Lobby donó el QLA al Museo de la Biblia en el 2015, los eruditos del museo comprendieron que la nueva adquisición era mucho más significativa de lo que habían pensado.
Hepler llama al descubrimiento "algo revolucionario". En su opinión, "la importancia del QLA es polifacética. Data de los años 700 y es el códice hebreo más antiguo que ha sido descubierto. Sus plegarias de la mañana del Shabat, sus piutim (poemas) para Sucot y su Hagadá parcial (misteriosamente escrita al revés) son previos a la estandarización del sidur a mediados de los años 800. Antecede por más de 200 años a las otras dos Hagadot más antiguas, la Hagadá de Dropsie y una Hagadá manuscrita del Seminario Teológico Judío. Su contenido y estructura ofrecen un conjunto de datos completamente nuevos para los estudiosos de la liturgia judía y de la codicología hebrea".
En la próxima exhibición, Sacred Words: Revealing the Earliest Hebrew Book (Palabras sagradas: la revelación del libro hebreo más antiguo), el QLA será expuesto públicamente por primera vez en el Museo de la Biblia en Washington.
La organización de esta exposición requirió un gran esfuerzo internacional e interreligioso. "En estos tiempos tan complicados, este libro sagrado unió a judíos afganos, funcionarios afganos elegidos democráticamente y al Museo de la Biblia para garantizar un acceso seguro para todos, especialmente para la comunidad judía afgana desterrada", dijo Hepler.
En la exposición, los visitantes escucharán historias sorprendentes de Afganistán y la Ruta de la Seda. Además del QLA, los visitantes verán fragmentos de Mishná de la Guenizá de El Cairo que darán del año 841, un manuscrito de una Hagadá de aproximadamente el año 1000, la exquisita Hagadá de Prato, y una cabeza de Buda del siglo II que el rey de Afganistán regaló al presidente John F. Kennedy en 1963.
"Los visitantes verán cómo los libros sagrados son respetados y amados por cristianos, judíos y musulmanes, como queda ejemplificado aquí por los funcionarios afganos que aseguraron que este libro sagrado sea accesible en Washington. Parece adecuado que un pequeño libro de plegarias diera lugar a una asociación interreligiosa tan bella. Estamos muy agradecidos a los funcionarios afganos y a nuestros socios de la comunidad judía afgana: la fundación judía afgana, la federación sefaradí norteamericana y la Congregación Anshei Shalom de Jamaica Estates (la única sinagoga afgana en los Estados Unidos)", dijo Hepler.
En la Edad Media, Afganistán contaba con una próspera comunidad judía. Información sobre la vida cotidiana de la comunidad se ha descubierto en lo que los investigadores llaman la Guenizá afgana, una colección de unos 250 documentos que detallan la vida y los negocios de la familia Abu Nezer, que vivía en Bamiyán, un centro comercial ubicado en la famosa Ruta de la Seda.
La ciudad de Bamiyán fue destruida durante la invasión de los mongoles en el siglo XIII. Los historiadores suponen que en ese momento también destruyeron a la comunidad judía.
Entre la colección de la Guenizá afgana hay textos bíblicos y talmúdicos en hebreo original, un comentario bíblico en persa, documentos legales en árabe y persa y un libro de contabilidad de un comerciante.
La colección fue descubierta en una cueva de zorros en Afganistán por aldeanos locales. Parte de la colección fue adquirida por la Biblioteca Nacional de Israel en el 2013, donde se encuentra actualmente.
En la primera mitad del siglo XIX, muchos judíos persas escapando de la persecución y la conversión forzada se reubicaron en Afganistán. Allí vivieron en las ciudades de Herat y Kabul. Sin embargo, los judíos de Afganistán enfrentaron cada vez más persecuciones y pogromos.
La mayor parte de la comunidad judía partió de Afganistán en la década de 1960. La mayoría se fueron a Israel, algunos a los Estados Unidos y Europa.
Después de que el Talibán tomara el poder de Afganistán, sólo quedó en el país un puñado de judíos. Fueron amenazados y perseguidos, y los últimos judíos salieron de Afganistán en el año 2001. Hoy en día, no quedan judíos en Afganistán.
Cuando los judíos partieron de Afganistán, dejaron atrás sus sinagogas y los cementerios judíos.
El Jerusalem Post informó que los habitantes musulmanes de Afganistán han estado involucrados en la restauración de sitios judíos.
En el 2013, Osnat Gat, una judía afgana que vive en Nueva York, recibió un mensaje de un ingeniero musulmán de Herat, Afganistán, ofreciéndole ayuda para restaurar los sitios judíos en Herat, incluyendo el cementerio donde fueron enterrados los ancestros de Gat.
En un primer momento Gat sospechó de esta persona, pero después de continuar comunicándose, se convenció de que era una oferta sincera.
Gat movilizó a la comunidad judía afgana en Nueva York, y muchos de sus miembros contribuyeron para el proyecto. Ella trabajó tanto con el gobierno de los Estados Unidos como con el gobierno afgano para obtener los permisos necesarios. Después de cinco años el cementerio fue restaurado de acuerdo con la ley judía.
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