El pacto de paz

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Pinjas (Números 25:10-30:1 )

Pinjás entró en acción cuando nadie más supo qué hacer. El príncipe de una de las tribus descaradamente mantuvo relaciones con una midianita ante la vista del público, y comenzó una plaga en el pueblo judío. Fue un acto tan sórdido y asombroso que nadie supo cómo reaccionar. Nadie recordaba lo que la Torá exigía en tal situación.

De acuerdo con el Talmud (Sanedrín 82a), cuando Pinjás vio lo que estaba ocurriendo, recordó la regla de que "el celoso de Hashem puede tomar la ley en sus manos y atacar a un hombre que tiene relaciones con una mujer gentil". Con la bendición de Moshé, Pinjás mató al hombre y a la mujer de un solo golpe y la plaga terminó. Por este acto valiente, Hashem recompensó a Pinjás con Su "pacto de paz" y el sacerdocio eterno.

¿Por qué la Torá menciona en este contexto que Pinjás descendía de Aharón?

El Midrash, citado por Rashi, nos dice que la reacción pública al acto de Pinjás no fue positiva. La gente recordaba que Pinjás descendía por un lado de Aharón, pero por el otro lado descendía de Itró, y consideraron que su acto violento era una señal de su línea sanguínea de Itró. "Miren a este hijo de idólatras. ¿Cómo tuvo la audacia de matar a un príncipe judío?", dijeron. Por eso la Torá remonta su genealogía a Aharón, para mostrar que su acto fue correcto.

Sin embargo, quedan signos de pregunta. Nadie negó ni olvidó que Pinjás era un nieto de Aharón. Lo acusaron de actuar como lo hubiera hecho su abuelo materno, el idólatra Itró, y no como hubiera actuado Aharón, su abuelo paterno, quien amaba la paz. La gente argumentó que había quedado claro que en Pinjás dominaba su sangre pagana. ¿De qué manera la declaración de Hashem respecto a que él era descendiente de Aharón reivindicó y exoneró a Pinjás?

Rav Meir Bergman, en Shaarei Orá, explica que cuando Hashem declaró en esta situación que Pinjás era descendiente de Aharón, Él estaba diciendo claramente que esa fue la línea sanguínea que lo llevó a cumplir ese acto extremo. Aharón mismo hubiera llegado corriendo al campamento con su lanza, dispuesto a matar a los dos transgresores de un solo golpe.

¿Cómo puede ser eso posible? ¿Cómo puede ser que quien amaba la paz tanto como Aharón pudiera cometer un acto tan violento?

El Jatam Sofer señala que el lenguaje de la Mishná (Avot 1:12) describe a Aharón como alguien que "ama la paz y persigue la paz". ¿Qué significa esta descripción dual? Ella refleja dos aspectos de la personalidad de Aharón. Por un lado, él amaba la paz, era un hombre que difundía armonía y paz entre las personas.

Pero a veces tenia que perseguir la paz, tenía que alejar la paz cuando eso era lo correcto. La verdadera paz (shalom) es la manifestación de un estado de perfección (shalem). El compromiso con lo imperfecto no lleva a la paz verdadera. En ese caso, al enfrentar lo malo, lo despreciable, la búsqueda de la paz demandaba que Aharón dejara de lado una respuesta aparentemente pacífica con las fuerzas del mal. En ese caso era necesario que dejara de lado esa paz, que la alejara del campamento judío. Sólo entonces sería posible llegar a un estado de paz verdadera, un estado de paz entre el pueblo judío y su Padre en los Cielos.

El Rav de Brisk, en nombre de su padre, el Rav Jaim Soloveitchik, dice algo similar desde una perspectiva un poco diferente. ¿Por qué Hashem recompensó a Pinjás con "Mi pacto de paz"? Pinjás acababa de cometer un acto violento, aunque muy encomiable, de defensa del honor Divino. Por lo tanto, debería haber sido recompensado con el "pacto de celo Divino". ¿Por qué Su "pacto de paz"?

Imagina a un valiente soldado que regresa del campo de batalla después de haber vencido heroicamente al enemigo. ¿Le daríamos una medalla de honor o el Premio Nobel de la paz? Lehavdil, ¿acaso Pinjás era un candidato para el premio de la paz?

La respuesta es que Pinjás restauró la paz verdadera entre el pueblo judío y Hashem. Si eso requería un acto violento, que así fuera. El amante de la paz tendría que cometer un acto violento para alcanzar el objetivo superior de la paz verdadera. A veces, el camino hacia la paz verdadera no es muy pacífico.

A menudo escuchamos críticas a los grandes rabinos que adoptan posturas doctrinarias sobre diversos temas. La gente se queja: "¿Por qué tienen que crear majloket (discordia)?". "¿Por qué tienen que comenzar discusiones? ¿Por qué no pueden dejar las cosas como están? ¿Eso es paz? ¡Es majloket! ¡Crean divisiones!".

Conocemos estas quejas. Las hemos escuchado desde que el pueblo se burló de Pinjás en el desierto. Hashem respondió a estas quejas diciéndonos que la forma en que actuó Pinjás es el camino de la paz. Sus actos fueron dignos del pacto de paz. También en la actualidad, los rabinos que defienden la verdad, la integridad de la Torá, son quienes propagan la paz verdadera entre el pueblo judío.

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