El milagro del Leicester

El año pasado a estas alturas, el club de fútbol Leicester estaba en el fondo de la tabla de posiciones del fútbol inglés. Estaban a pocos puntos de bajar a segunda división y sólo se salvarían si ocurría un milagro de último minuto. Y ese milagro efectivamente ocurrió: ganaron los partidos que quedaban y ese fue el inicio de un cambio de suerte histórico. Aferrándose con los dientes evitaron bajar de división y lograron mantenerse entre los equipos elite del país. Despidieron a su entrenador y trajeron a uno nuevo con esperanzas renovadas.

Al comienzo de la temporada, eran vistos como el peor equipo de la liga, y las casas de apuestas daban 5000 a 1 si ganaban la liga inglesa. El entrenador del Leicester, Claudio Ranieri, era el favorito para ser el primero de la temporada en perder su trabajo. Pero la semana pasada, el Leicester fue increíblemente coronado como campeón de la liga inglesa, haciendo que las casas de apuestas tuvieran que pagar más de 28 millones de dólares en premios.

Esta ha sido la más destacable historia de un equipo que pasó del casi inminente descenso a ser campeones de la liga. ¡Tan poco común es una historia como esta que muchos medios se refieren a ella como la ocurrencia más increíble de la historia del fútbol!

Y no menos destacable es la historia del jugador Jamie Vardy, quien a la edad de 29 años se encuentra comenzando la recta final de su carrera profesional. Pocos años atrás era un jugador prácticamente desconocido que se dedicaba —además del fútbol— a trabajar duramente en una fábrica. Este año fue nombrado uno de los mejores jugadores de la temporada, ganándose también un lugar en la selección inglesa y firmando un nuevo y millonario contrato con su equipo.

Su historia personal de la pobreza a la riqueza —que tiene a Hollywood añorando crear una película sobre su vida— encapsula la historia de todo el equipo. Un club que apenas había ganado alguna competición o trofeo y que pocos meses atrás marchaba último en la tabla de posiciones, ha ganado el añorado título.

¿Cómo hizo el Leicester para lograr un éxito tan increíble sin tener ninguna superestrella en el equipo? Hay mucha especulación sobre ello. Algunos dicen que fue gracias al técnico, otros dicen que fue por la estrategia de juego y otros afirman que fue por la unión del equipo.

¿Cuál es la lección para nosotros?

¿Te ha pasado que simplemente quieres darte por vencido? ¿Te ha pasado que dudas de tus habilidades cuando te comparas con quienes te rodean? ¿Te ha pasado que dejas que otros determinen la percepción que tienes de ti mismo?

Los jugadores del Leicester no dejaron que las casas de apuestas les dijeran qué creer de sí mismos. No dejaron que los comentaristas definieran su potencial. No dejaron que su historial afectara lo que creían que podían lograr. Trabajaron juntos. Trabajaron duro. Y trabajaron consistentemente.

Ahora que los milagros de Pésaj han quedado atrás nuestro, esto podría ser un recordatorio de que los milagros aún siguen siendo posibles. Esta semana celebramos Iom Haatzmaut, el día de la independencia de Israel. ¿Ha habido algún milagro más grande que el reestablecimiento del estado judío en su tierra después de dos milenios? ¡Ninguna casa de apuestas habría dado ni siquiera 5000 a 1 de que ello ocurriría luego de dos largos exilios!

Como judíos, nunca debemos olvidar que tenemos las mismas herramientas para el éxito que llevaron al Leicester a ganar: un muy buen entrenador, una estrategia de juego y un equipo unido. Dios es el “gran entrenador” del mundo. Nuestra estrategia es la Torá. Y la unidad del pueblo judío no tiene paralelos en la historia de la humanidad.

Cuando entendamos que Dios es la fuente de todos los milagros, nos daremos cuenta que en realidad cualquier cosa es posible.

¡Mazal tov Leicester!