Un análisis de "El dilema de las redes sociales"

6 min de lectura

Algunos expertos de las grandes empresas tecnológicas revelan qué es lo que los hizo volverse en contra de las poderosas plataformas que ellos mismos ayudaron a crear y promover.

"Nada vasto entra en la vida de los mortales sin una maldición" – Sófocles.

Con esta cita comienza el docudrama "El dilema social", una dura acusación de los grandes de la tecnología sobre las plataformas de redes sociales que ellos mismos crearon. Estas plataformas nos han paralizado, enfurecido, entretenido, nos utilizan como "carnada humana" para generar miles de millones de dólares en ganancias publicitarias, nos dividieron social y políticamente y nos redujeron a adictos de las redes sociales.

La fuerza titánica de las plataformas de las redes sociales nunca apareció más en las noticias, pero además de las grandes preguntas respecto a su poder para promover o silenciar, también necesitamos entender qué es lo que ellas tratan de hacernos en un nivel individual. Transmitida en Netflix y dirigida por Jeff Orlowski, "El dilema social" presenta a una serie de expertos en tecnología de Google, Facebook, Pinterest, Instagram, Twitter y otros medios. Varios tenían cargos ejecutivos y todos tienen una cosa en común: eventualmente se volvieron en contra de los productos y la mentalidad que impulsa a las grandes tecnologías.

Estas son algunas de las acusaciones más dramáticas que estos protagonistas formularon contra la industria:

"Facebook descubrió que podían inducir comportamientos reales y emociones sin que los usuarios se dieran cuenta"

"Si no pagas por el producto, entonces tú eres el producto. Eres un clickbait"

"Hay sólo dos industrias que llaman a sus clientes "usuarios": las drogas ilegales y el software"

Tristan Harris es un especialista de ética del diseño que trabajaba en Google y es cofundador del Centro para la Tecnología Humana. Él se sintió frustrado por la falta de preocupación moral respecto a lo que las redes sociales le hacen a la gente. "Siento que nos perdimos en el camino. En Google nadie hablaba de la calidad obviamente adictiva del email, pero en cambio estaban obsesionados con los colores de la bandeja de entrada". Él escribió un manifiesto, "Un llamado a las armas", urgiendo a sus colegas de Google a enfrentar sus responsabilidades respecto a los grandes problemas morales involucrados en la participación en los medios sociales.

"Hay sólo dos industrias que llaman a sus clientes "usuarios": las drogas ilegales y el software".

"Nunca antes en la historia ocurrió que, sólo 50 diseñadores, todos ellos personas caucásicas de entre 20 y 30 años, influyeran directamente sobre el comportamiento de más de 50 millones de personas", dijo Harris. En un primer momento, su manifiesto creó cierto revuelo. En Google fue descargado cientos de veces y la gente habló de él durante uno o dos días, y le dijeron a Harris que estaban completamente de acuerdo, pero después todo se diluyó. Él dejó Google a causa de sus "preocupaciones éticas".

"Tu amigo te etiquetó en una foto". Facebook envía estos mensajes, pero no te muestra la foto. Ellos quieren que vayas a su plataforma para verla, con la esperanza de que te quedes allí. Esta clase de señuelo la vemos a través de las escenas de ficción en una película, intercaladas con las entrevistas de una familia típica y el impacto de los medios sociales en ella. Durante estas escenas, los espectadores ven a tres jovencitos, sustitutos en los programas de Inteligencia Artificial, que trabajan incansablemente para manipular el comportamiento de un joven universitario de la familia que está enamorado de una joven que sale con otra persona. Los jóvenes de Inteligencia Artificial siguen sin piedad sus movimientos en línea y lo tientan a seguir las actividades que publica esa jovencita. A pesar de lo frustrado que está el equipo de Inteligencia Artificial cuando él ignora las notificaciones finalmente celebran cuando él hace clic en un anuncio que le colocaron. Ellos se alegran porque su clic en ese anuncio sólo les costó 3,2 centavos. ¡Un éxito!

Una marea peligrosa

Prácticamente todos los entrevistados en un momento consideraron sus roles en la alta tecnología como una fuerza para el bien, pero una vez que el genio salió de la botella, fue imposible detener la peligrosa marea: el poder creciente y desenfrenado de la tecnología para controlar lo que ves y escuchas; su naturaleza adictiva y la consiguiente alienación y ansiedad en muchas personas; la implacable monetización de cada persona a través del seguimiento de sus actos y la manipulación de lo que ven para generar las respuestas deseadas, como por ejemplo que hagan clic en los anuncios. Los tres objetivos principales de las redes sociales: participación, crecimiento (volver e invitar amigos) y publicidad, están impulsados por algoritmos. (Personalmente me molesta mucho el bombardeo de anuncios que me aparecen sobre tratamientos cosméticos antienvejecimiento).

La película es un poco unilateral y casi no permite comentarios que consideren que las redes sociales son una herramienta positiva. En línea es posible establecer conexiones valiosas, disfrutar de un contenido educativo enriquecedor, entretenido, crear conciencia sobre diversas causas, publicitar pequeñas empresas y aprender toda clase de habilidades. Incluso se puede encontrar en línea donantes de órganos. Pero esta película se hizo para subrayar hasta qué punto los individuos promedio no saben realmente cómo funciona la alta tecnología y cómo los dueños y directores del reino no tienen idea de cómo domesticar a la bestia.

El impacto sobre la Generación Z

Los niños que nacieron después de 1996, a menudo llamados la Generación Z, son los primeros niños de la historia que fueron a la escuela secundaria usando los medios sociales. Esta generación es más ansiosa, frágil, depresiva e insegura que las generaciones previas. Como adolescentes ya mayores, es menos probable que obtengan una licencia de conducir o que comiencen a tener citas.

Una niña de alrededor de 10 u 11 años, la menor de la familia ficticia, se muestra completamente incapaz de mantenerse lejos de su teléfono, ni siquiera durante la cena familiar. Tras quebrar un bol de vidrio para agarrar su teléfono, ella se escapa con el celular a su habitación y de inmediato revisa cuántas personas admiraron su imagen digital "embellecida" en TikTok. Su sonrisa se transforma en llanto cuando otra niña hace un comentario desagradable sobre ella. Su expresión se vuelve angustiada.

También entrevistan a Jonathan Haidt, psicólogo social de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y autor de The Righteous Mind: Why Good people are Divided by Politics and Religion. Él señala el marcado incremento de depresión y ansiedad entre los adolescentes norteamericanos a partir de los años 2011-2013. Haidt afirma que hasta el 2009, la cantidad de niñas admitidas cada año en los hospitales por cortarse a sí mismas y por otras actividades de autoagresión era estable, pero la cifra se disparó a un 62% entre niñas de 15 y 19 años y a un 189% en niñas entre 10 y 14 años. "Dismorfia de Snapchat" es el nombre que se usa para describir esta clase particular de deformación de la imagen personal, en la que las jóvenes exigen cirugía plástica para parecerse más a las imágenes de los selfies que ven en línea.

Respecto a los niños y los medios sociales, Harris señaló: "Acostumbrábamos a proteger a los niños. Ciertos productos no estaban permitidos en los programas televisivos para niños los sábados a la mañana. Pero YouTube para niños no tiene regulaciones, no hay ninguna protección".

Muchos de los líderes de la industria tecnológica se capacitaron en el Laboratorio de Tecnología Persuasiva de Stanford, donde aprenden a convertirse en "genios del cambio de comportamiento", de acuerdo con un instructor del laboratorio. La tecnología persuasiva dio lugar al campo conocido como "growth hacking": infiltrarse en la psicología de las personas con el objetivo de manipular sus comportamientos.

"Nos convertimos en el producto. Somos la mercadería, el clickbait".

Tristán Harris afirma que las grandes empresas tecnológicas y las redes sociales están dirigidas con un "modelo de negocio de la desinformación", donde todos terminan con sus propios hechos. ¿Sabías que Google proporciona diferentes definiciones de las cosas de acuerdo con tus intereses y del lugar desde donde lo busques en Google? Debido a que terminamos viendo información que sólo refuerza nuestros propios puntos de vista, nos volvemos hostiles o incluso desarrollamos odio hacia aquellos que creen algo diferente.

Colocar límites

Muchas de estas personas terminaron siendo víctimas de los sistemas que ellos mismos crearon. Tim Kendall, ex ejecutivo de Facebook y ex presidente de Pinterest, admitió que regresaba a su hogar y seguía escribiendo emails desde la despensa de su casa mientras sus hijos esperanban recibir su atención y su amor. "Mil veces me dije a mí mismo que dejaría el teléfono en mi habitación, pero de repente me daba vuelta y ya eran las 9 de la noche y pensaba que finalmente lo llevaría a mi dormitorio". Ahora él y su esposa no permiten que sus hijos usen las redes sociales hasta que lleguen a la escuela secundaria.

De esta manera muchos de ellos logran vivir con un uso limitado de los medios sociales:

Muchos desinstalaron de sus teléfonos todas las aplicaciones de los medios sociales y desactivaron todas las notificaciones que no tengan relación con algo crítico para sus vidas. Un experto en tecnología de Europa ya no usa Google sino el buscador Quant, que no almacena información. Otro se cuida de no elegir nunca un video recomendado por YouTube. "Siempre debes tomar tu propia elección", asegura. Una mujer tuvo que escribir su propio software para curarse de su adicción a Reddit.

Los expertos también aconsejan:

  • Verificar los hechos antes de compartirlos.

  • Recibir información de diferentes fuentes. Seguir a personas que tengan diferentes puntos de vista.

  • Proteger celosamente a los niños pequeños del tiempo de pantalla.

  • No permitir aparatos en el dormitorio después de determinada hora de la noche.

  • Establecer con los niños un programa de tiempo frente a la pantalla. Conversar del tema con ellos, a menudo sus sugerencias son muy razonables.

Jaron Lanier, autor de Ten Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now (Diez argumentos para borrar ahora mismo tus cuentas en los medios sociales), y considerado el "padre fundador" de la realidad virtual, está entre los más vehementes respecto a la fuerza destructiva de las redes sociales. Él dijo: "El producto es el cambio gradual, imperceptible en tu propio comportamiento y percepción. Ellos no tienen otro interés más que ese. Incluso si unas pocas personas borran sus cuentas en las redes sociales, eso al menos abre el espacio para la conversación. Libérate de las estupideces. El mundo es bello".

La película no pierde por completo su sentido del humor. Al final de los créditos, aparece el mensaje: "Síguenos en redes sociales... ¡Era una broma!".

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