El odio a los judíos, desde la derecha y desde la izquierda

17/02/2025

3 min de lectura

Hoy el judío se encuentra atrapado entre las acusaciones de la izquierda y de la derecha, sin un lugar seguro para esconderse.

Ser judío hoy en día se parece mucho a un juego que yo solía jugar de niño, llamado "mantequilla de maní y mermelada". Nos acostábamos entre dos colchones (el pan), y otros niños saltaban sobre nosotros, gritando "mantequilla de maní y mermelada" mientras se iban amontonando. Era muy divertido cuando era pequeño, pero no tanto en la vida real. La sensación hoy, como judío, es bastante similar: estamos atrapados entre la izquierda y la derecha, escuchando sus acusaciones y temores, sin un lugar seguro para escondernos.

Por un lado, escucho a la derecha acusando a los judíos de ser demasiado liberales, promoviendo la comunidad a costa de la autonomía individual. Por otro lado, la izquierda condena al Estado judío por ser cruel y promover sus propias necesidades a costa de los palestinos. El peso de la historia, la carga de ser un mensajero de valores morales que ahora parecen estar bajo ataque, es agotador.

Pero también entiendo por qué está sucediendo esto. Nada de esto es nuevo y hay algo de verdad en ello. El pueblo judío es el mensajero que ha llevado los valores y la ética judía al mundo, promoviendo tanto los derechos del individuo como la importancia de la comunidad.

La derecha resiente a los judíos por ser los que, a través de la Torá, introdujeron las restricciones morales al mundo: límites que templan la autonomía cruda y el poder descontrolado. La izquierda, por otro lado, ve a los judíos como hiper-dependientes, como la personificación de la misma autonomía y autodeterminación que creen que llevó a la desigualdad y la opresión. Es una paradoja dolorosa: los judíos son culpados por promover tanto el egoísmo como el desinterés, por controlar demasiado y por ser demasiado cerrados, por preocuparnos demasiado y demasiado poco.

El judaísmo habla de valores que tanto la izquierda como la derecha consideran sagrados.

En lugar de ver al pueblo judío como el problema, ¿qué tal si reconociéramos que la tradición judía ofrece un plan para sanar? La Torá no se trata de avergonzar la masculinidad o la feminidad, la autonomía o la comunidad. Se trata de un equilibrio.

La Torá habla de valores que tanto la izquierda como la derecha consideran sagrados. "Ama a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 19:18) es uno de los mandamientos centrales de la Torá, que enfatiza la bondad, la compasión y el deber moral de cuidar a los vulnerables, valores que tienen profundo eco en la izquierda política.

La Torá también insiste en la justicia: "No perviertas el juicio del extranjero ni el huérfano, ni tomes en garantía la prenda de una viuda" (Deuteronomio 24:17). Los profetas claman contra la opresión económica, la corrupción y el abuso del poder; convocatorias atemporales por la justicia social.

Al mismo tiempo, la Torá defiende la responsabilidad personal, la autonomía y las consecuencias de nuestras decisiones. "He puesto ante ti la vida y la muerte, el bien y el mal, elige la vida" (Deuteronomio 30:19). Este versículo es la esencia del libre albedrío, de la responsabilidad personal, de la idea de que nuestras elecciones moldean nuestro destino, valores que resuenan profundamente con la derecha política. La Torá enseña que las personas deben ser responsables de sus actos, que son responsables de su comportamiento.

Estos valores no son contradicciones. No están destinados a estar en guerra. Deben encontrarse en equilibrio, como el padre y la madre arquetípicos, lo masculino y lo femenino. La energía del padre de estructura, disciplina y responsabilidad individual debe mantenerse junto con la energía de la madre de compasión, cuidado y atención colectiva. Cuando uno se eleva mientras el otro se reduce, el mundo cae en el caos. Cuando los enfrentamos entre sí, creamos sufrimiento.

Como terapeuta, veo cómo este conflicto se desarrolla no sólo en la política, sino en las vidas de mis pacientes. La terapia, cuando se hace correctamente, se trata de encontrar un equilibrio entre lo masculino (autonomía, fortaleza, independencia) y lo femenino (conexión, empatía y comunidad). Yo mismo he luchado por lograr este equilibrio en mi propio trabajo, dando énfasis a un aspecto en detrimento del otro. Cuando me enfoco demasiado en la autonomía y la independencia sin honrar la necesidad de comunidad y conexión, los pacientes terminan aislados y desconectados. Por otro lado, cuando promuevo las necesidades de los demás y la comunidad por encima del individuo, los pacientes pierden su sentido de sí mismos y luchan por navegar en el mundo como individuos empoderados.

Este conflicto interno entre autonomía y conexión es lo que crea el sufrimiento, tanto dentro de los individuos como en las sociedades. Esto es lo que estamos viendo en la división política actual. Tanto la derecha como la izquierda están expresando necesidades reales: autonomía, fortaleza e individualismo de un lado; empatía, apoyo y pertenencia del otro. El problema surge cuando estas necesidades no se escuchan, cuando se desestiman o demonizan. En lugar de atacarnos mutuamente, necesitamos escuchar lo que estas necesidades realmente están diciendo y trabajar para equilibrarlas de una manera que promueva la salud, la armonía y el entendimiento.

Este judío quiere que el mundo deje de jugar el odiado juego de "mantequilla de maní y mermelada". En cambio, trabajemos juntos para promover una cultura que honre tanto la autonomía como la comunidad.

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Vicky Varón
Vicky Varón
1 mes hace

Entiendentiendo que a veces es 40/60o con más claridad esos mismos conflictos a los que muchas veces me enfrento y dudo incluso de mí... hacia dónde? estaré en lo correcto? me sobrepasé? me quedé corta? La vida misma trata de aprender a vivir y desenvolvernos en equilibrio, y no necesariamente es 50/50, entiendo que a veces es 40/60 y en otros momentos es 70/30, y también puede estar bien.

Moisés Benmuhar Baruh
Moisés Benmuhar Baruh
1 mes hace

El odio a los Judios.¿Se han preguntado cual religion no trata de allegarse mas adeptos a traves del proselitismo tradicional de otras religiones?.Creo que esta es una simple y basica.No buscamos,si nos encuentran y desean entinces lis aceptamos y con condiciones de otra forma no.
Ademas valoramos mucho nuestras vidas y hasta nuestros muertos como se demuestra en los intercambios de unos Rehenes Muertos, por muchos Prisioneros Palestinos vivos.

Patri
Patri
1 mes hace

muy acertado , el equilibrio es fundamental a todo nivel en esta vida... y la tora nos guia para llegar algun dia a conseguirlo. Saludos desde Mar del plata Argentina

Linda
Linda
1 mes hace

Creo que una de las cosas que más llamo la atención " para mí" , fue que Israel se libero demasiado en la nueva generación, poniendo las banderas del arcoiris, y los desfiles en pro del homosexualismo, etc... Es verdad que ese tema ya no es tan tabú a nivel mundial, pero en Israel "para mí" me sorprendió demasiado.

Moisés Benmuhar Baruh
Moisés Benmuhar Baruh
1 mes hace

Los judios no DEBEN esconderse salvo que fisicamente esten en peligro.En paises donde se permita la portacion de armas de fuego los judios deben entrenarse en el manejo de ellas.Bien adiestrados pueden salvar vidas.Ademas de darse a respetar.
No somos agresores pero tampoco debemos permitir ser agredidos sin ripostar

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