El primer piloto druso en la Fuerza Aérea israelí

04/04/2022

5 min de lectura

A lo largo de una distinguida carrera, el teniente coronel A. luchó en la Segunda Guerra del Líbano y en las Operaciones Pilar Defensivo y Margen Protector. Una entrevista exclusiva de Aishlatino.com

En Israel viven alrededor de 150.000 árabes drusos, principalmente en la Galilea, la región de Carmel y las alturas del Golán. Una religión monoteísta que data del siglo X en Egipto y contiene aspectos del islam y de otras religiones, los principios drusos se enfocan en la honestidad, la lealtad, la piedad, el altruismo y el sacrificio patriótico. Los árabes drusos son reclutados para el ejército al igual que otros israelíes. Hoy en día, hay miles de drusos sirviendo en el ejército, la fuerza naval y la fuerza aérea.

“Nunca hubo alguna duda respecto a que yo quería hacer carrera en el ejército”, dijo el teniente coronel A. al conversar con Aishlatino.com. Él quería ser un soldado elite de combate o de las fuerzas especiales de la marina, pero cuando obtuvo excelentes resultados en sus exámenes físico y mental y le ofrecieron un lugar en el prestigioso curso para pilotos, cambió de opinión. En un curso de entrenamiento altamente selectivo y riguroso, cada año sólo se gradúan 40 pilotos y pilotos de ataque. En el 2003, el teniente coronel A. hizo historia y se convirtió en el primer piloto de ataque druso, comenzando su servicio de combate en la flota de F-16 de las Fuerzas de Defensa de Israel.

El teniente coronel A., fotografiado con un F16. “El pacto que existe entre el Estado de Israel y la comunidad drusa es muy fuerte; somos una parte inseparable de Israel”.

“Mi comunidad organizó una gran fiesta con todos los jeques locales y cientos de invitados. A partir de la reacción de mi comunidad entendí que fue un gran logro”.

Ahora, con 38 años y 3 hijos, el teniente coronel A. vive con su familia en Hatzerim, la base de la fuerza área en el desierto del Néguev. Originario de la región de Carmel, él siguió los pasos de su padre defendiendo la seguridad de Israel. Su padre fue brigadier general en la fuerza de policía, mientras que su abuelo, a pesar de haber nacido en Siria, se convirtió en el primer oficial druso de las Fuerzas de Defensa de Israel.

El abuelo del teniente coronel A. originalmente fue comandante de los soldados drusos alineados con el ejército sirio, quienes invadieron el recientemente creado Estado de Israel en 1948. Durante la guerra, él cambió dramáticamente de bando.

“Mi abuelo se ofreció como voluntario para luchar contra Israel porque les dijeron a los drusos que el ejército israelí estaba atacando a la población indígena drusa”. Sin embargo, cuando él y sus soldados cruzaron la frontera, un representante de la comunidad drusa se acercó y les explicó que les habían mentido y que los israelíes en realidad estaban en muy buenos términos con la población drusa.

“Al principio, mi abuelo pensó que era una emboscada, pero luego creyó lo que le dijeron y regresó a Siria. Cuando sus superiores escucharon que se había rehusado a seguir las órdenes, lo sentenciaron a la horca”.

Con su esposa e hijo. El teniente coronel A. tiene tres hijos y vive con su familia en Hatzerim, la base de la fuerza aérea en el desierto del Néguev.

Su abuelo logró escapar y cruzar la frontera a Israel.

“La comunidad drusa lo recibió, lo mantuvieron a salvo y le enseñaron un poco de hebreo. Poco después, fue nombrado oficial en las Fuerzas de Defensa de Israel”. El abuelo del teniente coronel A. peleó en la Guerra de los Seis Días y fue condecorado con una medalla por su valentía.

Su abuelo falleció hace diez años. “Éramos muy cercanos. Cada día después de la escuela iba a tomar café y conversar con él. Cuando terminé el curso de piloto, me dijo que ese era el día más feliz de su vida. Dijo que era como un sueño y que cerraba el círculo”.

Servicio activo

“Siempre trato de contar la historia de mi familia a los soldados que conozco. Siento que eso acerca a los soldados. El pacto que existe entre el Estado de Israel y la comunidad drusa es muy fuerte; somos una parte inseparable de Israel”.

Durante la segunda Guerra del Líbano en el verano del 2006, el teniente coronel A. fue llamado a defender el norte de Israel. “Estaba defendiendo mi propio hogar y mi familia. Fui parte de misiones que destruyeron baterías de misiles y plataformas de lanzamiento de Hezbolá. Sentí mucho orgullo de haber podido hacerlo”.

A lo largo de los años, el teniente coronel A. defendió a Israel en múltiples operaciones y guerras, incluyendo la Operación Pilar Defensivo en el 2012 contra ataques de mísiles de grupos terroristas en Gaza y en la Operación Margen Protector dos años después.

Los soldados drusos se destacan en las Fuerzas de Defensa de Israel. El año pasado una de las unidades de combate elite, Shaldag, dio la bienvenida a su primer comandante druso (fotografía cortesía del Vocero del Ejército de Israel).

Conflicto de intereses

Con comunidades también en el Líbano y en Siria, los soldados drusos a menudo se encuentran en situación en la que tienen que pelear en contra de miembros de su propia familia.

“Es complicado”, dice el teniente coronel A. “Mi abuela vive en el Líbano, pero yo no tengo ningún dilema. Uno de los principios fundamentales de nuestra religión es un compromiso absoluto a defender la tierra en la que vives. Los soldados drusos darían su vida por este país”.

Una carrera en el 2017 en memoria de soldados drusos que han caído en batalla defendiendo al Estado de Israel.

Un hombre de familia

Con una esposa y tres hijos de 9, 10 y 11 años, el teniente coronel A. reconoce que “No es fácil ser un hombre de familia durante tiempos de guerra. La fuerza aérea israelí es una de las más seguras del mundo, pero como todas las cosas en la vida, hay peligros y yo intento no compartir algunas cosas a mis hijos”.

Después de varios años de intenso servicio activo, el teniente coronel A. es ahora comandante de la escuela de vuelo de las Fuerzas de Defensa de Israel. Sus responsabilidades incluyen supervisar los cursos y entrenamientos que preparan a oficiales subalternos y mayores para operaciones y para la guerra.

En este rol, ayudó a establecer varias academias militares dentro de la comunidad drusa, las que sirven como rutas de acceso a la fuerza aérea.

“Suena extraño, pero mis mejores amigos en la fuerza aérea son soldados judíos religiosos y tradicionalistas. Compartimos el amor por la tradición y eso nos acerca. También tengo amigos que son árabes musulmanes. La mayoría de ellos en realidad respetan lo que hago y cada vez son más los que deciden enrolarse en el ejército y participar más en el país.

“Como soldados drusos, por cierto sentimos el aprecio de otros israelíes”, concluye el teniente coronel A. “Estoy tan orgulloso de ser israelí, de haber llegado a un rango tan alto en la fuerza aérea y que ahora seamos parte integral del ejército”.

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