El mundo es una ilusión óptica

09/03/2023

4 min de lectura

Vivir en un mundo donde las apariencias enmascaran la realidad.

Estaba a 226 metros por debajo de la superficie de la tierra, en las afueras de Johannesburgo, Sudáfrica, recorriendo lo que en un momento fue una de las minas de oro más lucrativas del mundo. Felicia, nuestra guía, explicó que si bien la mina inactiva todavía contenía oro, era demasiado poco como para que valiera la pena extraerlo. "Pueden ver que aquí todavía hay oro", dijo sacudiendo la mano, indicando hacia la pared del túnel por el que caminábamos.

Apunté mi linterna hacia la pared rocosa, donde efectivamente vi brillantes motas de oro.

—Sí, veo el oro —anuncié mientras pasaba mi dedo por las motas.

Felicia sonrió

—Eso no es oro. Eso es lo que llaman el "oro de los tontos". Es sólo 20% oro. La gente se confunde por su apariencia, similar al oro.

—Entonces, ¿dónde está el oro verdadero? —pregunté.

Felicia señaló una mancha negra y brillante en una roca, del tamaño de mi uña.

—Esto es oro real, 99% oro.

—Pero no se ve en absoluto como oro. ¡Es negro!

—Así es. Para que llegue a verse como oro es necesario pasar un proceso complicado. Primero hay que aplastar la roca, luego se pulveriza hasta que queda como polvo. Entonces hay que agregarle cianuro, un veneno mortal.

—¿Y entonces el color se vuelve dorado?

—Todavía no. En esa etapa se ve como una sustancia espesa.

Felicia siguió explicando las sucesivas etapas del proceso hasta que finalmente el oro se ve como oro.

Irritada, observé la mancha negra brillante en la pared. ¿Cómo es posible que algo se vea tan diferente a lo que es en realidad?

Apariencia física vs. verdad científica

Las apariencias engañan. Parece que estamos quietos, pero en realidad estamos sobre una bola gigante que gira a una velocidad de 1.670 km por hora. Nuestro planeta gira alrededor del sol a 107.280 km por hora. Sin embargo, en base a nuestra percepción, podríamos jurar que estamos quietos.

La silla en la que estás sentado parece ser sólida, pero está compuesta de átomos en movimiento, donde la proporción de materia sólida en el espacio vacío es mucho menor que una fracción del 1%. La proporción de materia a espacio en el átomo promedio es similar a una sola pelota de beisbol en medio de un estadio gigante de beisbol. De hecho, los científicos dicen que, en teoría, toda la materia del mundo cabría en una cucharita. Lo que piensas que es materia sólida, es casi todo espacio vacío. Pero incluso para un físico que entiende el tema, parece ser muy sólido.

El "golpe de gracia" científico al mundo de las apariencias, es sin duda la física cuántica, con sus desconcertantes, ilógicas y alucinantes realidades. En un momento se pensó que esto aplicaba sólo al micromundo de los átomos y las partículas subatómicas, pero en el último tiempo ha reemplazado a la física clásica (incluyendo a la teoría de la relatividad de Einstein), y se aplica también al macromundo. Como escribió el Dr. Vlatko Vedral, profesor de física de la Universidad de Oxford, en la edición de junio del 2011 de Scientific American: "Pocos físicos modernos piensan que la física clásica tiene el mismo estatus que la mecánica cuántica; no es más que una aproximación útil de un mundo que es cuántico en todas las escalas".

La ciencia más desarrollada apoya la hipótesis: vivimos en un mundo donde las apariencias enmascaran la realidad.

Apariencia física vs. verdad espiritual

Desde la perspectiva de la Torá, la más perniciosa de todas las apariencias falsas es la ilusión de la ausencia Divina, un mundo sin Dios. La palabra hebrea para 'mundo' es olam, que deriva de la raíz que significa 'oculto'. Dios deliberadamente está oculto en nuestro mundo.

Dios deliberadamente está oculto en nuestro mundo.

Sin embargo, en verdad Dios no sólo es la fuente de todo lo que existe, sino que como proclama la Torá, Ein od milvadó , 'no existe nada fuera de Dios'. Esto significa que todo, incluso este fantasmagórico mundo físico, existe dentro de Dios. Negar la existencia de Dios es como si los peces negaran la existencia del agua.

No se trata de un punto teórico. Todas las elecciones substantivas que tomamos se basan en el mundo en que creemos: el aparente mundo físico o su realidad espiritual subyacente. Sin embargo, para penetrar por debajo de la máscara de las apariencias físicas, es necesario un proceso mental más arduo que el necesario para transformar una roca negra en oro.

Un mundo desconectado de su fuente Divina es un mundo de "oro de los tontos", que lleva a elegir la falsedad por sobre la verdad:

En el mundo del oro de los tontos, si robas dinero, eres más rico.

En realidad, si robas dinero te disminuyes a ti mismo y eres más pobre.

En el mundo del oro de los tontos, si ridiculizas y avergüenzas a alguien con una burla inteligente, sales victorioso.

En realidad, si ridiculizas y avergüenzas a alguien con una burla inteligente, te dañas a ti mismo más de lo que dañas a tu víctima.

En el mundo del oro de los tontos, si ganas una discusión con tu esposo, has ganado.

En realidad, cada vez que discutes con tu esposo, pierdes.

En el mundo del oro de los tontos, copiar te ayuda a pasar un examen.

En realidad, si copias has fallado en la prueba verdadera.

En el mundo del oro de los tontos, si das una gran suma de dinero para caridad, tienes menos.

En realidad, si das una gran suma de dinero para caridad, tienes más. (Como dijo una mujer sabia al final de su vida: "En verdad, lo único que tengo es lo que di").

En el mundo del oro de los tontos, quienes se dedican a la misma línea de comercio son tus competidores, y mientras más éxito tengan tus competidores, peor es para ti.

En realidad, todos somos parte de un todo, y mientras más éxito tengan los demás, mejor es para el todo, lo cual te incluye.

En el mundo del oro de los tontos, la peor eventualidad es la muerte.

En realidad, la peor eventualidad es una vida desprovista de significado y propósito.

En el mundo del oro de los tontos, tu identidad esencial parece ser tu cuerpo, por lo que inviertes tiempo, atención y dinero para embellecer, fortalecer y preservar el cuerpo.

En realidad, tu identidad esencial es tu alma, por lo que (si bien debes cumplir la mitzvá de cuidar tu cuerpo) lo ideal es invertir la mayoría de tu tiempo, atención y dinero en mejorar tu conciencia y actuar de forma acorde con tu alma.

Es verdad, para desenterrar el oro real es necesario cavar muy profundo, debajo de la superficie, y pasar un intrincado y arduo proceso de refinamiento. Pero… ¿acaso vale la pena invertir en algo falso?

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