Medio oriente
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Una foto, la guerra en Israel y el milagro del pueblo judío.
Es un momento devastador para el pueblo judío, con la guerra en Gaza y el Líbano y 101 rehenes todavía cautivos en Gaza. Muchos se sienten descorazonados y deprimidos.
Por eso mi corazón saltó de júbilo cuando vi una foto de mi vecina de la Ciudad Vieja de Jerusalem, Rajel Herczl, sobreviviente del Holocausto, sonriendo feliz y sosteniendo en su regazo a la quinta generación de sus descendientes.
Rajel Herczl sostiene a su tataranieto
Rajel era hija única y tenía apenas 15 años cuando la llevaron a Auschwitz, donde sus dos padres fueron asesinados. En la foto, tiene 95 años, y está disfrutando de su tataranieto, nacido en el renacido Estado judío.
Pero esta no es toda la historia. Después de sobrevivir nueve meses de trabajos forzados en Birkenau y la Marcha de la Muerte por la nieve helada de Polonia, Rajel, sola en el mundo, regresó a su pueblo en Hungría. El 90% de los residentes judíos habían sido asesinados. Ella llamó a la puerta de la casa de su familia, pero el no judío que se había instalado allí la rechazó bruscamente.
La pequeña jovencita de 16 años se dirigió a Budapest y se matriculó en una escuela para niñas religiosas. En mayo de 1948, Rajel escuchó que el niño que repartía los periódicos gritaba el titular: "SE DECLARÓ EL ESTADO JUDÍO". De inmediato solicitó ir a Israel, porque como explicó 50 años más tarde: "En Europa nos estaban matando. Quería formar una familia en Israel, donde fuera seguro ser judío".
Dos años más tarde, Rajel se casó con Moshé Itzjak Herczl. Moshé procedía de una familia húngara religiosa de nueve hermanos. Sólo tres de ellos sobrevivieron al Holocausto. Moshé llegó a Israel en 1948 para luchar en la Guerra de la Independencia. Después de casarse, atrapados por el sueño de Ben Gurión de hacer florecer el desierto, la joven pareja se trasladó a Tifraj, un minúsculo asentamiento en el desierto del Néguev.
Los sobrevivientes Rajel y Moshé Herczl, recién casados
Aunque era un brillante erudito que posteriormente escribiría un libro sobre el cristianismo y el Holocausto, Moshé estaba tan cautivado con la nueva tierra que trabajaba gustosamente construyendo carreteras y poniendo yesos en paredes. Tuvieron tres hijas: Tova, llamada así por la madre de Rajel; Sara, llamada así en honor a la madre de Moshé, y Miriam, por una de las cinco hermanas asesinadas de Moshé.
Comenzando su familia en Israel, Rajel y Moshé Herczl y sus tres hijas.
En 1961, el gobierno de Israel envió a los Herczl a Sudáfrica para enseñar hebreo y servir a la comunidad judía de Ciudad del Cabo con el considerable conocimiento de judaísmo de Moshé.
En un grupo juvenil sionista religioso de Ciudad del Cabo, Sara Herczl conoció a Avner Franklin. Ellos se casaron en 1977 y al año siguiente hicieron aliá a Israel. Cuatro años más tarde se establecieron en el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalem. En esa época también regresaron a Israel Moshé y Rajel Herczl.
El 26 de agosto de 1980, Moshé y Rajel celebraron con gran júbilo el nacimiento de su primer nieto, la hija de Sara y Avner. Moshé pidió que la niña no llevara el nombre de ninguno de los familiares asesinados. Se trataba de una nueva generación, alejada en el tiempo y del lugar donde los judíos fueron asesinados por ser judíos. Sara y Avner aceptaron su pedido y llamaron a su hija Mijal.
Mijal creció y se convirtió en una niña intensa, seria, inteligente, curiosa y trabajadora. Le encantaba la música, tenía una voz hermosa y tocaba la guitarra.
El 19 de junio del 2002, Mijal, de 21 años, fue asesinada por un terrorista suicida árabe que se inmoló en una parada de autobús de Jerusalem. Con ella voló la esperanza de que en la patria judía los judíos estaban a salvo de quienes los odian.
Tengo grabada en mi memoria la imagen de Rajel Herczl, de pie junto a la tumba de su primera nieta, con el brazo alrededor del hombro de su hija Sara, con el número que le tatuaron en Auschwitz. ¿Acaso esta nueva foto de su sonrisa feliz 22 años más tarde puede borrar esa imagen? ¿Cómo las unimos?
En el 2014, el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes, Eyal Yifraj, Gilad Shaer y Naftali Fraenkel, sumió a los judíos de todo el mundo en un intenso luto. En el funeral, vi una pancarta gigante en la parte trasera de un autobús. Allí decía en hebreo: "LA NACIÓN ETERNA NO TIENE MIEDO DEL LARGO CAMINO". Era como hacer zoom out de un mapa de Google. Para mí, el lema hizo que el funeral pasara de ser una tragedia insoportable a ser un acontecimiento trágico más en los 3.800 años de historia de la nación judía.
El mismo lema fue colocado en edificios y esquinas de Jerusalem durante la guerra actual. Es una respuesta al pesimismo que sienten muchos judíos ante la realidad de esta guerra que se prolonga, con nuestros rehenes languideciendo en los túneles de Gaza durante más de 400 días y 905 miembros de nuestras fuerzas de seguridad asesinados, dejando 318 viudas y 650 huérfanos. El pogromo de Ámsterdam y los repetidos ataques antisemitas han hecho que los judíos de todo el mundo se tambaleen. ¿Qué será de nosotros?
LA NACIÓN ETERNA NO TIENE MIEDO DEL LARGO CAMINO
Hoy no hay profetas, pero en tiempos bíblicos los profetas del antiguo Israel hicieron profecías descabelladas. En medio de la guerra y la destrucción, Zejaria proclamó: "Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse en las calles de Jerusalem… y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas jugando" (8:4-5). Yo veo esa profecía cumplida todos los días cuando paseo por el parque que hay junto a mi casa en Jerusalem.
Ieshayahu predijo: "El desierto y la tierra seca se alegrarán; el desierto se regocijará y florecerá como un lirio; florecerá abundantemente y se regocijará con alegría y cantos" (31:1-2). El desierto del Néguev, que cubre el 60% de Israel, es ahora una maravilla agrícola que produce toneladas de aceitunas, aguacates, cítricos, tomates cherry y una gran variedad de hortalizas. ¿Quién hubiera podido soñarlo?
Irmiyahu, que presenció la catastrófica destrucción del Primer Templo y el exilio a Babilonia, profetizó: "Entonces reuniré a los remanentes de mi pueblo de todos los países a los que los he expulsado y lo traeré nuevamente a su redil y será fecundo y se multiplicará" (23:3-4). La población de Israel incluye a judíos de casi todos los países del mundo. Israel tiene hoy la tasa de natalidad más alta de todos los países desarrollados. Dondequiera que voy, veo parejas llevando cochecitos de bebé y niños pequeños que corren delante de ellos.
Rajel bailando en la boda de su bisnieto
Escribo estas palabras mientras miro por mi ventana el panorama de la Jerusalem reconstruida, por la cual los judíos rezaron cada día durante 2.000 años. Sí, ha sido un largo camino, lleno de sangre y cicatrices. ¿Adónde conduce?
Al cumplimiento del destino judío. Y a una sonriente sobreviviente del Holocausto que sostiene en brazos a la quinta generación de sus descendientes en la Ciudad Vieja de Jerusalem.
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Me ha emocionado tanto que me ha hecho llorar. Y no lloro fácilmente