El piloto judío que frustró un secuestro a 8.800 metros de altura

01/09/2024

4 min de lectura

Se suponía que el piloto, el capitán Uri Bar-Lev, debía ceder ante las demandas de los secuestradores, pero él tenía algo más en mente.

El 6 de setiembre de 1970, el capitán Uri Bar Lev se disponía a pilotear un avión de El Al repleto de pasajeros desde Ámsterdam a Nueva York. Esta era la segunda etapa de un viaje que había comenzado en Tel Aviv.

Justo antes del despegue, un agente de seguridad del aeropuerto de Schiphol le dijo que había cuatro pasajeros sospechosos: dos tenían pasaportes senegaleses que tenían números consecutivos, y los otros dos, pasaportes hondureños. Todos esos pasajeros habían reservado sus pasajes justo antes del vuelo.

Bar Lev se aseguró de que los pasajeros senegaleses no pudieran embarcar y pidió un control de seguridad exhaustivo de los otros dos pasajeros, lo que sin que él lo supiera, nunca se llevó a cabo.

Cuando los "hondureños" subieron al avión, él pensó que ya los habían revisado y autorizado. Pero para estar seguro, pidió a un agente de seguridad, Avihu Kol, que lo acompañara en la cabina en vez de viajar sentado en primera clase. En el último tiempo se habían producido muchos secuestros de vuelos, y Bar Lev no quería correr riesgos. El AL era la única compañía aérea que contaba con agentes de seguridad en sus aviones. Esta norma se instauró después de que secuestraran el vuelo de El Al a Argelia en 1968.

Uri Bar Lev (a la derecha), la aeromoza Janet Darmijan y el comisario de a bordo Abraham Eizenov hablan ante los medios de comunicación tras regresar a salvo a Israel, setiembre de 1970 (Foto cortesía del archivo de El Al)

Cuando el avión estaba llegando a los 8.800 metros de altura se encendió en la cabina la luz de emergencia. Bar Lev supo de inmediato que el avión estaba siendo secuestrado y que los "hondureños" eran los responsables.

Una aeromoza anunció por el intercomunicador que dos personas con armas y granadas querían entrar a la cabina, y si no podían hacerlo matarían a todos los que estaban a bordo. Cuando el ingeniero de vuelo Uri Zach observó por la mirilla, vio a uno de los secuestradores apuntando con un arma a la cabeza de la aeromoza.

El secuestrador era Patrick Argüello, que formaba parte del Frente Popular para la Liberación de Palestina y era un simpatizante sandinista nicaragüense-estadounidense. La azafata dijo que Argüello iba a matarla si Bar Lev no abría la cabina y los dejaba entrar a él y a la otra secuestradora, Leila Khaled.

Bar Lev tuvo que pensar rápido. El Al entrenaba a sus pilotos para ceder a las exigencias de los secuestradores en lugar de intentar ser un "héroe". Un miembro de la tripulación instó a Bar Lev a que los dejara entrar.

La terrorista palestina, Leila Khaled (a la izquierda). El capitán Bar Lev (a la derecha)

Pero Bar Lev, que había sido un piloto adolescente en la Guerra de la Independencia en 1948 y sirvió en la guerra de 1956, sabía que no podía hacerlo. Si abría la cabina, podrían matar a todos a bordo. Él anunció: "No secuestrarán mi avión".

Entonces hizo un movimiento parecido a la maniobra de combate conocida como "Split S", utilizada durante la Segunda Guerra Mundial, iniciando una caída en picada. De esta forma, los secuestradores caerían al suelo y los pasajeros, que estaban sujetos con los cinturones de seguridad, estarían protegidos. Esa caída abrupta también garantizaría que la explosión de una granada o de una bala no fueran tan peligrosas. El avión bajó 3.000 metros en sólo un minuto. Los secuestradores fueron arrojados al suelo. Cuando Bar Lev completó la caída, Kol mató a Argüello.

Leila Khaled, una palestina que ya había secuestrado otros aviones, lanzó una granada por el pasillo, pero esta no estalló. Ella se desmayó y fue arrestada por las autoridades británicas. (Un mes más tarde fue liberada a cambio de rehenes tomados en otro secuestro). Todo el incidente llevó dos minutos y medio.

"No secuestrarán mi avión".

Muy pronto Bar Lev supo que Shlomo Vider, el jefe de aeromozos, había recibido dos disparos al tratar de derribar a Argüello. Un médico que estaba en el avión dijo que si no recibía ayuda médica pronto, podía morir. Aunque El Al exigió que Bar Lev regresara a Tel Aviv, él sabía que Vider moriría si volaban cinco horas para regresar a Israel. Así que decidió aterrizar en Heathrow, Londres, que estaba a sólo 20 minutos.

Esto salvó la vida de Vider. Todos los pasajeros estaban a salvo y Khaled fue entregada a las autoridades.

¿Héroe o renegado?

Pero la historia no acaba ahí.

Al principio, Bar Lev no fue considerado un héroe. De hecho, estuvo en serios problemas: las autoridades exigieron que El Al despidiera al piloto, y también el 40% de los pilotos querían que renunciara.

Bar Lev se sintió traicionado. Él había salvado un avión lleno de pasajeros y había llevado a una secuestradora ante la justicia. Pero su país no lo defendía. Deberían haberlo celebrado, pero en cambio lo trataban como si hubiera hecho algo malo.

Bar Lev consiguió una entrevista con Golda Meir, quien en ese entonces era la primera ministra. No se ha revelado lo que hablaron, pero una semana después de ese encuentro, Bar Lev estaba una vez más en el aire, piloteando nuevamente.

La historia ha sido bondadosa con Bar Lev, quien ahora tiene 93 años y sigue viviendo en Israel. Él fue el único piloto que detuvo un secuestro aéreo y es considerado un héroe en Israel y en todo el mundo.

En una entrevista con uno de los pasajeros del vuelo en "The Forward", Bar Lev dijo que actuó como lo hizo porque se supone que los pilotos deben "velar por el bienestar de sus pasajeros".

Puede que Bar Lev no haya hecho lo que se suponía que debía hacer, pero al saltar las normas y seguir su instinto salvó numerosas vidas y se convirtió en un héroe internacional.

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Olman
Olman
10 días hace

Creo que aunque haya paso ya tanto tiempo, un acto heroico de esa magnitud, debe ser conocido por todos quienes tienen responsabilidades con otros seres humanos. Salud Bar Lev.

Moisés Benmuhar Baruh
Moisés Benmuhar Baruh
10 días hace

Bar Lev hizo lo necesario para salvar vidas.
Si ese tipo de maniobra se hubiese difundido en el planeta no hubisen tantos secuestros de aviones y quiza los horribles secuestros del 911 se hubiesen evitado.Los CISNES no sobreviran entre manada de HALCONES.

vicky credi
vicky credi
10 días hace

Por supuesto que es un heroe!!!
Las reglas de los paises en situaciones de riesgo no siempre se promulgan en el orden de valores por las que se deberian de regir.
Este hombre acató su sentido común, su experiencia, su humanidad y el valor por la vida sobre todo, no por lo que otros van a pensar de él.
Lo felicito.

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